Ensayista, periodista cultura, profesora, pero sobre todas las cosas Tamara Kamenszain era poeta. Murió hoy a los 74 años y enseguida el mundo de las letras se oscureció. La autora de libros como La novela de la poesía, La boca del testimonio, El libro de Tamar y Chicas en tiempos suspendidos padecía cáncer.
Nacida en Buenos Aires, forjó una carrera literaria donde se ganó el respeto y la celebración de, no sólo los lectores, también de sus colegas. En ese sentido, fue también maestra de varias generaciones de poetas que encontraron en su estética una inspiración.
blockquote class="twitter-tweet">Adiós, Tamara Kamenszain.
— Filba literatura (@FundacionFilba) July 28, 2021
Un honor que hayas sido parte de Filba
"Para armar un libro hay que hacer
como las modistas q cosen
siempre del lado de adentro
y cuando dan vuelta la tela esas costuras
q ellas trabajaron confiadas
desaparecen para dejar ver
un aceptable
lado de afuera" pic.twitter.com/DdRn3W5Sdb
Reivindicó la definición de “poetisa”, una “palabra dulce, que dejamos de lado porque nos avergonzaba, y sin embargo, ahora vuelve en un pañuelo que nuestras antepasadas ataron a la garganta de sus líricas roncas”. Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los grandes nombres de la poesía argentina, aunque también supo surfear diferentes estilos como el ensayístico o el narrativo.
Estudió filosofía y empezó trabajando como periodista para después dedicarse a la docencia en literatura. La crítica suele ubicarla en la generación de poetas de los setenta llamados neobarrocos, junto con Arturo Carrera y Néstor Perlongher.
blockquote class="twitter-tweet">En este año con tantos duelos, vuelvo a congelarme de tristeza. Se fue Tamara Kamenszain, con quien compartimos ferias del libro y hermosos encuentros. Sigo celebrando su último libro, "Chicas en tiempos suspendidos". ¡Gracias, Tamara! pic.twitter.com/00gOJmi8p9
— María Rosa Lojo (@MariaRosaLojo) July 28, 2021
Su figura como escritora tiene una particularidad: no sólo se trata de alguien que crea artísticamente, también piensa y reflexiona sobre esa práctica destacándose como teórica de la literatura. Sus ensayos sobre poesía argentina y latinoamericana se leen en universidades argentinas y del exterior.
Fue traducida a varias lenguas, ganó premios, dios talleres literarios, fue docente universitaria, fundó la Licenciatura en Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) e influenció a las nuevas generaciones. En las redes sociales, distintos escritores la despidieron y muchos lectores compartieron sus versos.
Formó, además, una familia de escritores. Su marido fue el prestigioso escritor Héctor Libertella y fruto de ese amor nació Mauro Libertella, también narrador y periodista cultural. Su muerte deja un vacío, no sólo en la poesía argentina, también en la literatura toda.
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