Hoy se llevó a cabo Un encuentro por la cultura de la libertad en el municipio español de San Lorenzo de El Escorial lleno de cultura, educación, política, economía y periodismo. Organizaron la Cátedra Vargas Llosa y la Fundación Internacional para la Libertad. Estuvo presente Mario Vargas Llosa, quien afirmó que la Cátedra que lleva su nombre, creada hace diez años, cuando recibió el premio, “por unos amigos sin decirme nada”, trabajará “para mantener vivo el español escrito a través de encuentros periódicos y una comunicación constante entre quienes crean en esta lengua”.
El escritor confesó que busca “acercar a los escritores de lengua española para que haya entre ellos una comunicación, una amistad y, sobre todo, intercambios literarios muy constantes”. Una tarea que se le ha encomendado a “tres destacadas personas del mundo cultural iberoamericano”, que serán quienes dirijan la Cátedra en esta nueva etapa: Raúl Tola, de Perú, Ramiro Villapadierna, de España, y Darío Loperfido, de Argentina. De ellos ha dicho que “liderarán los esfuerzos para que la Cátedra crezca y vaya cumpliendo sus objetivos”.
En el ciclo celebrado en El Jaral de la Mira de Mario Sandoval participaron representantes del mundo de la cultura, la educación, académicos, empresarios, políticos y periodistas, “personas de de 22 países de ambos lados del Atlántico”, apuntó Gerardo Bongiovanni, miembro del Consejo Directivo de la Fundación Internacional para la Libertad.
Mario Vargas Llosa ha destacado, asimismo, durante su intervención la labor realizada por la Cátedra desde su creación: los premios, los acuerdos con las universidades, la promoción de la literatura y ha augurado que su actividad será más ambiciosa de la mano de una institución como la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por él y creada hace 19 años para coordinar “las actividades de las instituciones liberales españolas, norteamericanas y sudamericanas”.
Su hijo Álvaro, que inauguró la parte central de la jornada, ha insistido en que se trata de un evento con ambición de “permanencia en el tiempo, institucionalizado cada año, que sea, al mismo tiempo, una celebración de la libertad y de la cultura, y también un acto de recaudación de fondos privados para darle a la Cátedra Vargas Llosa una autonomía, una independencia moral, política y financiera”.
Por su parte, los tres directores, aparte de agradecer la tarea encomendada, se han mostrado dispuestos a potenciar “el trabajo con las universidades, con distintas asociaciones que apuestan por la cultura y un trabajo muy estrecho con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara”, en palabras de Raúl Tola. A lo que Ramiro Villapadierna ha añadido el “compromiso moral en un tiempo en el que vivimos una recesión de las libertades”. Algo que ha secundado Darío Loperfido, que, además, ha manifestado que “las dos consignas de la cultura y la libertad para mí son imprescindibles”, y que la Cátedra, al vincular ambas, tiene que fomentar la actividad literaria y ofrecer un ámbito de reflexión.
En la agenda de la jornada se han fusionado la cultura, el compromiso con la promoción de la libertad y la gastronomía de España y América Latina. El torero hispano-peruano Andrés Roca Rey realizó un tentadero a un toro a puerta cerrada antes de la intervención del Nobel de Literatura. Por otra parte, la comida consistió en un almuerzo iberoamericano elaborado por el chef Mario Sandoval con el que colaboró el chef peruano Jose Olave. Además, se presentó la primera edición del Festival de Literatura ‘Escribidores’, organizado por la Cátedra Vargas Llosa y el centro cultural ‘La Térmica’ en Málaga.
La Cátedra Vargas Llosa tiene previsto organizar una jornada similar con carácter anual con el objetivo de fomentar la cultura y la creación literaria, respaldar a escritores, a intelectuales y a periodistas, así como contribuir a fomentar el arte y el intercambio entre culturas, estimulando la lectura y promoviendo becas y proyectos innovadores, entre otras muchas iniciativas.
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