8 películas para ver online de Raúl Ruiz, a 10 años de su muerte

El prolífico director chileno es homenajeado con una selección de su filmografía, de acceso gratuito, en la web de la cineteca de su país. Los detalles

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Raúl Ruiz
Raúl Ruiz

Muerte tal vez haya una sola, aunque en el caso del cineasta chileno Raúl Ruiz fue precedida por múltiples vidas, tan imaginarias como dolorosamente reales. La semana pasada se cumplieron diez años de su partida definitiva, lo que significó primero que nada que ya no pudo seguir produciendo películas. Con más de cien trabajos en su haber, la cuenta sin embargo aún no se cierra, ya que se le podrían sumar –o reponer– los proyectos inconclusos y extraviados que su compañera de toda la vida, Valeria Sarmiento, se ha encargado en estos años de reunir y editar, e incluso otras realizaciones de las que Ruiz no se privó, como un diario íntimo o los poemas reunidos en Duelos y quebrantos, ambos publicados en este último tiempo.

A modo de homenaje, la Cineteca Nacional de Chile exhibirá online y con acceso gratuito desde otros países una selección de ocho películas de su filmografía, entre las que se incluye el primer estreno en su tierra natal previo al exilio, Tres tristes tigres (1968), de escasa repercusión en su momento aunque le valió el premio máximo del Festival de Locarno al año siguiente. Sin relación alguna con la novela de Cabrera Infante, esta adaptación de una obra teatral enfrentaba al público con la cotidianeidad del paisaje urbano y del habla chilena, enrarecidos en el deslizamiento continuo de sus personajes por los bares y calles de Santiago. Informado por la nouvelle vague, el realizador nacido en Puerto Montt ya comprendía por entonces los artificios del plano y la discontinuidad de toda imagen.

Parte de una generación de directores chilenos que renovaron las formas de hacer cine en su país al calor de una época de agitación social y política, Ruiz siempre sostuvo la autonomía de la creación artística a la hora de filmar, diferenciándose así de otros colegas como Miguel Littín, Helvio Soto o Patricio Guzmán, más preocupados por reflejar su compromiso político con la Unidad Popular de Salvador Allende. Aunque trabajó de cerca con el presidente socialista, su espíritu inquieto lo llevó a filmar situaciones paradójicas que se desmarcaban de la corrección política y del dogmatismo de la izquierda, como en Ahora te vamos a llamar hermano (1971), documental que registra las demandas del pueblo mapuche, o Diálogos de exiliados (1974), realizada con muy pocos recursos apenas llega a París y que forma parte del homenaje actual.

"Tres tristes tigres", una película
"Tres tristes tigres", una película que renovó las formas de hacer cine en Chile

Los rasgos costumbristas y más irónicos de su producción chilena fueron cobrando otro aspecto una vez asentado en Europa, a partir de tramas más complejas que, por sus juegos fantasmáticos con el espacio y el tiempo, lo acercaban de algún modo al cine de Alain Resnais. Las tres coronas del marinero (1983) lo consolidó como un director de culto y ese mismo año la mítica Cahiers du Cinéma le dedicó una edición completa, algo que solo había reservado ocasionalmente para realizadores de la talla de Orson Welles, Hitchcock, Eisenstein, Pasolini y Godard. “Todo el cine de Ruiz es un cine torcido, porque es visto a través de curiosos prismas, siempre desnaturalizando la perspectiva clásica”, definió la revista de crítica francesa. De esta etapa de su producción, se incluyen en la muestra homenaje El techo de la ballena (1981) y Bérénice (1983).

La lista se completa con la serie documental de cuatro capítulos Cofralandes, realizada en 2002 por encargo de la entonces División de Cultura del Ministerio de Educación de Chile. Sobre esta última, le dijo al crítico Jonathan Rosenbaum: “Las cosas son muy ambiguas en el cine. Cuando dices películas más caras, sí, hay más dinero, pero en el cine tienes más posibilidades con estructuras más pequeñas. Digamos que, para algo muy normal, estoy más ansioso, luchando siempre con la producción para contratar más extras, cincuenta actores más allí, y no tengo ningún control sobre ello. Para este proyecto, tengo el dinero, y esto es sobre Chile, y eso es todo. Así que tengo la posibilidad de contratar 100 Papá Noel para una escena, o una gran caja de cerillas de siete metros de altura”.

Su asociación con el productor portugués Paulo Branco le permitió filmar con estrellas como Marcello Mastroianni, Catherine Deneuve, John Malkovich y Michel Piccoli, además de haber dirigido a otras como Isabelle Huppert, Daryl Hannah, Jean Reno, William Baldwin, Emmanuelle Béart, Martin Landau, John Hurt, Marisa Paredes y hasta a Jim Jarmusch. Pero Ruiz, quien adaptó su cine a los distintos soportes técnicos (35 mm., 16 mm., video) y a una gran variedad de formatos narrativos según el presupuesto con el que contaba, probablemente se sintió más cómodo con el método de trabajo que le proporcionaban los encargos de la televisión estatal de países europeos. El talento para la improvisación que desarrolló con esas estructuras le permitió años más tarde sostener la puesta en escena de grandes producciones como El tiempo recobrado (1999) o Los misterios de Lisboa (2010), un folletín extraordinario de cuatro horas y media que luego se adaptó para televisión.

"Los misterios de Lisboa", la
"Los misterios de Lisboa", la última gran producción de Ruiz

Stendhal, Balzac y tantos otros trabajaron historias folletinescas. Me gusta el género, me gustan las telenovelas. Reinventé mis inicios, cuando hacía novelas mexicanas y teatro de vanguardia”, dijo el realizador chileno cuando presentó aquella película, que fue su última obra maestra. Consultado por Infobae Cultura, el crítico y programador Roger Koza destacó que lo que en ella sucede con el espacio “es una auténtica alucinación visual: literalmente se curva en distintos pasajes”. “Ruiz fue un inventor de formas y también una especie de filósofo devenido en cineasta que pensó lúdicamente a través de planos cinematográficos, con él los planos y los conceptos hasta hacen reír”, agrega Koza, que hace un tiempo lo comparó con Borges por la trascendencia de su obra. Sobre ese paralelo que trazó, le explicó a Infobae que el cine de Ruiz “no se parece a nada: las películas pueden acomodarse a cualquier tipo de género, trabajar temáticas filosóficas de una complejidad inusitada y ser tan chilenas como europeas”.

Valeria Sarmiento, quien fue esposa de Ruiz y colaboró en sus películas como montajista, viene trabajando desde hace un tiempo junto a la actriz Chamila Rodríguez para poder completar algunos trabajos a medio camino que se extraviaron tras el Golpe de Estado. Entre ellas, El realismo socialista, que aunque se ha podido ver en partes en internet y festivales, aguarda su restauración digital y la postproducción de imagen y sonido. “Lo que Sarmiento y Rodríguez quieren es simplemente retomar el film y darle el corte definitivo siguiendo lo planeado por Ruiz. Es indignante que las instituciones chilenas estatales hayan rechazado los distintos requerimientos y pedidos de financiación para que se pueda finalizar la película”, dice Koza.

El programador del Doc Buenos Aires y del Festival de Hamburgo es uno de los distintos agentes del cine que levantaron su voz tras el desplante de las autoridades trasandinas y que firmaron su apoyo a la campaña de financiamiento que lanzó Sarmiento para que El realismo socialista pueda estrenarse el año próximo en alguno de los festivales europeos principales, aunque la idea inicial era estrenarla este año para celebrar los 80 años del nacimiento del cineasta y conmemorar el décimo aniversario de su partida.

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