La belleza del día: “Tenista en amarillo”, de Willi Baumeister

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

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"Tennisspieler auf Gelb" ("Tenista sobre
"Tennisspieler auf Gelb" ("Tenista sobre amarillo"), 1933, de Willi Baumeister. Óleo y arena sobre lienzo, de 65 x 54,5 cm. Se encuentra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid

Si alguien piensa en deporte imagina algo dinámico, de formas redondas, figurativas, sin embargo, el arte abstracto, con sus figuras rectas, planas puede dar cuenta de las actividades más diversas si se abre la cabeza a la imaginación.

Friedrich Wilhelm (conocido como Willi) Baumeister nació el 22 de enero de 1889 en Stuttgart y fue el tercer hijo de Wilhelm Baumeister, maestro deshollinador de la corte, y Anna Schuler, hija del escenógrafo Friedrich Wilhelm Schuler. Estudió ingeniería mecánica en la Escuela Politécnica de Stuttgart, pero muy pronto tuvo que hacerse cargo de la empresa familiar. Su madre poseía una gran sensibilidad artística, y Willi recibió los primeros estímulos artísticos de su familia materna, además de una gran disciplina y habilidad manual. Ya desde niño, el papel y el lápiz eran sus juguetes preferidos. A los 16 años decidió estudiar en la Academia de Bellas Artes, sin embargo, por deseo de su padre cursó primero una formación como escenógrafo entre 1905 y 1907. Gracias a su excepcional rendimiento, finalizó antes de tiempo y obtuvo el título de oficial.

Durante su período de formación, Willi Baumeister ingresó en la Königliche Akademie (Real Academia), donde asistió a las clases de dibujo de Robert Poetzelberger y tomó cursos adicionales con el pintor Josef Kerschensteiner. Tras el servicio militar, siguió sus estudios en la Academia, donde asistió hasta 1912 a la clase de composición de Adolf Hölzel. Allí conoció a Oskar Schlemmer y a Otto Meyer(-Amden), con los que cultivó una amistad que duró toda la vida.

En la primavera de 1911 Baumeister estudió durante tres meses en el Cercle Internacional des Beaux Arts en París. A su regreso se instaló en su primer estudio en Stuttgart, en la Lessingstraße 3. En 1913 participó por primera vez en una exposición en la galería berlinesa Der Sturm y en 1914 creó cuatro decoraciones murales para la exposición del Werkbund en Colonia, tras eso, emprendió viajes a Ámsterdam, Londres y París.

Desde noviembre de 1914 hasta diciembre de 1918 Willi Baumeister fue convocado a la guerra y destinado a los Balcanes, Ucrania y el Cáucaso. Aun durante los años de contienda llegó a participar en exposiciones. En 1915 conoció en Viena a Oskar Kokoschka y al arquitecto Adolf Loos. Tras su regreso de la Primera Guerra Mundial, continuó sus estudios en la Academia de Stuttgart, y los finalizó en 1922. En rigor, su extraordinaria trayectoria artística ya había comenzado entre 1913-1914, y recibió sus primeros éxitos y reconocimientos entre 1919 y 1927.

Tennisspieler auf Gelb (Tenista sobre amarillo), pintado por Willi Baumeister en 1933, es un óleo y arena sobre lienzo de 65 por 54,5 centímetros que integra actualmente la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid. En la trayectoria plástica de Baumeister se destacan, sobre todo, dos series, la dedicada al pintor y la modelo y la centrada en el deporte. La representación de las diversas modalidades deportivas no es un hecho casual, ya que en el primer tercio del siglo XX, este tipo de actividad fue objeto de la atención de diversos artistas, que pasan a incorporarlas a sus respectivos repertorios.

Tras desarrollar un período inicial cercano a la abstracción geométrica, en la década de 1930 Baumeister se decanta por las formas de carácter organicista, influidas especialmente por la estética de los abrigos rupestres del Levante español, y resueltas sobre el lienzo por medio del empleo de materia, conseguida gracias a la mezcla de arena, pigmentos, resinas sintéticas y barnices. En este contexto, Tennisspieler auf Gelb (Tenista sobre amarillo) forma parte de la serie Sportbilder II (1932-1938) y, en particular, del grupo de lienzos centrados en el juego del tenis, que desarrollan y acentúan la complejidad de las premisas establecidas por su autor a partir de 1930.

