Salen a la luz manuscritos inéditos de Louis-Ferdinand Céline

Miles de páginas del escritor francés se conocen 77 años después de haber sido robadas. Los textos serán probablemente publicados por Gallimard, editora del resto de la obra

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(Fotos: Getty Images)
(Fotos: Getty Images)

Louis-Ferdinand Céline, que murió en 1961, no dejó de repetirlo: cuando acababa de huir a la Alemania nazi con los ultras de la Colaboración, fueron robados en su piso parisino de Montmartre voluminosos manuscritos, la mayoría inéditos.

El diario francés Le Monde publicó este 4 de agosto la noticia del descubrimiento de un importantísimo fondo de manuscritos inéditos de Céline, uno de los novelistas más importantes de las letras francesas del siglo XX, y también una figura altamente polémica debido a su fuerte apoyo a la ocupación nazi de Francia y su persecución a los judíos.

El hallazgo, cuya autenticidad ha sido reconocida por la Biblioteca Nacional de Francia, supone la recuperación de una novela desconocida titulada Londres y ambientada en la Primera Guerra Mundial, y de Casse-pipe (Carne de cañón), una obra de la que sobrevivía solamente un capítulo publicado en revista en los años cuarenta.

Este último relato, también de tema bélico, se inserta en la saga autobiográfica conformada por Viaje al fin de la noche (1932) y Muerte a crédito (1936), las dos novelas más importantes de Céline. Además, entre estos manuscritos se hallaron versiones muy distintas a las publicadas de Muerte a crédito y Guignol’s Band (1943), así como otros documentos de carácter literario y biográfico que promoverán nuevas valoraciones sobre la obra y la figura de Céline.

Los manuscritos estaban en posesión de Jean-Pierre Thibaudat, crítico de teatro y ex periodista del diario Libération. Le fueron confiados hace 15 años por un misterioso donante con una condición: no hacerlos públicos antes de la muerte de la viuda de Céline, Lucette Destouches, quien murió a los 107 años, a finales de 2019.

“Hace muchos años, un lector de Libération me llamó y me dijo que quería darme unos documentos. El día de la cita, llegó con enormes bolsas que contenían hojas escritas a mano. Eran de puño y letra de Louis-Ferdinand Céline. Me los dio con una condición: no hacerlos públicos antes de la muerte de Lucette Destouches, porque, siendo de izquierdas, no quería ‘enriquecer’ a la viuda del escritor”, cuenta Thibaudat a Le Monde.

La cantidad de hojas que recibió Jean-Pierre Thibaudat equivalía a un metro cúbico de papel. “Había miles de páginas, un poco desordenadas, y tardé meses en ordenarlas”, comenta. Estos manuscritos se corresponden con los varios miles de folios que fueron sustraídos del domicilio parisino ocupado por el escritor y su esposa hasta junio de 1944, y del que salieron huyendo ante la amenaza que para el matrimonio suponía la liberación de la capital francesa, ocurrida en agosto de ese año.

Durante años, Céline, que recibió la amnistía en 1951 y pudo volver a instalarse en Francia tras varios años exiliado en Dinamarca, había denunciado ante sus amigos los robos sufridos, pero las búsquedas infructuosas de investigadores y amantes de su obra habían convertido el hurto en una leyenda. El escritor añadía que estos “saqueadores” también habían robado un grueso manuscrito titulado La voluntad del rey Krogold, prácticamente inédito, que fue encontrado entre los archivos descubiertos, entre otros relatos cortos, cartas y fotografías.

El escritor estaba convencido –y así lo creen también otros especialistas– de que fue el corso Oscar Rosembly, resistente de origen judío, quien se dirigió al domicilio de Céline tras la Liberación y se llevó los manuscritos. Pese a su papel en la Resistencia, Rosembly fue juzgado en septiembre de 1944 por “actuaciones deshonestas” (se lo acusaba de haber participado en otros robos) y pasó un tiempo en prisión, ahonda el sitio de la Radio y TV Española.

Louis-Ferdinand Céline murió en 1961 en la periferia de París, en Meudon, donde seguía recibiendo la visita de amigos célebres y escritores emergentes de la generación Beat. Una parte de sus manuscritos irá a los fondos de la Biblioteca Nacional de Francia, que ya ha reconocido la autoría de los textos, escritos a mano por Céline y ordenados con pinzas de madera, como él solía hacer. El sitio Rialta.org agrega que los textos inéditos serán probablemente publicados por Gallimard, editora del resto de la obra.

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