Descubrir al otro, y ser reconocido, tras el barbijo y los dos años de espera. Al amigo, al colega, al artista que alguna vez nos hizo disfrutar con su obra, al funcionario que se sumó a la apertura del festival sin especulaciones. Esos instantes de duda es una de las cosas que no podremos olvidar de esta primera jornada del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Ese (re)encuentro es una de las cosas que marcará al evento como un hecho feliz en la ciudad feliz.
La idea del Festival como un lugar de encuentro se reiteró en presentaciones y entrevistas, pero se hizo patente solo en el momento en que los cuerpos, o las miradas como brazos imaginarios, efectivamente se conectan. Y eso sucedió y se agradeció.
La palabra “gracias” fue la que más se escuchó durante la ceremonia inaugural del 36° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que se llevó a cabo en la noche del jueves. Hubo, por supuesto, agradecimiento a personas e instituciones que posibilitaron que el mismo se realizara, pero también se dijo muchas veces gracias invocando a cuestiones que van más allá, un gracias a la vida que nos permite este momento, un agradecimiento sin rumbo fijo ni nombre propio.
Una de las paradojas del cine, tal vez de las que más lo caracterizan dentro de las artes audiovisuales, es que en el momento en que se apaga la luz, el individuo se sustrae del mundo y queda solo en una suerte de sueño en vigilia, en un universo íntimo y siempre ficcional, mientras que a la vez comparte, incluso con desconocidos, un sueño colectivo y la certeza de no estar solo. Esa paradoja de intimidad compartida hace que el encuentro en el cine sea tan especial por estos días.
Un festival posible que es mucho más que lo que eso supone
“Estamos hablando todo el tiempo de que este es un festival acotado, pero después de presentar todas las secciones y las actividades especiales que vamos a tener durante los próximos 10 días, me parece que no es para nada acotado”, dijo sobre el presidente del Festival, Fernando Juan Lima, al final de la larga presentación que hicieron junto a la directora artística Cecilia Barrionuevo.
Sobre esa intensa programación, Lima dejó algunas ideas para Infobae Cultura: “Algo que nos gusta mucho del festival es la diversidad, y el público que responde a propuestas muy distintas. Uno se acerca a una sala en Mar del Plata y es la cura contra todos los prejuicios. Gente de todas las edades que eluden todo tipo de arquetipos de lo que uno supone es el cinéfilo empedernido, o esa cosa medio odiosa del lugar común de la crítica que dice “para los amantes del género”. Por suerte tenemos mucho público y realmente eso es algo que nos gusta mucho”.
A su vez, remarcó: “Abrimos el festival con un documental, vamos a tener una retrospectiva hermosa de Helke Misselwitz, una directora alemana muy poco conocida por estas tierras, pero con una carrera muy importante en la República Democrática Alemana”.
“Son esos descubrimientos como la retrospectiva, proyectada en material fílmico impecable, de la figura del cine japonés Machiko Kyo, que tiene películas con grandes directores como Naruse o Kurosawa; o poder ver la última producción de Gaspar Noé, que va a estar en Mar del Plata para presentar su película ‘Vortex’ y acompañando a su padre, Yuyo Noé; o la última película de Sorrentino, que viene a recuperar la mirada y el pulso de Fellini para hacer un cine personal, pero al mismo tiempo absolutamente popular. Y en este caso nada menos que la película que de alguna manera se acerca, en otro aniversario muy cercano, a la figura de Diego Maradona. Cuenta su propia juventud atravesada por la llegada de Maradona a Napoli, que, según él dice, fue el evento que le cambió la vida”, agregó.
El propio Lima confirmó algo que desde la mañana circulaba como un potente rumor: la última película de Pedro Almodovar, “Madres paralelas” será la que clausurará esta 36° edición.
Esta ceremonia de apertura del Festival contó con la presencia del intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Luis Puenzo, y el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.
“Estar aquí es una alegría -afirmó Montenegro-, mucho más teniendo en cuenta que hace unos meses esto era una quimera. Trabajamos en conjunto los 3 niveles de gobierno, Nación, Provincia y Municipio, para que se pueda realizar”. Además el intendente del partido al que pertenece Mar del Plata, destacó la importancia que tiene el Festival para los marplatenses y también el impacto en la economía local. “Me acuerdo cuando yo era chico y venía hasta aquí a ver la alfombra roja. Eso es parte de la comunidad”, explicó.
Luis Puenzo, como luego lo hiciera también el ministro Bauer, destacó la aprobación en la comisión de presupuesto y hacienda de la Cámara de Diputados del proyecto del diputado Pablo Garro, que posterga la caducidad de los fondos con los que se financia desde hace casi 30 años el cine nacional de manera autónoma. Este proyecto está ahora en condiciones de tratarse en el recinto.
“Hay quienes dicen que la caducidad de los fondos directos es dentro de un año y que no es importante tratarla ahora. Es urgente que se apruebe la ley -explicó Puenzo-, porque los proyectos que hoy se están presentando tendrán aprobación durante el próximo año y parte del financiamiento lo recibirán en 2023, sin la certeza de contar con los fondos para el fomento, no podemos avanzar con ninguno de ellos”.
El ministro Costa subrayó el carácter federal y democrático de esta edición, ya que habrá eventos y proyecciones en otras provincias y varios municipios de Buenos Aires. “Mucha gente que no puede acercarse a la ciudad puede disfrutar de las propuestas y películas que tiene para ofrecer el Festival. Celebramos el carácter federal y la democratización del acceso al público, ya que además de las otras 12 provincias donde se está realizando este año, se puede también ver en 13 otros municipios de la provincia en salas y de manera gratuita”.