"Fantasma negro", 1952, de Willi
"Fantasma negro", 1952, de Willi Baumeister. Óleo con resina sintética y arena sobre cartón, 81 x 100 cm. No se encuentra expuesto, pero pertenece a la colección del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, de Madrid

La obra de Willi Baumeister representa en gran parte el desarrollo de la pintura abstracta en Alemania y Europa. Sus primeros trabajos fueron realizados aún bajo la influencia de su formación académica, pero, en particular, de los estilos predominantes hacia el final de siglo. En sus cuadros de ambiente de estilo impresionista y postimpresionista de los años 1906 a 1909, con vistas de Stuttgart y escenas en el parque o a orillas del agua, se manifiestan influencias francesas (Claude Monet, Camile Pisarro) y locales (Otto Reiniger). Esto cambió radicalmente en 1909, cuando empezó a asistir a las clases de Adolf Hölzel y en 1911, con su primera visita a París. Como tantos estudiantes que conoció en las clases de Hölzel –entre ellos, Oskar Schlemmer, Johannes Itten, Ida Kerkovius, Hermann Stenner– entró en contacto con nuevas formas de expresión artística, como la necesidad de la abstracción y el esfuerzo por la autonomía de la forma y el color.

Al comienzo del desarrollo artístico de Baumeister, entre 1911 y 1914, numerosos estudios de Figuras en el paisaje ilustran, sobre todo, su interés por Cézanne. El elemento espacial, que todavía estaba presente en esta época, desaparece en gran parte a partir de 1918. Los dibujos del período de 1919 a 1926 aproximadamente manifiestan los mismos principios que los cuadros murales y los subsiguientes cuadros de máquinas: composiciones geométricas que denotan su permanente esfuerzo por definir el motivo por medio de la línea y de la superficie y no por la corporeidad (por ejemplo, Figura II, 1920; Abstracción sobre gris claro, 1927). Junto con los cuadros figurativos, aparecen algunos intentos en dirección a lo no representativo (por ejemplo, Líneas, 1920-21). Más tarde, Baumeister destruyó, en la medida en que pudo, los trabajos que mostraban una aproximación más plástica a la figura humana.

De modo análogo a su evolución en la pintura, a partir de 1926, Baumeister fue superando gradualmente la inmovilidad constructivista que persistía en sus figuras hasta ese momento. Esto se hace patente tanto en lo artístico como en lo temático. Hasta bien entrados los años treinta, los cuadros de deporte determinaron sus trabajos. A modo de expresión formal de los movimientos de los jugadores de handball y tenis, de los gimnastas, corredores y saltadores, las líneas se volvieron más fluidas y orgánicas, las composiciones más dinámicas y matizadas en su valores cromáticos (por ejemplo, Gimnasta en la barra, 1934).

Al mismo tiempo, el artista mantuvo un alto grado de abstracción, que se evidencia particularmente en los dibujos de esos años –en los que Baumeister se esforzó por limitarse a lo esencial– y en intentos más recientes de relegar casi por completo la figura humana en favor de la estructuración de la superficie. En sus dibujos utilizaba con frecuencia las técnicas de difuminado y sombreado y el papel teñido a fin de que los medios pictóricos evolucionaran hacia una composición más vivaz.

Formó parte del grupo Üecht. Comenzó sus pinturas-muro, próximas a la obra de Fernand Léger, con quien expuso en la galería Der Sturm de Berlín en 1922, y a los postulados de la revista L’Esprit Nouveau, dirigida por Le Corbusier y Ozenfant. Poco a poco, Baumeister empezó a ser conocido en el mundo artístico alemán y hacia finales de la década de 1920 gozaba de una cierta reputación en Francia, donde en 1927 organizó su primera exposición individual.

"Eidos flotante", 1939, de Willi
"Eidos flotante", 1939, de Willi Baumeister. Óleo sobre lienzo, 49,5 x 36 cm. No se encuentra expuesto, pero pertenece a la colección del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, de Madrid

Willi Baumeister se hizo muy pronto conocido como tipógrafo y diseñador publicitario, además de su faceta artística. En los años veinte y los tempranos treinta contribuyó enormemente al desarrollo de la tipografía y el dibujo publicitario en Alemania y Europa a través de sus trabajos, pero también con sus escritos teóricos. Este interés se extiende como un hilo conductor a lo largo de su obra durante 35 años. Sin embargo, estos ámbitos de actividad se subestimaron y pasaron inadvertidos hasta mucho después de su muerte.

En 1927 Baumeister fue uno de los cofundadores del movimiento de vanguardia ring neue werbegestalter (círculo de nuevos diseñadores publicitarios) –al que pertenecían, entre otros, Kurt Schwitters y Lázló Moholy-Nagy– que difundió algunos principios elementales del diseño. Pero fue sobre todo el éxito obtenido en Stuttgart lo que motivó su nombramiento como profesor en la Escuela Municipal de Artes Aplicadas (Städelschule) de Frankfurt del Meno para el semestre de verano de 1928. A diferencia de su labor docente posterior, aquí Baumeister no trabajó como pintor, sino que impartió las asignaturas de dibujo publicitario, tipografía y estampado textil.

Fue destituido de su cargo el 31 de marzo de 1933 por los nazis. Sus obras formaron parte de la exposición de arte degenerado que el régimen nazi organizó en 1937, y en 1938 se le prohibió dar clases. Después de la guerra volvió a dar clases de pintura en Stuttgart (1946). Baumeister murió en Stuttgart el 31 de agosto de 1955.

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