Casado y padre de cinco hijas mujeres que son el centro de su vida, Bill Furlong, hombre con una infancia triste y de temprana orfandad, es el protagonista de la conmovedora novela Cosas pequeñas como esas. Bill es un hombre trabajador y fervoroso creyente que un día, por casualidad, conoce la verdad que se escondía detrás de las oprobiosas Lavanderías de la Magdalena irlandesas por las que pasaron durante décadas entre diez mil y 30 mil niñas y jóvenes abandonadas a su suerte muchas veces por sus familias al quedar embarazadas. Desde su modesto lugar, Bill tiene la oportunidad de hacer algo por el infortunio de esas chicas. Se necesita coraje.
El libro de Claire Keegan, traducido por Jorge Fondebrider y editado por Eterna Cadencia, es una ficción trabajada en un escenario histórico datado en el año 1985. La última lavandería fue cerrada en 1996. En esos asilos, que eran administrados en conjunto por la Iglesia católica y el Estado irlandés, las chicas eran explotadas laboralmente y sufrían abusos de todo tipo, además de que eran separadas de sus bebés, que terminaban dados en adopción sin su consentimiento, o muertos. Recién en 2013 el gobierno irlandés pidió disculpas.
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