Laëtitia Perrais tenía 18 años cuando la asesinaron, en enero de 2011, en un pueblo cercano a Nantes. Según la autopsia, fue violentamente golpeada, estrangulada y acuchillada. El asesino, Tony Meilhon, se entregó pero tardaron en encontrar el cuerpo porque estaba descuartizado esparcido por diferentes lugares. Francia se conmovió y proliferaron manifestaciones así como también aparecieron discursos de mano dura.
La historia la narró en un aclamado libro de 2016 el historiador francés Ivan Jablonka, Laëtitia o el fin de los hombres, donde reconstruyó la muerte de la joven pero también su vida, marcada desde un comienzo por la violencia y el fracaso del Estado a la hora de protegerla. Pocos años después fue llevada a la pantalla en forma de serie. Bajo el título de Laëtitia, Jean-Xavier de Lestrade dirigió los seis capítulos de 45 minutos. Se estrenó en septiembre del año pasado.
Esta inquietante serie ya está en la plataforma HBO Max. En el elenco de actores, Marie Colomb interpreta a Laëtitia Perrais, Sophie Breyer a la hermana gemela de Laëtitia llamada Jessica, Yannick Choirat al suboficial Frantz Touchais, Kévin Azaïs y Chloé André son los padres, y Noam Morgensztern se pone en la piel de Tony Meilhon, el femicida.
Cuando el asesino confesó, el entonces presidente Nicolas Sarkozy puso más recursos a disposición para la búsqueda y acusó a los jueces de no haber hecho bien su trabajo amenazándolos con sanciones. La respuesta fue un llamado a una huelga inédita, considerando que el problema estaba en la falta de recursos para poder llevar adelante la tarea que requiere monitorear la conducta de los reincidentes, ya que Meilhon era un ex presidiario con severas adicciones.
Los medios se concentraron en acompañar la búsqueda del cadáver y en registrar todo lo vinculado a un crimen escalofriante. Estaban dadas las condiciones para una cobertura larga y de alcance desconocido. El día que aparecieron los restos, la revista satírica Charlie Hebdo publicó un dibujo que representaba a Sarkozy como un buitre, con un brazo de la joven asesinada en el pico. El epígrafe decía: “Asesinada por un bárbaro, hallada por un carroñero”.
El autor del libro, Ivan Jablonka, dijo en una entrevista con Infobae Cultura que “el caso policial es un prisma que envía su luz en todas las direcciones: remite a las instituciones, a las relaciones de poder, a las relaciones sexuales, pero también a la miseria, a los jóvenes de clases populares, al sistema educativo, etc. Todo crimen contiene en miniatura al resto de la sociedad. A partir del caso Laëtitia traté de entender las imperfecciones de nuestra democracia”.
“Es un caso policial fuera de la norma por la violencia del crimen, por el odio que contiene, por lo que demoraron las investigaciones para encontrar el cuerpo y por la onda de shock que se propagó por todo el país”, dijo también, y agregó: “Una joven de 18 años asesinada luego de una vida como la que ella tuvo es un acontecimiento colectivo. La muerte de Laëtitia es algo que nos pasó a todos”.
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