“La batalla del futuro”, un libro para dejar de temerle a la revolución de las máquinas

Los autores del texto son los hermanos Mateo y Augusto Salvatto. Mateo es campeón internacional de robótica y creador de la aplicación Háblalo; en tanto que Augusto es politólogo y está especializado en innovación y transformación digital. Infobae habló con ellos sobre la brecha digital, la economía del conocimiento y las oportunidades que presenta para el desarrollo del país

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"La batalla del futuro" es el título del libro de Augusto y Mateo Salvatto
"La batalla del futuro" es el título del libro de Augusto y Mateo Salvatto

Lo nuevo, por ser desconocido, muchas veces, suele generar resquemor. Y más si esa novedad no deja de mutar, a toda velocidad. Es lo que viene sucediendo con la tecnología en los últimos años: ha avanzando a pasos agigantados y al hacerlo, nos presentó desafíos y dudas como nunca antes.

Estamos atravesando lo que muchos denominan como una cuarta revolución industrial que va dejando sus huellas. Y se sienten. Ahora bien: ¿Qué hacemos con eso? ¿Demonizamos todo avance tecnológico? ¿Asumimos que quedamos fuera de ese futuro? ¿O tomamos las riendas de este nuevo presente mediado por el big data, las comunicaciones digitales y la robótica y vemos de qué manera nos reinventamos para surfear estas nuevas olas?

El libro La batalla del futuro, escrito por los hermanos Mateo y Augusto Salvatto, nos invitan a sortear estas dualidades, para que podamos tomar las riendas de los desafíos que tenemos hoy y que enfrentaremos mañana. Tienen una visión esperanzadora, sostienen que la economía del conocimiento tiene mucho potencial y lejos de pensar que la Argentina es un país inviable, deciden apostar por este lugar que los vio nacer y donde creen que hay mucho por hacer.

Mateo es campeón internacional de robótica, director de Innovación de la escuela ORT y creador de la aplicación Háblalo, que cuenta con más de 145 mil usuarios y tiene como finalidad ayudar en la comunicación a personas con dificultades del habla. En estos días se habló mucho de este desarrollo, luego de que el senador Esteban Bullrich, que tiene Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), contara que la usa para comunicarse con su hija de seis años.

Augusto es politólogo, licenciado en Relaciones Internacionales por la UCA, donde obtuvo el Premio Ciencias Políticas y se desempeña como docente. Cuenta con una maestría de la Universidad de Salamanca y de la Sorbona de París; y se especializa en innovación, transformación digital y futuro del trabajo.

Infobae entrevistó a los autores para analizar algunos de los puntos que mencionan en su libro

Augusto y Mateo Salvatto
Augusto y Mateo Salvatto

-Ustedes dicen que la economía del conocimiento es el sector más pujante de la Argentina, ¿por qué?

Mateo Salvatto: -Argentina es el país latinoamericano con más unicornios per cápita, y también somos, según Coursera, el país de la región con mayor talento digital. Nuestra gran ventaja está principalmente en nuestros excelentes profesionales. Como sector, la economía del conocimiento es algo así como el 8% de nuestras exportaciones y genera más de 400 mil puestos de trabajo. Pero no nos gusta verlos como un sector, sino como una vertical que todo sector tiene que tener. En el futuro, todas las empresas van a ser empresas tecnológicas, por más que produzcan alimentos, zapatillas o servicios. Por esto para nosotros la economía del conocimiento es tan importante.

-¿Cómo se puede alentar el crecimiento de esta industria? ¿Cuál es el rol de las políticas gubernamentales en este sentido?

Augusto Salvatto: -Hay dos formas de hacer eso. Empiezo por la que mencionabas en la pregunta: las políticas gubernamentales son importantísimas porque son las que ordenan el terreno de juego. Para que esta industria despegue, hay tres cosas que no pueden faltar: solucionar el problema de la brecha cambiaria, generar incentivos económicos y créditos para la transformación digital de todos los sectores y capacitación en habilidades digitales para todos los chicos. Pero los grandes cambios se producen desde abajo. Para alentar el crecimiento de esta industria, es muy importante que la sociedad conozca las oportunidades de incorporar tecnología a su actividad. Desde una ONG hasta un tambo o una escuela.. Todos estamos atravesados por la tecnología y tenemos que saber implementarla para sacar el máximo provecho. Esa es la batalla del futuro.

-¿Qué piensan cuando escuchan decir a tantos argentinos que éste es “un país inviable”?

MS: -Nos duele mucho. Principalmente porque no es cierto. Argentina no es inviable. La hacen inviable y gracias a eso estamos en una situación muy compleja como país. La batalla del futuro no ignora eso. Sino que busca concentrarse en cuáles son las cosas que podríamos empezar a hacer para volver a ser un país de oportunidades.

