La Asocación de Amigos de Bellas Artes cumple 90 años y lo celebró con la presentación de su libro Amigos del Bellas Artes. 90 años de apoyo al Museo. Obras de arte, exposiciones temporarias e infraestructura, de la que participarón referentes de las políticas culturales del país, como del extenso ecosistema del arte argentino.
Con alrededor de 200 invitados, pero respetando la distancia social y los medidas de sanidad, el auditorio de la institución vivió una celebración en la que se recorrió tanto su histora, como se reflexionó sobre su presente y futuro.
Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes, abrió el encuentro con una reflexión sobre la importancia del trabajo en conjunto: “Para el Museo es una alegría tener una Asociación de Amigos tan eficiente y sobre todo persistente. Celebrar 90 años de una acción en el tiempo es un logro extraordinario. En los últimos años, para mi fue muy fácil trabajar con ellos, es una Asociación profesionalizada, donde se cumplen las normas, hay un diálogo franco y un objetivo común, que es engrandecer el museo”.
Y agregó: “En este momento de pandemia aprovechamos el tiempo e hicimos una articulación muy virtuosa, entre el Gobierno de la Ciudad, el Ministerio de Cultura de la Nación y la Asociación, en la que estamos trabajando en un paseo de esculturas, con esculturas de la ciudad y del museo y la puesta en valor de la sede de la Asociación”.
Por su parte, Enrique Avogradro, ministro de la cartera de cultura porteña, sumó: “Lo valioso que es cumplir los primeros 90 años, en un país que son pocas las instituciones que tienen esta trayectoria. Un vehículo para que un montón de personas pudieron acompañar en el marco de una institución con muchísimo éxitos. La Asocaciones Amigos es una ejemplo en el tipo de proyectos que desarrollarán en la forma de mecenazgos y cómo lo llevan adelante, ojalá muchos puedan seguir su ejemplo”.
El tercero en tomar la palabra fue Tristán Bauer, ministro de cultura nacional, quien resaltó: “Qué palabra hermosa es ‘amistad’, por eso la felicidad de celebrar hoy estos 90 años de amistad. Los amigos que se sumaron y durante 90 años mantuvieron ese vínculo con este museo que nosotros tanto amamos, clave para la cultura argentina. El tiempo de pandemia ha sido durísimo sobre todo para las industrias culturales, y tantos artistas. Seguimos trabajando en las ideas y la materialización de esas ideas para salir adelante. Seguiremos trabajando con el mismo fervor para llevar adelante los proyectos para que el Museo Nacional de Bellas Artes siga con su luminosidad y sea la referencia que es”.
Luego, en diálogo con la periodista Cristina Mucci, Julio Crivelli, presidente de la asociación desde hace una década, comenzó recorriendo la historia del museo: “El museo es un paso importantísimo en la conformación de la sociedad, en nuestra identidad como argentinos. El museo cumple los tres ejes: lo que había, el arte prehispánico, lo que ellos admiraban, el arte europeo, y lo que los argentinos pudimos hacer”.
La idea surgió entre Cupertino del Campo, que había sido director del MNBA durante dos décadas y se encontraba retirado, y Francisco Llobet, destacado coleccionista de arte francés a cargo de la Dirección General de Bellas Artes y uno de los fundadores de Amigos del Arte, que abrió sus puertas en 1924. “Esta asociación no tiene ninguna política, su único objetivo es ayudar y apoyar al museo”, comentó.
Recordó cómo desde hace casi 25 años se realizan cursos y talleres, que tienen alrededor de 22.000 matrículas. “Apuntamos a la cultura informal, que no busca ser una competencia de la universidad, y que tiene una carrera de historia del arte muy prestigiosa”, dijo. También resaltó cómo fue el proceso de digitalización durante la pandemia para poder segur conectados con el público.
A lo largo de las 9 décadas, la Asociación de Amigos del Bellas Artes, llamada así desde el ‘61 cuando obtuvo su personería jurídica, donó un total de 185 obras que hoy en día forman parte de la colección.
Las curiosas historias de estas obras, las circunstancias tras las que llegaron a ser parte del museo más importante del país se cuentan en las páginas de esta obra que, con una tirada inicial de 600 números, revela un aspecto hasta ahora desconocido del Bellas Artes.
Amigos del Bellas Artes. 90 años de apoyo al Museo. Obras de arte, exposiciones temporarias e infraestructura recorre la historia de una de las organizaciones sin fines de lucro con más trayectoria de nuestro país y la más antigua de esta parte del mundo.
El libro está organizado en tres secciones: la primera dedicada a las obras de arte donadas al Museo; la segunda pone en valor las donaciones de individuos y familias -algunas de las cuales formaron el patrimonio fundacional del Museo-, y la tercera que detalla los recursos económicos aportados que resultaron determinantes para el crecimiento, el desarrollo y la expansión del Bellas Artes.
Durante estos tiempos de pandemia y ante la imposibilidad de realizar sus famosas galas, a partir de la cual se realizaba la mayor recaudación del año, los Amigos encontraron en la solidaridad y en el amor por el arte de algunas empresas, coleccionistas y otros particulares un apoyo que sirvió para recaudar 18 millones de pesos, cuatro de los cuales se destinaron a editar el libro.
“La asociación no financia lo que le gusta, sino las políticas del museo, esté o no de acuerdo. Es el Estado el que decide, porque el Museo es de todos los argentino”, dijo.
El resto del dinero también está a la vista, ya que se utilizó en la faraónica tarea de restaurar a su estado original el pabellón diseñado por el arquitecto César Janello, “un arquitecto de arquitectos”, para la Exposición del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo.
En estos 90 años, con el apoyo de Amigos y su alrededor de 20 mil socios a lo largo del tiempo, se han superado la organización de 600 exhibiciones temporarias con su catálogos; se sumaron alrededor de 10 mil m2 a su superficie, se realizaron más de 100 eventos de foundraising, y en las últimas dos décadas se dictaron más de 1.500 talleres y cursos, por los que pasaron 100 mil alumnos.
Sobre el futuro, reflexionó que “en un mundo donde la imagen comienza a reemplazar el concepto” “vamos a ver como serán los muesos en el medio de un mudo digital y cómo serán las asociaciones, en un momento donde todo cambia”.
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