Hillary Clinton escribió un thriller político y según la crítica es una novela “ambiciosa” y “verdaderamente buena”

“State of Terror” es la primera ficción de la política estadounidense y fue escrita a cuatro manos con la gran escritora canadiense Louise Penny, famosa por sus historias de misterio. Meses atrás su esposo Bill publicó su segunda ficción de suspenso, también en colaboración con un escritor

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En la novela State of Terror, la protagonista, recientemente nombrada secretaria de Estado, debe resolver una “conspiración mortal” diseñada para aprovechar que Estados Unidos ya no tiene la presencia global que solía tener.
En la novela State of Terror, la protagonista, recientemente nombrada secretaria de Estado, debe resolver una “conspiración mortal” diseñada para aprovechar que Estados Unidos ya no tiene la presencia global que solía tener.

Cuando la política no da satisfacciones, la literatura puede ser un gran refugio y no solo para leer, también para escribir. La ex candidata presidencial, ex senadora y ex secretaria de Estado de los Estados Unidos Hillary Clinton escribió en colaboración con la autora canadiense Louise Penny y amiga personal un “thriller” político de ficción sobre el desafío de reconstruir el liderazgo estadounidense en el mundo tras unos ataques terroristas. La novela llega en el mismo año que su marido, el ex presidente Bill Clinton, acaba de publicar su segunda novela, también de misterio, en colaboración con el escritor James Patterson. Todo indica que el matrimonio Clinton parece haberse dedicado a escribir y a pensar historias de misterio durante el aislamiento en plena pandemia. En estos días el ex presidente se encuentra internado en California, mientras se recupera de una infección que no es Covid.

State of Terror fue publicada por Simon & Schuster y St. Martin’s Press y contó con la supervisión editorial de Jennifer Enderlin, quien hace tiempo trabaja con Hillary, quien firma el libro como Hillary Rodham Clinton, incluyendo su apellido de soltera. La escritura no es una novedad para Hillary, autora de siete libros entre ensayos, memorias y libros para niños, pero esta es la primera vez que aborda la literatura y lo hace a través de una novela de suspenso y de la mano de una autora muy conocida y exitosa en la literatura de género. Hillary no es la primera de la familia en abordar la ficción como autora. Su marido y expresidente Bill Clinton, fue también coautor de dos novelas de misterio con el escritor James Patterson titulada The President is Missing (El presidente está desaparecido) y The President’s Daughter (La hija del presidente), que salió a la luz meses atrás.

“Cuando me sugirieron que mi amiga Hillary y yo escribiéramos una novela de suspense político juntas no pude decir ‘sí’ lo suficientemente rápido”, aseguró Louise Penny, quien para comenzar a trabajar procuró saber cuál hubiese sido la “peor pesadilla” de Clinton cuando fue secretaria de Estado del presidente Barack Obama y lo ha plasmado en una novela que la editorial definió como “una colaboración única entre dos amigas y aficionadas a la novela negra”.

Hillary Clinton escribió la ficción de suspenso junto con la reconocida escritora de novelas de misterio canadiense Louise Penny. (Foto: DOMINIQUE LAFOND AND DEBORAH FEINGOLD)
Hillary Clinton escribió la ficción de suspenso junto con la reconocida escritora de novelas de misterio canadiense Louise Penny. (Foto: DOMINIQUE LAFOND AND DEBORAH FEINGOLD)

Penny es una conocida autora canadiense que antes de dedicarse por completo a la literatura trabajó como periodista de policiales y consolidó su fama con una serie de 17 novelas de misterio cuyo protagonista es el inspector Armand Gamache, y que están ambientados principalmente en el pueblo ficticio de Three Pines, en Quebec. Las novelas han recibido numerosos premios y el inspector Gamache ha sido comparado en ocasiones con el célebre Hércules Poirot de Agatha Christie. Cuentan que luego de su derrota ante Donald Trump, Hillary llegó como lectora a las novelas de Penny y a los misterios de Three Pines, en cuyo universo buscó aislarse del dolor de la derrota.

“Mi esposo murió en 2016. Luego, Hillary perdió las elecciones”, dijo Penny, de 63 años, en una entrevista conjunta con la revista People. “Conectamos tan profundamente, dos mujeres heridas que entendieron el profundo dolor que ambas teníamos”, explicó. El trabajo en colaboración para novelas policiales tiene una larga tradición, entre los ejemplos pueden recordase las novelas de Ellery Queen, seudónimo creado en 1929 por los escritores estadounidenses Frederick Dannay (1905–1982) y Manfred Bennington Lee (1905–1971), quienes eran primos, y, en la Argentina, por ejemplo, los libros de Bustos Domecq, seudónimo que encubría a los íntimos amigos Jorge Luis Borges y a Adolfo Bioy Casares.

