A dos meses del inicio de la 35.ª edición de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL), Perú no podrá usufructuar a pleno de su condición de país invitado de honor tras la decisión de nueve de sus escritores más prestigiosos de renunciar a su participación en el encuentro literario más importante de Latinoamérica, en desacuerdo con el anuncio del Gobierno peruano de hacer cambios en la comitiva oficial que dejaron afuera a autoras como Katya Adaui, Karina Pacheco y Gabriela Wiener, reconocidas por su obra y sus posiciones feministas.
La historia se repite, aunque cambian los implicados y la geografía. A principios de mes, una polémica oscureció la participación de Colombia –casualmente también invitado de honor– en la Feria del Libro de Madrid, cuando el Gobierno decidió vetar de su delegación a escritores prestigiosos pero abiertamente opositores a la gestión del presidente Iván Duque.
Así, bajo el argumento de sumar autores “neutrales” para integrar la comitiva, quedaron afuera Pilar Quintana, Héctor Abad Faciolince, Santiago Gamboa, Laura Restrepo, Margarita García Robayo y Fernando Vallejo, entre otros.
En el caso del conflicto peruano la disputa también es de orden político, pero vinculada a dos gestiones, una saliente y otra debutante: el 27 de julio pasado, el ministro de Cultura del gobierno de Francisco Sagasti había difundido la nómina de los 60 escritores e intelectuales que formarían parte del seleccionado que viajaría a la FIL Guadalajara 2021, pero esta semana la gestión del flamante presidente Pedro Castillo ha dado a conocer algunos cambios sobre esa lista, “con la finalidad de contar con una mayor diversidad de autores de las regiones”, según aclararon en un comunicado.
Entre los excluidos para representar a Perú en la FIL se encuentran Katya Adaui, Karina Pacheco y Gabriela Wiener, tres autoras reconocidas por su obra y por sus posiciones feministas, además del conocido escritor Renato Cisneros, la historiadora Carmen McEvoy y Ch’aska Anka Ninawaman y Nelly Luna Amancio también “borrados” de la comitiva especial.
En su primera entrevista a un diario a fines de agosto, el ministro de Cultura, Ciro Gálvez –un abogado de origen quechua– había advertido que revisaría la lista de la delegación oficial para incluir a intelectuales de algunas de las “55 culturas diferentes” que existen en Perú. El funcionario mencionó como otro de los criterios de exclusión “la participación de algunos escritores en ferias del libro internacionales en años recientes”.
Katya Adaui, que hace unas semanas lanzó en la Argentina el libro Geografía de la oscuridad –publicado por Páginas de Espuma– sospecha que a Wiener, a Pacheco y a ella las han excluido por ser “escritoras incómodas por su feminismo”.
“Gabriela, Karina y yo estamos políticamente comprometidas con un proyecto de país que incluya y celebre también las diversidades en la escritura. A los varones no se los reemplaza; a las mujeres sí, con otras. En el rubro llamado ‘escritura’, de la lista, de 45 invitados, solo 18 son mujeres”, sostuvo la autora en declaraciones al diario El País.
En la anterior lista, un tercio de los incluidos representaba a las regiones fuera de Lima. En la nueva lista, de 69 personas, 33 nacieron fuera de la capital. En la delegación anunciada en julio casi había paridad de género: 33 hombres y 30 mujeres; mientras en la nueva hay tres mujeres más, pero después de sacar a cuatro mujeres y a tres hombres: los narradores Renato Cisneros, Cronwell Jara y Jorge Eslava.
Los cambios generaron una polémica en redes sociales, en donde varios escritores, como Santiago Roncagliolo, Alonso Cueto, Mariana De Althaus, Juan Carlos Cortázar, Victoria Guerrero, Rafael Dumett, Micaela Chiriff y Gustavo Rodríguez renunciaron a la delegación que representará a Perú como país invitado de honor en la FIL, en solidaridad con los nueve colegas que fueron excluidos por el Gobierno.
“A muchos nos parece una falta de respeto al sector al que, se supone, representa el Ministerio de Cultura, porque no parece importarle nuestras agendas, nuestro trabajo. No se sabe qué le importa: no discutimos si su política es correcta o incorrecta, porque no hay ninguna política, simplemente de un día al otro no se sabe qué es lo que quieren. Me parece que había que hacer un gesto para señalar que esto es una falta de respeto”, señaló Roncagliolo.
“Ni siquiera me he planteado la posibilidad de regresar a la lista oficial: no tengo un problema político, no detesto a nadie, solo exijo que nos traten con respeto. Si hay un trato más respetuoso a quienes integramos el sector, yo estaré contento”, destacó Roncagliolo.
“Las medidas tomadas por el ministro de Cultura (Ciro Gálvez) respecto a la delegación de escritores del Perú a la Feria de Guadalajara me parecen absurdas y discriminatorias. He renunciado a mi participación por ese motivo”, expresó por su parte Alonso Cueto en redes sociales.
Por su parte, la dramaturga Mariana De Althaus consideró que “incluir a escritores desconocidos que nunca han participado en una feria internacional puede ser muy bueno si se demuestra que tienen el mérito suficiente, pero sacar a escritores de trayectoria y méritos probados para que participen los otros es una burla a todos los peruanos”.
Fuente: Télam.
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