Los clásicos de Flavia: “Cumbres borrascosas”, de Emily Brontë

Una novela que desafió a la época victoriana, como a las creencias religiosas, y que no es sólo acerca del amor imposible, sino también sobre el odio, la venganza, el conflicto de clases. Por qué leerla sigue provocando escalofríos

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Emily Brontë y la casa
Emily Brontë y la casa familiar en el pueblo inglés de Haworth

No sé por dónde empezar si no es en el parque de mi casa, en City Bell, corriendo con unos saltos de cama que le habían regalado a mi hermana mayor para su cumpleaños de quince (se ve que se usaba regalar esos camisones con batas de seda porque tenía como cinco sin usar) y yo me los ponía, los arrastraba y ensuciaba con todo el pasto y barro del jardín mientras bailaba una canción que sonaba mucho en la radio. Sin saberlo, me había enamorado de Cumbres borrascosas cuando escuché y luego vi -a principios de los 80- el video de Kate Bush haciendo su versión de la novela. Tenía 13 años y no entendía tanto inglés, tampoco por qué se llamaba Wuthering Heights. Pero sí sabía que había algo extraño en esa canción mientras Bush movía los brazos y expresaba una locura en los ojos, había algo del orden de lo terrorífico, un fantasma, una aparición y yo revoleaba los camisones de mi hermana y claro, era Catherine corriendo por los páramos de Yorkshire.

“Heathcliff, soy yo, Cathy, he venido a casa

Tengo tanto frío, déjame entrar por tu ventana”

Kate Bush - Wuthering Heights

Con el tiempo leí la novela y recorrí un camino parecido al de Bush. Ella llegó al libro de Emily Brontë por la versión cinematográfica de la BBC de 1967. Luego leyó la novela y descubrió que compartía el día de su nacimiento con la autora. Llegué a la novela en el instituto de inglés: había una pila de adaptaciones y cuando vi el título recordé el video de Kate Bush y me tiré de lleno. Fue mucho después que leí una versión completa en español, y luego la versión en inglés. Y vi las adaptaciones al cine. A esta altura, todas las adaptaciones. Más de 15. Sí, las vi todas. Y, sí, mi Heathcliff preferido lo hace Tom Hardy en una versión en miniserie del 2009 de la BBC. Y sí, lloro cada vez que Heathcliff pide que Cathy lo persiga, que no lo deje vivir en paz. Y es que, si bien de todas las cosas que se pueden decir de Cumbres borrascosas vale la pena rescatar la idea del amor eterno, a pesar de todo, contra todo, hay mucho mas que desenterrar en este libro. Solo hay que cavar y los esqueletos, los restos, los fantasmas nos contarán todo acerca de una época: las apariencias, el costo de la libertad para las mujeres, el despecho, la venganza y los celos fraternales.

Algunos pósters de las versiones
Algunos pósters de las versiones cinematográficas de "Cumbres borrascosas"

Todos podemos hablar de Cumbres Borrascosas aún sin haberla leído y no vamos a errar en el argumento. Escrita en 1896, esta novela romántica, gótica es tan abundante que, como todo buen libro, tiene un solo disparador: el amor imposible entre Catherine y su hermano adoptivo –¿y gitano?- Heathcliff. La llegada de este niño está envuelta en misterio. El padre de Catherine, el señor Hearnshaw, decide iniciar un viaje a pie a Liverpool, 120 km, y regresa, caminando también, con un niño rescatado de la calle como regalo para sus hijos Catherine y Hindley.

Obviamente, Catherine lo va a amar y Hindley, muerto de celos, lo va a odiar. Brontë no explica por qué el padre de estos chicos emprende esta caminata y mucho menos cuales son los motivos reales por los que vuelve con un niño que por su apariencia y su forma de hablar bien podría ser gitano. (Aquí los invito a ver Peaky Blinders, una serie de la BBC que, situada unas cuantas décadas después presenta el estereotipo de los gitanos que viajaron por las tierras inglesas en el siglo XIX).

Tom Hardy como Heatchcliff
Tom Hardy como Heatchcliff

La descripción principal que tenemos de todos los personajes y de su trágica historia es a través de Nelly, el ama de llaves, quien en una noche tormentosa y oscura viene al rescate de un inquilino de la casa de los Earnshaw que llega atormentado porque cree haber visto el fantasma de una mujer que, sabemos, es Catherine. Tal vez sea precisamente porque la narradora es Nelly que tenemos esa mirada del pobrecito Heathcliff como un gitano. Para Nelly, Heathcliff es un pequeño salvaje, con capacidad para el mal y por qué no, los maleficios. Entonces ella, que abraza su biblia, ve en el pobre niño huérfano las raíces de un gitano. Heathcliff con sus acciones va a confirmar en cierto sentido estos prejuicios: es salvaje, inquieto, mal hablado, y vengativo. Y puede maldecir, y lo va a hacer.

Catherine ama a Heathcliff pero su estatus social le impiden rendirse a su amor y termina casándose con un vecino fiel, amoroso y bastante tibio. El pobre Edgar Linton que será denostado hasta la muerte por las maldiciones y los maltratos de Heathcliff quien al enterarse del casamiento desaparece y vuelve años después habiendo amasado una fortuna que le permite comprar todo, quedarse con todo, las casas, los sirvientes y, claro, las personas que lo maltrataron también. Todos son suyos. Menos Catherine que habiendo sido siempre suya, nunca lo fue. La vida de esta gente es un infierno porque no triunfó el amor, porque los prejuicios, las tibiezas, las enemistades y los celos prevalecieron. Ahora Heathcliff hará prevalecer el dolor, el desamor, el abandono. Un tipo difícil, Heathcliff. Y adorable.

Ediciones en español del clásico
Ediciones en español del clásico de la literatura

En uno de los pasajes más bellos jamás escritos sobre el sobre el amor pasional, Catherine le explica a Nelly la diferencia de sentimientos que la embargan cuando piensa en Linton o en Heathcliff:

“Mi amor por Linton es como el follaje del bosque: el tiempo lo cambiará, lo sé muy bien, como el invierno cambia los árboles. Mi amor por Heathcliff se asemeja a las rocas eternas que hay debajo: una fuente de poco deleite a la vista, pero necesario. ¡Nelly, yo soy Healthcliff! Él siempre, siempre está en mi mente: no como un placer, como tampoco lo soy para mí mismo, sino como mi propio ser “. (Las negritas son mías, ese verbo es todo en Cumbres Borrascosas)

Emily Brontë
Emily Brontë

Esta novela no es solo acerca del amor imposible entre Catherine y Heathcliff. Cumbres borrascosas trata sobre el odio, la venganza, el conflicto de clases. No menor son el clima y la geografía: personajes esenciales para el desarrollo de la vida puertas adentro, a oscuras, ateridos de frío, alejados de la modernidad de las ciudades en un páramo tan yermo como el infértil campo del amor entre Catherine y Heathcliff. Leer Cumbres Borrascosas es una experiencia radical. Emily Brontë desafía el esquema de la novela victoriana, desafía las creencias religiosas y escribe un clásico que al día de hoy provoca escalofríos y nos hunde en el barro fangoso de los páramos en los que estos personajes vivieron sus trágicas historias de amor.

Dos casas, un amor imposible desde la cuna, una narradora parcial, fantasmas, despecho, venganza y el triunfo del amor en las nuevas generaciones que logran revertir la trágica historia de estos amantes desventurados de la mejor manera posible: siendo libres y felices.

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