La belleza del día: “Bajo las velas”, de Walter Bayes

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

“Bajo las velas” (1933, Tate Gallery) de Walter Bayes

Under the candles: Mr. Charles Ginner presiding, tal el título original de este cuadro de 1933, no guarda misterios en lo que representa: se impone a la vista el interior resplandeciente de una sala de casino colmada, que cobra vida en torno a las pantallas bajas de color verde y una gran lámpara de araña eléctrica que custodia la escena. La luz intensa que emana de estos focos se refleja en el brillo de las telas y de las joyas que Walter Bayes (1869–1956) ha pintado con colores ácidos y toques audaces de gouache, sobre un dibujo previo de líneas de lápiz cruzadas que se advierte en el borde superior, algo característico de su técnica de dibujo.

Atraviesa el plano del cuadro una larga mesa de juego, alrededor de la cual se agrupan varios hombres y mujeres que toman su lugar en la partida. Por lo que indica el título de la obra, el hombre que está inclinado con sus dos manos junto a la rueda no sería otro que el artista Charles Ginner (1878-1952), viejo camarada de Bayes en el grupo de artistas de Camden Town, sobre el que Ginner, nacido en Francia, ejerció una influencia notable al introducir el arte del posimpresionismo francés y de otras corrientes modernas del continente.

"Retrato de Charles Ginner" (1930) de Edward Le Bas, quien también pintó al artista francés por la misma época

La inclusión del retrato de Ginner en medio de una escena de juego es sin embargo llamativa, debido a que no concuerda con la escasa información biográfica que se conoce sobre su vida personal por aquella época. Seguramente hay por detrás algún chiste interno entre ambos artistas o alguna referencia tácita. En general se lo recuerda a este pintor como un personaje reservado y tímido, que llevaba una vida sencilla. Nunca ganó mucho dinero con sus pinturas y se sabe que pagaba la educación y la salud de dos hijas pertenecientes a una mujer a la que había amado de joven, por lo que seguramente no contaba con suficientes ingresos como para dilapidar su escaso capital en un salón de juego. Una curiosidad de su vida viajera es que cruzó el Océano Atlántico y visitó Buenos Aires en 1909, donde expuso y vendió algunos de sus cuadros en el Salón Costa.

Ginner parece absorto en el desarrollo del juego, mientras que las demás personas en torno a la mesa adoptan un aire menos preocupado, aunque de fondo alguno mira con lamento las fichas que acaba de perder en la ronda y que se lleva el croupier. No están jugando a la ruleta, como podría pensarse, sino al “boule”, una derivación francesa que dispone una gran rueda de dieciocho casillas numeradas consecutivamente del 1 al 9 dos veces. La ventaja para la banca es mayor que la de la ruleta y las apuestas suelen ser más bajas, por lo que a este juego también se lo llama “la ruleta de los pobres”. La escena, efectivamente, ocurre en Bologne, Francia. Como se ve en el cuadro, la bola se posa sobre el número 5, lo que parece explicar la expresión de consternación en la cara de Ginner. El número 5 equivale al cero de la ruleta, invalidando todas las demás apuestas de dinero.

"Rule's, 35 Maiden Lane" (1940) de Walter Bayes

El arte en Bayes es una cuestión de familia. Nacido en St Pancras, Londres, su padre era Alfred Walter Bayes, un destacado un pintor y grabador que exponía regularmente en la Royal Academy. Además, su hermana, era diseñadora en el estilo Arts and Crafts y su hermano menor era escultor. Se formó, viajó y se dedicó con mucho entusiasmo a retratar la vida moderna, sobre todo el comienzo del nuevo siglo con sus novedosas costumbres.

Según escribió en una carta a la Tate Gallery, que adquirió su cuadro, Bajo las velas (cuyas medidas son 72,4 centímetros de alto y 116,8 de ancho) fue originalmente un estudio para un óleo que se expuso en la Royal Academy londinense. Presumiblemente se trataba de La Vie Galante - ‘On Sonne’ (La vida de los caballeros - ‘Alguien toca la campana’), que fue presentada en 1936, aunque actualmente se desconoce el destino de esa obra, de la que tampoco se conserva imagen alguna. Su título tampoco arroja pruebas, ya que no parece guardar mucha relación con el tema y la apariencia de Bajo las velas. De todas maneras, Bayes acostumbraba a titular sus obras con significados crípticos y es posible que el título significara otra cosa.

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