El título es “Heredero: las causas judiciales que enfrenta el Opus Dei”. Se publicó en simultáneo en dos sitios digitales: Revista Anfibia de Argentina y Connectas de Colombia. El jurado del Premio Gabo eligió esta investigación entre los cuarenta finalistas. La categoría en la que compite, junto a doce artículos más, es “Texto”.
La autora es Paula Bistagnino, argentina, nacida en Bella Vista, “un lugar del conurbano bonaerense que la obsesionó desde chica: ella no estaba bautizada en medio de amigas católicas y monumentos al fundador del Opus Dei”, se lee en su biografía de Anfibia. Estudió Periodismo en TEA y Comunicación en la UBA. La investigación de Bistagnino fue hecha con la colaboración de Julián Maradeo. Las ilustraciones que acompañaron el texto inicial las hizo la artista Malena Guerrero.
En el informe hay testimonios de ex miembros de la organización religiosa que está presente en 68 países y, entre otras cosas, financia escuelas, clubes y universidades. Bistagnino parte de una pregunta: ¿cómo se financia? Sabe que la metodología de recibir donaciones es habitual en organizaciones religiosas, pero descubre que el Opus Dei tiene una “especialidad”. Se trata de las herencias de sus miembros célibes, que al ingresar firman un testamento en favor de su “nueva familia”.
Bistagnino investiga también dos causas judiciales abiertas en Argentina y Uruguay sobre personas que no fueron miembros de “la Obra” fundada por Escrivá de Balaguer y terminaron donando sus fortunas al Opus Dei de manera inexplicable.
El Opus Dei insiste en que no tiene bienes propios, pero esta investigación demuestra que construyó un imperio inmobiliario. En Argentina, al menos 17 asociaciones civiles están ligadas a la organización, y de ellas dependen 50 instituciones en todo el país. Además, en los registros declarados figuran como propietarias de más de cien inmuebles, incluso predios y edificios enteros en los barrios más caros de Buenos Aires.
“Primero necesitaba entender: qué hace el Opus Dei, qué es, qué quiere, qué busca, por qué tienen tanta plata y propiedades, a dónde quieren llegar, cuál es su vocación; pero mucho más me inquietaban las historias íntimas y personales. La pregunta por cuál es el atractivo de esa promesa de santidad con la que convocan a adolescentes de 14 o 15 años, el sacrificio y la mortificación autoinfligidos en pos de algo intangible e improbable, me obsesionaban”, contó Paula Bistagnino.
Para esta edición del Premio Gabo, hubo 1.585 postulaciones, sometidas a tres rondas de juzgamiento por grupos de jurados autónomos, conformados por 57 periodistas internacionales de amplia trayectoria. De allí se eligieron los 40 candidatos. Inspirado en los ideales de Gabriel García Márquez, el galardón busca distinguir lo mejor del periodismo iberoamericano.
Dentro del grupo de nominados, conformado por periodistas y equipos periodísticos que publican para audiencias de América Latina, España y Portugal, se encuentran los que serán los tres finalistas de cada categoría. De ese grupo de 12 trabajos finales saldrán los cuatro ganadores del Premio Gabo 2021, que se conocerán en una ceremonia virtual, el próximo 18 de noviembre, durante el Festival Gabo número 9.
* La nota sobre el Opus Dei se puede leer aquí.
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