Con una impronta que apunta a sostener y relanzar programas instalados, pero también con la voluntad de repensar cómo mejorar e incrementar la exportación de bienes culturales con especial foco en las editoriales independientes, la abogada, escritora y librera Paula Vázquez asumió como directora de Asuntos Culturales de Cancillería en reemplazo del periodista Martín Granovsky.
“La industria editorial argentina tiene una historia muy rica que debemos trabajar para recuperar. Me gustaría apostar a eso; con foco sobre todo en las editoriales independientes, que son las que, en los últimos veinte o treinta años, marcan la diferencia con proyectos y catálogos de excelencia”, asegura Vázquez y advierte sobre cierto efecto multiplicador de la exportación de bienes culturales que “genera riqueza, a nivel de divisas pero también de vínculos profundos con otras culturas”.
Vázquez tiene 37 años, es autora del libro de relatos La suerte de las mujeres y de la novela Las Estrellas , fundadora de las librerías Lata Peinada de Madrid y Barcelona especializadas en literatura latinoamericana y, además, concejal de Pilar por el Frente de Todos con mandato hasta el 10 de diciembre.Consultada horas después de asumir, contó que la semana pasada recibió la propuesta del canciller Santiago Cafiero para sumarse al nuevo equipo: “La cooperación cultural es un universo y apasionante y, de modo personal, es un camino para unir lo que hice de forma privada en los últimos años, en contacto particularmente con Latinoamérica y España, y mi vocación política”.
Su llegada al Palacio San Martín es con una agenda cargada. “Hoy tenemos la primera reunión con el equipo de la Bienal de Venecia, una reunión vía zoom desde Roma con la curadora de la Bienal y nuestra agregada cultural. Por la tarde, el acto por el día nacional por el derecho a la identidad con la presencia de Estela Carlotto y el Canciller. Vamos a llevar la campaña de Abuelas a nuestras representaciones en el exterior”, se entusiasma.
Tercera funcionaria en asumir el rol durante esta gestión, Vázquez no imagina un escenario de “borrón y cuenta nueva” sino más bien continuidades con novedades. “Voy a continuar los proyectos pautados como la Bienal y las políticas de Memoria en materia de cooperación internacional, la candidatura de la ex Esma como patrimonio de la humanidad ante la Unesco, por ejemplo”, repasó. Además, tiene un interés particular en el Programa Sur. “Funciona muy bien desde hace años, vamos a intentar potenciarlo, gracias a este programa este año por ejemplo Argentina tuvo presencia por primera vez en la feria del libro de Beijing”.
Desde su cuenta personal en Instagram, Vázquez contó que al momento de asumir la acompañaron dos libros: Contramarcha de María Moreno que llevaba en su cartera y un poemario de Washington Cucurto. Muy lectora, en los dos vislumbra augurios y una huella. “María Moreno, una de las escritoras más importantes que tiene la Argentina en la actualidad, siempre heterodoxa, híbrida, anfibia, se hizo lectora y luego escritora en las librerías de viejo, en los bares, siempre fuera de la academia, cruzando géneros y lo alto y lo lo bajo en una mezcolanza o pastiche que es tradición típicamente argentina. Me identifico con ese ‘venir de otro lado’, lo reivindico como lugar de enunciación personal” cuenta sobre Contramarcha, que llevó como amuleto.
El libro de Cucurto, en cambio, la esperaba en la oficina. “Es un libro de una editorial independiente súper potente y con un catálogo maravilloso, de Bahía Blanca, editado en agosto de 2003, cuando yo estaba entrando a mi primer año de carrera en la universidad y la Argentina iniciando el proceso de transformación económica y política más importante desde el primer peronismo”, recuerda e inscribe esa marca literaria en su biografía personal y política: “Creo que generacionalmente soy deudora de esa época, y tengo la posibilidad y la responsabilidad de ver qué de aquél espíritu que me convocó a mí y a tantos otros -entonces sí- jóvenes a la política, persiste en mí como motor cotidiano”.
Fuente: Télam
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