Una imponente estatua de un rostro de mujer con los ojos cerrados que con 22 metros de altura interpela a suspender el ruido de la ciudad acaba de ser emplazada a orillas del Río Hudson frente a Manhattan en Nueva York, como parte de un proyecto inmobiliario instalado en la vecina Nueva Jersey.
Elaborada por el reconocido artista español Jaume Plensa como parte del proyecto El alma del agua, la nueva escultura de sitio específico que se integra al paisaje urbano, representa un busto de una joven mujer que se lleva un dedo a los labios en un estado de contemplación silenciosa y gesto de silencio.
Se trata de la escultura pública más alta de Plensa (Barcelona, 1955) y está situada en la urbanización Newport, en el río Hudson, en Jersey City, Nueva Jersey. La gran pieza escultórica creada a partir de la imagen escaneada de una modelo fue fabricada con resina de poliéster, fibra de vidrio y polvo de mármol, y viajó desde Barcelona en 23 contenedores hasta Nueva Jersey para su montaje. “La intención no es pedir silencio a Nueva York, todo lo contrario: es la petición de un silencio poético”, asegura el artista español citado por el medio ABC de España.
“Es un silencio para poder escuchar el sonido del agua, que a veces con las distracciones de este mundo tan agitado nos perdemos. Es un espacio de recogimiento y silencio”, afirma al medio.
La obra denominada en inglés Water’s Soul se dibuja contra el fondo de los rascacielos del sur de Manhattan, Wall Street y el nuevo World Trade Center de Nueva York , el centro económico y financiero de Estados Unidos. Por otro lado, desde la otra orilla, Nueva Jersey, donde está instalada la escultura, los vecinos se preguntan sobre el significado de esta obra que desde su pedestal mide 25 metros de altura y se ubica en dirección a Manhattan y sus rascacielos.
Para Plensa la obra tiene un sentido adicional al estar frente a Manhattan que simboliza “lo inmediato, la vorágine del mundo actual que no nos permite estar atentos a nuestros pensamientos”, según el medio. La instalación de sitio específico es un tributo al río Hudson y ello está en sintonía con el interés constante del artista por las masas de agua como representaciones de la humanidad: “El agua es una maravillosa metáfora de la humanidad”, reflexiona el artista.
“Una gota de agua está sola, como una sola persona, pero muchas gotas juntas pueden crear un maremoto y formar ríos y océanos inmensos; cuando los individuos se unen para intercambiar ideas y crear comunidad, podemos construir algo increíblemente poderoso”, apunta.
Water’s Soul hace un guiño al histórico muelle del río Hudson, un lugar que fue testigo de gran parte del comercio que entraba y salía de Nueva York en transbordadores y barcazas ferroviarias durante el siglo XIX y principios del XX. La escultura reconoce este pasado y expresa la esperanza colectiva de que la humanidad construya un mundo mejor ante la amenaza del cambio climático, se debe proteger el agua como elemento preciado de la naturaleza y que pertenece a todos: “El agua es la fuente de la vida, y El Alma del Agua es una celebración de la vida”, cita al artista la galería Gray que lo representa y expone el proyecto.
Ubicada en un muelle destruido por el huracán Sandy en 2012, la obra fue encargada por el empresario inmobiliario Richard LeFrak que realizó junto a otro “magnate del ladrillo”, David Simon el desarrollo en la orilla de Nueva Jersey que está cambiando la fisonomía de esta ciudad.
La obra que “no pertenece a nadie y es símbolo de transformación”, según su autor, está diseñada para soportar el clima. Plensa que vive en Barcelona es uno de los escultores más reconocidos por su trabajo en los espacios públicos tiene proyectos en ciudades como Calgary y Montreal, Chicago, San Diego, Londres, París, Dubai, Bangkok, Shanghai y Tokio.
Alguna de sus esculturas son la fuente Crown Fountain (2000-2005) de Chicago convertida en una de las instalaciones más populares de la ciudad, Behind the Walls en el Rockefeller Center (Nueva York) y en el Museo Nacional de Arte de Ciudad de México. Entre las más recientes están Julia (2018) en Madrid, Voices (2018) en Nueva York y Dreaming (2017) en el Toronto’s Richmond Adelaide Centre (2020).
Sus numerosas obras abarcan desde trabajos íntimos y delicados sobre papel hasta proyectos públicos monumentales, y evoca la reflexión interior, el silencio y el compromiso intelectual. Ganador de numerosos premios nacionales e internacionales, ha realizado exposiciones en diferentes museos del mundo y galerías.
Fuente: Télam
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