La novela de Penny y Clinton, aunque es pura ficción, tiene ciertos paralelismos con la realidad, ya que narra la historia de Ellen Adams, “una secretaria de Estado sin experiencia que se suma a la administración de su ex rival, un presidente investido después de cuatro años de un mandato que redujo el liderazgo de Estados Unidos en el mundo”. Tal vez los lectores recuerden que Clinton fue nombrada jefa de la diplomacia estadounidense en 2009 por Barack Obama, quien se impuso a ella en las primarias demócratas para luego ganarle los comicios generales al republicano John McCain.

En la novela, la protagonista debe resolver una “conspiración mortal” diseñada para aprovechar que Estados Unidos ya no tiene la presencia global que solía tener, una trama de ficción que también se alimenta de la realidad geopolítica de los últimos años, consolidada a partir de la llegada al poder de Donald Trump, quien se mantuvo en la Casa Blanca entre 2017 y enero de 2021.

Para The New York Times, la novela es un “sorprendente thriller geopolítico” Según cuenta en su reseña de Los Angeles Times Paula L. Goods, quien asegura que la novela es “verdaderamente buena”, State of Terror (Estado de terror) cuenta la historia de Ellen Adams, una viuda de casi 50 años recién confirmada como secretaria de Estado (ministra de Exteriores) de los Estados Unidos, cuya primera misión en Seúl acaba en desastre. Primera coincidencia con la historia de la propia Hillary: el 11 de septiembre de 2012, a poco de asumir a la cabeza del Departamento de Estado, presuntos militantes islamistas atacaron la sede diplomática de EE.UU. en Bengasi, Libia, y causaron la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellos el propio embajador de EE.UU. en Libia, Christopher Stevens. La sombra de Bengasi persiguió y aun persigue a Hillary.

Volvamos a State of Terror, cuya trama fue positivamente caracterizada por The New York Times como “ambiciosa y apocalíptica”. En la novela, Adams es una diplomática novata, una antigua magnate de los medios de comunicación que cedió su imperio a su hija, Katherine, para ayudar a su país. Elige un cambio radical: “no informar sobre el dolor, sino hacer algo para aliviarlo”. Su jefe, es el presidente Douglas Williams, quien derrotó a Eric Dunn, un fanfarrón a quien llaman también “Eric el tonto”, que presidió una administración de “incompetencia casi criminal” (cualquier parecido con la realidad pertenece a la imaginación de Hillary y Luise Penny). Aquella competencia presidencial resultó en una carrera despiadada, durante la cual Ellen Adams utilizó la influencia de su imperio mediático en apoyo de Dunn para la nominación de su partido. Ahora se pregunta si el nuevo comandante en jefe le ofreció el puesto de secretaria de Estado como un acto de venganza política, anticipando su fracaso.

Hillary Clinton visitó ayer a su esposo, el ex presidente Bill Clinton, quien se encuentra internado en el Centro Médico Irvine de la Universidad de California. Bill también publicó este año una novela de misterio (REUTERS/David Swanson)
Hillary Clinton visitó ayer a su esposo, el ex presidente Bill Clinton, quien se encuentra internado en el Centro Médico Irvine de la Universidad de California. Bill también publicó este año una novela de misterio (REUTERS/David Swanson)

Mientras su cabeza no para de pensar en su conflictiva relación con el presidente, la secretaria de Estado vuelve a estar envuelta en una crisis a partir de un complot terrorista internacional, que comienza con la explosión de una bomba en un autobús de Londres. Los puntos de vista cambiantes de la novela hacen sospechar de los vínculos de varios personajes con el atentado: hay una científica paquistaní que huye de lo que podría ser el ejército de su país; hay un hombre que la sigue hasta Frankfurt; hay una estadounidense de primera generación que es funcionaria del servicio exterior y con turbias conexiones familiares que recibe un desconcertante mensaje de texto codificado; y hay también un periodista de la agencia Reuters que estuvo secuestrado en Afganistán durante ocho meses por un grupo terrorista que guarda enormes similitudes con el ISIS.

