“El escritor norteamericano William Gibson tiene una imagen memorable: dice que leer a Borges por primera vez es como que te instalen un software nuevo en el cerebro. Una definición perfecta. Leer a Borges te cambia la cabeza para siempre. Ningún filósofo me enseñó a pensar como Borges y aparte lo hace en nuestra lengua, que no es una gran lengua del pensamiento o no lo era hasta que la agarró Borges”, aseguró el escritor Carlos Gamerro en su paso por la tercera edición del BorgesPalooza.
El autor de Borges y los clásicos desarrolló en el festival la idea de que Borges define la cultura europea y norteamericana en función de la sudamericana, y no al revés. “El tema no es que los europeos y los norteamericanos nos quieran definir, allá ellos. El tema es que nosotros le pedimos que nos definan. Ahí se ve esa suerte de colonialismo cultural contra el cual Borges, sin retórica anticolonialista, es uno de sus mayores cuestionadores”, dijo Gamerro.
Continuó la idea: “Borges, sin embargo, no se queda en la idea de que nosotros, como rioplatenses, nos definimos a nosotros mismos, que ya estaba en el Facundo de Sarmiento. Borges es casi único entre los escritores latinoamericanos al construir un saber sobre las literaturas y culturas de los países centrales”. Y ejemplificó: “Los ingleses, si quieren conectarse con la antigua literatura anglosajona, pasan por Borges; los españoles para leer a Cervantes también pasan por él. Es decir que Borges incide y tiene una presencia necesaria e inevitable en la cultura de los países centrales, de sus literaturas antiguas, y es un logro asombroso”.
La conversación de Gamerro con Daniel Mecca, organizador del festival, se centró en el cuento “Tlön, Uqbar Orbis Tertius”, el texto que abre el libro Ficciones. “Borges se hace esa pregunta una y otra vez: ¿la realidad es un caos y el orden que vemos en ella es una ilusión de nuestro aparato psíquico, perceptual, intelectual, verbal o, en cambio, hay un orden subyacente? Una de las maneras de responder a la pregunta es imaginar otro planeta -como Tlön- donde la manera de concebir la realidad, de forma idealista, es distinta a nuestra visión materialista”, desarrolló.
Agregó: “Este cuento es el ejemplo máximo de la realidad copiando a la ficción o la realidad copiando al arte, como planteaba Oscar Wilde. En el cuento toda la realidad desaparece y es reemplazada por la realidad de la enciclopedia de Tlön”. Por otra parte, Gamerro habló sobre el Borges versionado en el cine como en la película Performance, protagonizada por Mick Jagger en 1970, que “tiene un momento genial sobre el final, memorable, cuando le meten un balazo en la cabeza a Jagger y en el final del túnel que forma la bala se ve la cara de Borges. Es una buena definición: ‘¿Qué es Borges? Es lo que sucede cuando le pegás un balazo a Mick Jagger y en el fondo del agujero aparece Borges’”, definió.
Finalmente, dijo que las plataformas como Netflix o Amazon podrían ser más adecuadas que el cine para los cuentos de Borges. Aunque lo planteó como un desafío: “A Hitchcock le preguntaban por qué no hacía una película de Crimen y castigo y él respondía: ‘Porque ya lo hizo Dostoievski’. Es decir ya está completa. Ahí está la advertencia y el desafío. Mi propuesta no es acercar a Borges a la gente, sino a la gente a Borges. Podemos sugerir una entrada más gradual: entraría por libros como El informe de Brodie o El libro de arena, que son más accesibles. Y después seguir por ‘El Sur’, ‘Funes, el memorioso’ y, como llegada a la cumbre del Aconcagua, ‘Tlön’, ‘El inmortal’ y ‘Los teólogos’”.
Hoy hablarán en el BorgesPalooza las escritoras y docentes Claudia Aboaf y María Negroni, el sábado el investigador Walter Sosa Escudero y el escritor Federico Jeanmaire, y el domingo los escritores y docentes Santiago Craig y María Rosa Lojo. La conversación completa entre Carlos Gamerro y Daniel Mecca se puede ver acá.
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