El comienzo de la décima edición de la Feria de Editores (FED) fue auspicioso: tres días locos llenos de libros y literatura. Una buena manera de ir saliendo de la pandemia. Una enorme multitud se había congregado ayer viernes en el Parque de la Estación de la Ciudad de Buenos Aires, varias palabras que definen un espacio al aire libre donde centenares de personas -miles a lo largo del día- recorrían el lugar de arriba a abajo, de izquierda a derecha y, no, no eran zombies sino lectores ávidos por participar de la primera Feria de Editores luego de dos años de aislamiento obligado.
Unas 200 editoriales independientes exponían en sus stands un panorama del libro argentino, que albergaba narrativa, ensayo, cómic y hasta objetos experimentales que hacían la delicia del coleccionista -que, claro, lee-. La modalidad del intercambio -que sigue hoy y mañana- tiene como característica que el editor se convierta por tres días en el propio vendedor de sus productos, realizando de este modo un encuentro poco común pero que, sin embargo, debería ser el de todos los días. A lo largo del recorrido de la Feria editores/vendedores y lectores/compradores andaban todos contentos. Durante toda la jornada se realizan debates presenciales y virtuales con actividades para todos los gustos.
Para Francisco Garamona, responsable de editorial Mansalva -que posee en su catálogo libros de César Aira, Carlos Correas, Sergio de Loof o Cecilia Pavón, entre otros-, “a veces es difícil encontrar la literatura en lugares como estos, pero la particularidad de poder consultar con los mismos editores y también con los autores producen encuentros muy felices”. Su stand, como muchos otros, se veía colmado de curiosos y compradores que podían llevarse, finalmente, el libro elegido entre sus manos.
Hay compras a precios accesibles, con descuentos y beneficios como 2x1: algunas ocurren en las mesas de la feria, muy visitadas en su apertura, otras a través de la versión digital de la librería Céspedes, que con un gasto superior a los 2500 pesos envía el paquete sin cargo a cualquier parte del país.
El movimiento de este retorno a las calles de la FED se completa con la “colecta de sangre” que organizan en el mismo parque esa librería, la Fundación Hemocentro de Buenos Aires y el bar Roma Bar, que recompensa con un refrigerio a los donantes: “En Argentina dona el 1,5% de las personas que pueden hacerlo. Si lo hiciera el 8% no serían necesarias las campañas urgentes de reposición”, advierten.
Para Mariano Blatt, de Blatt & Ríos (que editó a Fogwill, Carolina Sanín, Edmund Wilson, Lee Child o Fabián Casas entre otros), existe también una percepción: “El encuentro grupal se hace presente, se lo siente, aunque no se lo entienda bien. Es el encuentro de la literatura que, a diferencia de la Feria del Libro, no es sólo un espacio de negocios, por decirlo de alguna manera. Es otro tipo de espacio con una dinámica propia, masiva y que permite ese verdadero encuentro entre lectores y editores”.
En la misma dirección que Blatt, Damián Tabarosky, director editorial de Mardulce (que cuenta en su catálogo libros de Pier Paolo Pasolini, el recientemente fallecido crítico musical Federico Monjeau, Selva Almada, Victoria Ocampo y Flaubert, entre otros) señala que la FED “no tiene nada que ver con la dinámica de la Feria del Libro: mirá la gente, todos se llevan libros mientras pasean al aire libre luego del encierro de la pandemia, que tuvo un efecto positivo porque parece que todo el mundo volvió a leer. Este efecto no se ve solamente en el público de la Feria: yo, por ejemplo, que por lo general no me ocupo de esto, estoy acá en el stand, vendiendo libros, muy contento”.
Justamente la entrerriana Selva Almada es precisamente una de las fundadoras de la librería Salvaje Federal, una propuesta que intenta ganar terreno a los salvajes unitarios del mercado editorial, y que lleva a la FED rescates y nombres nuevos de escritores de 15 editoriales argentinas y de todas las provincias.
“Gran parte del fondo editorial de esta librería -que tiene su versión online https://www.salvajefederal.com- es de las provincias. Trajimos 15 de las cerca de 100 editoriales que la componen con la idea de representar a todo el país”, cuenta Almada sobre el proyecto nacido en 2020 para allanar un camino ida y vuelta capital-provincias y viceversa poco transitado por el mercado editorial y librero.
Entre otras joyas, la librería trae publicaciones del sello riojano Lampalagua, como Tres golpes, de Daniel Moyano. De la editorial rosarina Iván Rosado rescata obra de Beatriz Vignoli, como Árbol solo.
Mucha gente, muchos jóvenes, todos lectores (y todos con barbijo: la seguridad de la Feria garantizaba la entrada al predio sólo llevando uno puesto) revolviendo libros, buscando precios, cuando no revisaban su listita para comprar. Y todo esto el primer día, cuando se estima que este sábado y domingo la asistencia estalle.
Las editoriales, agradecidas.
*La FED termina mañana y puede vistarse entre las 14 y las 20. Parque de la Estación, Tte. Gral. Juan Domingo Perón 3326, CABA.
*Con información de Télam
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