Tristán Bauer, cineasta y ministro de cultura de la nación, recordó con mucha emoción a sus colegas y amigos “Coco” Blaustein, “Pino” Solanas y Jorge Coscia, quien además fuera secretario de cultura y presidente del INCAA, “recordar es pasar nuevamente por el corazón”, dijo rememorando a estos y otros artistas importantes de nuestro tiempo. “Ustedes saben que en este tiempo difícil del mundo las industrias culturales han sido de las más golpeadas. Agradezco pertenecer a un gobierno que es sensible hacia la cultura. Las inversiones del gobierno nacional en tiempos de pandemia en las industrias culturales han sido de más del 20 mil millones de pesos. Nos planteamos mantener la llama de la cultura”. Luego se sumó a la mención de la importancia del pasaje al recinto de diputados de la ley Carro.
Dedicatatoria y homenajes: “Pepe” Soriano, “Coco” Blaustein y “Pino” Solanas
Luis Puenzo fue el encargado de convocar al escenario a “Pepe” Soriano, el gran actor de “La Patagonia rebelde”, “Asesinato en el senado de la Nación”, o “Nocturna”, de reciente estreno, para entregarle una pieza escultórica en reconocimiento de su trayectoria. Aplaudido de pie, Soriano aclaró que tiene 92 años y 74 de trayectoria actoral.
“Estuve 10 años parado por la dictadura cívico militar, entonces hacía un unipersonal, ‘El loro calabrés’, yendo a donde podía, y repartí miles de panes y planté árboles donde no había ninguno, tengo que agradecer a todas esas comunidades por el arte que puedo hacer”, dijo emocionado. Finalmente dedicó de un amoroso modo ese premio a su compañera durante más de 40 años.
Las muertes son azarosas, inmanejables, pero por una desagradable fortuna el año pasado el Festival estuvo dedicado a Fernando “Pino” Solanas y este año a David “Coco” Blaustein, dos cineastas centrales a la hora de pensar el cine político nacido en la segunda mitad del siglo XX.
Esa infausta casualidad llevó a preguntarle a la directora artística del Festival sobre la relación que tiene este con el tipo de cine que ellos llevaron adelante y cuál es la impronta que de ese cine político aquí.
“La relación del Festival con este tipo de cine es muy coherente y cercana”, nos explicó Cecilia Barrionuevo, “porque desde siempre el festival ha sentado posición política con respecto al cine, promoviendo este tipo de miradas. Nosotros tenemos una postura política ante el cine, el arte, y nos sentimos emparentados con películas que generen preguntas que generen miradas, que generen inquietudes. Un cine que sea disruptivo, creativo de vanguardia y que asuma su compromiso con los tiempos. Un cine que pertenezca a su tiempo”.
De Blaustein se podrán ver 4 películas: “Cazadores de utopías” (1995), “Botín de guerra” (2000), “Porotos de soja” (2009) y Se va a acabar (2021).
La decisión de abrir el Festival con la proyección de la película póstuma de Solanas, “Tres en la deriva del acto creativo”, se convirtió en una celebración de la vida del artista y político central en la vida nacional entre 1968 y 2019.
La película nace del encuentro de tres grandes artistas y viejos amigos, referentes de la cultura latinoamericana: el pintor Luis Felipe “Yuyo” Noé, el dramaturgo y actor Eduardo “Tato” Pavlovsky y el propio Solanas. Pero también hay una suerte de encuentro generacional ya que a ellos se sumaron sus hijos: los cineastas Gaspar Noé y Juan Solanas, que filmaron sin suponer que del rodaje iba a nacer un film sobre el proceso creativo, y el músico Martín Pavlovsky. Ellos, además de traer su propias experiencias, aportan al film anécdotas sobre el proceso creativo de sus padres.
Estuvieron presentes en la ceremonia los hijos de Solanas, Victoria y Juan, su compañera, Ángela Correa, Flecha, su hijo, que fue adoptado como propio por el realizador y Luis Felipe Noé y su hijo Gaspar. Ellos contaron algo sobre Pino y sobre el trabajo que llevó hacer la película.
“Fue una película que llevó casi 10 años, porque él estaba tan ocupado con todas las tareas que hacía. Pino era un patriota y se entregaba a su tarea, porque quería intensamente nuestro país, que sabía parte de América Latina. Tuve el honor de ser su amigo y aprendí mucho de él. Hoy tengo la alegría y la tristeza simultánea, veremos al final la película, pero sin la presencia de Pino”, contó el maestro Luis Felipe Noé. “Para Pino -agregó Juan Solanas-, arte, vivir y política era lo mismo, y eso van a ver en la película”.
“Hace un año que mi papá se fue -dijo Victoria Solanas-, y de todas maneras es hermoso que hayan podido hacer el proyecto estos tres amigos, Yuyo, Tato y Pino, y que lo haya podido terminar y que ahora estemos todos nosotros reunidos para poder recibir este gran legado, donde estos tres grandes artistas nos abren la cocina de lo que es el proceso creativo, pero además nos hablan de la amistad y de su compromiso”.
Y así, con esa emoción para nada contenida, se corrió el telón y se apagaron las luces de la sala. Y todo transitamos a ese extraño momento de intimidad compartida. Y la luz proyectada sobre la pantalla, también se animó a abrazarnos.
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