La segunda bomba explota en París y la funcionaria que recibió el mensaje oscuro advierte que el texto contiene pistas sobre futuros atentados. Mientras busca hacerle llegar la información a la secretaria Adams, una tercera bomba estalla en Frankfurt: el periodista de Reuters resulta gravemente herido. Es en este punto cuando aparece un personaje clave, Bashir Shah, un físico paquistaní convertido en traficante de armas, quien parece estar detrás de los hechos y odia a Ellen, ya que desde su imperio mediático una vez puso al descubierto sus crímenes en un documental devastador; incluso pudo haber sido el responsable de la muerte de su esposo, quien murió envenenado con una sustancia imposible de rastrear. La imagen del complot sobrevuelta la trama y la suma de atentados ya permite advertir que podrían estar ante una conspiración mayor que amenaza a Estados Unidos. El título del libro surge de la situación general ya que la ola de atentados lanza a todos los miembros del gobierno a un estado de terror.

Hay que desactivar la amenaza y son todas mujeres las que van a ocuparse de eso (una vez más, la realidad de Hillary, una de las primeras políticas influyentes en participar de los grandes eventos del feminismo internacional como fue la cumbre de Beijing en 1995, adonde llegó como primera dama, cuando su esposo Bill Clinton era presidente). “Si Clinton está ajustando astutamente viejas cuentas políticas”, dice Sarah Lyall en un artículo del New York Times, también está, dulcemente, celebrando el apoyo mutuo de las mujeres más adelante en la vida, y me conmovieron las notas de los autores que rinden homenaje a Betsy Ebeling, una de las amigas más antiguas de Clinton, que murió no tanto. hace mucho tiempo y fue una inspiración para el personaje de Betsy Jameson. El final deja abierta la posibilidad de que este sea el comienzo de una hermosa amistad ficticia.

Barack Obama y Hillary Clinton, durante la convención demócrata del 2016. Ella fue secretaria de Estado del segundo gobierno de Obama. (AP)
Barack Obama y Hillary Clinton, durante la convención demócrata del 2016. Ella fue secretaria de Estado del segundo gobierno de Obama. (AP)

Las capacidades muchas veces minimizadas de las mujeres son las que finalmente consiguen desentrañar qué hay detrás del plan que está poniendo en riesgo al mundo. “Al igual que la anciana señorita Marple de Agatha Christie, quien ocultó su mente aguda bajo un exterior tímido para burlar el desfile de asesinos que invaden su pequeño pueblo, Ellen usa su condición de mujer de mediana edad aparentemente superada por el asunto como un arma sigilosa, sin permitir que su ego se interponga en su camino. ‘Maxim Ivanov estaba en medio de la habitación, sin moverse. Obligó a Ellen a ir con él y ella obedeció. Estos gestos miserables, destinados a insultar, no tenían ningún efecto en ella’ , escriben las autoras. Ellen sabe que hombres como Ivanov, el presidente ruso, “siempre despreciarían y subestimarían a las mujeres”, sostiene Lyall en su reseña de The New York Times.

A la hora de evaluar el trabajo de ambas autoras y el aporte personal que hicieron a la novela, según Paula Goods de Los Angeles Times, puede verse cómo “con la cabeza y el corazón, las capas de compromisos éticos, la intriga política, el espionaje de alto nivel y la maldad en estado puro de State of Terror se combinan perfectamente el conocimiento íntimo de Clinton sobre el Departamento de Estado y la política exterior con la maestría de Penny en la mecánica del género”.

Los Clinton: políticos y ensayistas, ahora además autores de ficción. (EPA/MIKE SEGAR/Archivo)
Los Clinton: políticos y ensayistas, ahora además autores de ficción. (EPA/MIKE SEGAR/Archivo)

“Cuál de las novelas de los Clinton te puede interesar más dependerá, como siempre, del gusto personal. La hija del presidente es pura testosterona y fanfarronería, llena de agentes valientes deseosos de apresurarse a situaciones imposibles usando solo su ingenio y sus armas masivas. Estado de terror aborda temas similares: terrorismo, traición, chantaje, malversación del gobierno. Pero mientras los personajes de Bill hablan en voz alta y agitan sus grandes falos (son hombres), los de Hillary escuchan con atención y usan su profundo conocimiento de la naturaleza humana para superar a sus adversarios (son mujeres)”, dice Lyall en el NYTimes.

Para ella, asegura en el final de la nota, el premio al thriller del año se lo lleva Hillary.

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