-¿No es nocivo ese relato derrotista que está instalado en la sociedad?

AS: -Súper nocivo. Por eso el subtítulo de La batalla del futuro es “algo en qué creer”, que puede sonar a sección de autoayuda. Cuando una sociedad no tiene ese algo en qué creer, y no piensa que en el futuro puede estar mejor, se estanca. Se queda atrapada en la coyuntura. Estamos convencidos que volver a creer en que en nuestro país se pueden hacer grandes cosas. Pero decirlo es muy fácil. La clave está en hacer que eso pase. La batalla del futuro busca ser una caja de herramientas para que eso pase. Como decíamos antes: de abajo hacia arriba.

-Hacia el final del capítulo 1 concluyen con una frase contundente: “Nunca hay que subestimar la capacidad de un idiota con miedo para echarlo todo a perder”. ¿A qué hacen alusión con esto?

AS: -Etimológicamente la palabra “idiota” tiene un significado parecido a lo que hoy entendemos por egoísmo, en el mal sentido de la palabra. Si mezclamos egoísmo y miedo, tenemos un problema importante. Los luditas, por ejemplo, eran egoístas miedosos: eran grupos organizados de personas que en el siglo XIX destruían máquinas e industrias incipientes porque entendían que éstas iban a quedarse con sus trabajos. En el siglo XXI hay más luditas de los que imaginamos. No hablamos de personas individuales, hablamos más bien de sectores que, como los luditas, buscan oponerse a los cambios que se vienen en la economía casi inevitablemente. Y tampoco buscamos juzgarlo. Es normal que eso pase, pero como ciudadanos tenemos también la responsabilidad de conocer el mundo que se nos viene encima.

Estamos atravesando la cuarta revolución digital, explican los autores
Estamos atravesando la cuarta revolución digital, explican los autores

-¿Cuándo comenzó esta cuarta revolución industrial que estamos atravesando y cuáles son sus principales características?

MS: -Siempre es difícil establecer un momento en el que empiezan los grandes cambios, pero en este caso creo que 2007 fue el año bisagra de la historia de la humanidad. Muchas de las cosas que hoy usamos en nuestro día a día se crearon o se masificaron en ese año. Podríamos decir que fue el año base de la cuarta revolución industrial, que está empujada por enormes cantidades de datos (Big Data), y enorme capacidad de procesamiento. Esto hace que la tecnología pase a formar parte de cada uno de los aspectos de nuestra vida, y esto va a ser cada vez más así, por ejemplo, gracias al 5G.

-¿Cómo se puede combatir la brecha digital?

MS: -La brecha digital es para nosotros la primera batalla del futuro. Porque toda esa Argentina pujante de la que hablábamos antes, no puede desarrollarse si hay todo otro sector de la población que no puede acceder a la revolución tecnológica que vivimos. Siempre decimos que la educación es la solución a casi todos los problemas. En este caso, lo reafirmamos: desde el colegio primario los chicos deberían tener, al menos, pensamiento computacional.

AS: -Además de eso, los abordajes de cómo solucionar la brecha digital siempre fueron más hacia el lado del acceso. Pero no solo el acceso a la tecnología sino también la forma en la que la usamos es cada vez más importante para el ascenso social. Con darle una computadora a un chico estamos solucionando solo una parte del problema. La otra parte está en cómo capacitamos a esos chicos para que usen la tecnología para crear y no solo para consumir.

-Para dar las batallas del futuro, además de destacar la importancia de saber programar hablan sobre la importancia se saber humanidades: ¿por qué?

AS: -A lo largo de todo el libro intentamos complementar ambas disciplinas. A veces, las humanidades y lo técnico funcionan casi como mundos separados, y es necesario que empecemos a mezclarlos más. En un futuro cada vez más cercano, las máquinas van a reemplazar aquellas tareas mecánicas que hagamos los humanos. El BID calcula que el 65% de los trabajos en Argentina son automatizables. Ante esa realidad, los humanos nos vamos a dedicar a tareas más humanas, valga la redundancia. La creatividad, la capacidad de innovar, la inteligencia emocional, la habilidad de trabajar en equipo y en entornos multiculturales, son fundamentales. Quizás sea por eso que son cada vez más las startups fundadas por personas del mundo de las humanidades.

-¿Por qué dicen que para dar la batalla del futuro hay que ser un poco ingenuo?

MS: -Porque para querer cambiar el mundo hay que ser un poco ingenuo. Y la batalla del futuro es una batalla por cambiar el mundo antes que el mundo nos cambie a nosotros. Los grandes inventos y cambios en la historia de la humanidad la llevaron adelantes personas con una pequeña cuota de ingenuidad.

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