“Una casa llena de agua”: una obra teatral que se pregunta sobre el espíritu de la mujer

En este unipersonal escrito por Tamara Tenenbaum y dirigido por Andrea Garrote, Violeta Urtizberea interpreta a una estudiante de Biología que trabaja de niñera en la casa de una familia acomodada, con todos sus miedos y fantasías a flor de piel

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Violeta Urtizberea (Foto: Nora Lezano)
Violeta Urtizberea (Foto: Nora Lezano)

¿Qué pensaría una niñera cuidando a una bebé, en una casa social elevada, en los años noventa, qué le diría, pensaría que el resto de las mujeres sería diferente, le cantaría al oído: “por tus derechos”? Este es el núcleo de la obra Una casa llena de agua, escrita por Tamara Tenenbaum, protagonizada por Violeta Urtizberea y con la dirección de la también actriz Andrea Garrote. Un All Star Team del teatro acerca de la mujer y sus devenires. Por eso, En plena década del noventa, una joven estudiante de Biología entra a trabajar como niñera en la casa de una familia acomodada. Entre peluches y frascos de compota Milena le irá contando a Angie, la bebé que cuida, su vida en tiempo real: sus miedos, sus romances, sus fantasías y el nudo en el que todas esas líneas se cruzan, la pregunta por un futuro incierto.

—Usted tiene una trayectoria como directora, ahora, como directora de un unipersonal protagonizado por Violeta Urtizberea, pero que se inmersa en muchos aspectos de la mujer, incluso desde el sitio en el que se encuentra como niñera con una bebé. Esta complejidad, ¿le supuso dificultades?

—Andrea Garrote: Lo que prima es la teatralidad, cambios que tienen que ver la música, del hablar del movimiento. El caso del monólogo es el que tiene que ver con una actriz poderosa que pueda hacerlo. En la narratividad están los jóvenes que deben cambiar a otras carreras de su vocación… el trabajo es el de una joven que se mete en la casa de una clase superior social. La niñera, con lo que implica, pero una niñera que tiene intereses varios, que es talentosa.

Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y
Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y Tamara Tenenbaum (Foto: Nora Lezano)

—¿Resulta más difícil jugar esa variación de voz en un elenco que en un unipersonal?

—Andrea Garrote: Es que esa persona debe jugar como un chamán, que pone esos recursos en la rítmica de quien está en el escenario. Con el material se descubre un lugar diferente, Tamara viene de la literatura y esa prosa debe ser encarnada y apropiada por un actor.

Violeta Uzrtuzberea dice, respecto a si la obra la hizo pensar en particular sobre la cuestión de la mujer: “La cuestión es que yo siempre estoy pensando en la cuestión de género, básicamente porque soy mujer, cada vez que tengo que afrontar un personaje me hago preguntas sobre ello. En este caso es una chica que cuida una bebé, y me tocó en lo personal porque cuando me llegó la obra y yo estaba envuelta en ese tema y qué es lo que le pasa a la mujer cuando tiene un hijo. Cuando actúo la obra es como que le habla a Lila, que es mi hija. En la obra esto pasa en los noventa, que era muy diferente en las cabezas de las mujeres. A todos los que vean la obra les va a ir pasando un poco en sus cabezas este tipo de cuestiones”.

Violeta Urtizberea (Foto: Nora Lezano)
Violeta Urtizberea (Foto: Nora Lezano)

“Hablar sola con un bebé es la mitad hablar sola, la mitad no —dice Tamara Tenenbaum a Infobae Cultura—. Luego me interesó mucho la cuestión de la puesta y la actuación, y me gustó mucho cómo ellas introducían matices, colores, espacios, movimientos”.

—¿Qué rol juegan las clases en su obra en la cuestión de género?

—Tamara Tenenbaum: Un poco la obra surge de la pregunta sobre las clases. A veces se plantea la clase en función de albañiles, plomeros y trabajos que fueron hegemónicamente masculinos. Y muchas mujeres trabajan como niñeras, empleadas. Por eso me gustaba preguntar sobre la clase en una chica de este oficio y que tiene estas preguntas sobre estas cuestiones.

De este modo, un unipersonal llevará a puerto problemas universales, pero con la sensibilidad que un escenario propone.

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