Tsitsi Dangarembga, escritora de Zimbabue que quedó entre las finalistas al premio Booker, ganó en cambio el PEN Pinter, un reconocimiento que se reserva a quienes tienen a la vez “un mérito literario descollante” y “una feroz determinación intelectual para definir la verdad real de nuestras vidas y nuestras sociedades”, como definió el dramaturgo Harold Pinter —a quien esta distinción evoca— en su discurso de aceptación del Nobel.
El anuncio destacó que Dangarembga fue elegida “por su capacidad para capturar y comunicar verdades vitales aun en pleno tiempo de turbulencia”. Antes que la autora de Nervous Conditions y The Mournable Body, recibieron el PEN Pinter figuras como Margaret Atwood (El cuento de la criada, Oryx y Crake, Por último, el corazón), Chimamanda Ngozi Adichie (Todos deberíamos ser feministas, Americanah, La flor púrpura) y el poeta Linton Kwesi Johnson.
Dangarembga también es cineasta, dramaturga y activista: fue arrestada en 2020 durante las protestas en Harare contra la corrupción y la falta de derechos civiles, y sigue procesada por “incitación a cometer actos de violencia” a pesar de las numerosas demandas de organizaciones defensoras de la libre expresión al gobierno de Emmerson Mnangagwa, quien calificó las manifestaciones como “insurrección” y limitó aun más el derecho a la reunión.
“Podría haber sido un momento de transformación nacional”, dijo a la agencia EFE, cuando la expresión popular se acalló. Mnangagwa cercó los pueblos y ciudades bajo el control de las fuerzas militares. “Es necesario hacer muchas otras cosas antes de que salir a la calle pueda ser realmente significativo”, reflexionó en su casa de Harare, al recordar ese día de julio en el que, junto con una amiga, fue encerrada en un blindado de la policía antidisturbios.
El premio Nobel Kazuo Ishiguro, entre otros escritores, intercedió y demandó su liberación; la publicidad de su arresto logró que, a los 61 años y tras una carrera de más de 30, consiguiera un agente literario. Es la realidad del aislamiento simbólico en que se halla el continente africano: nunca había bastado que en 2018 la BBC celebrara su novela Nervous Conditions como “uno de los 100 mejores libros que conforman nuestro mundo”, o que Doris Lessing la hubiera considerado antes uno de los títulos más importantes de la literatura contemporánea.
“No tenemos una idea muy clara de quiénes somos. Se nos dice que somos personas educadas, triunfadoras, pero cuando miramos a nuestro alrededor, la realidad es otra”, agregó Dangarembga, empecinada en que por mucho ruido social que se haga poco va a cambiar si “los fundamentos de la nación” continúan siendo mismos.
En This Mournable Body, la protagonista, una treintañera llamada Tambudzai Sigauke, refleja con sus gestos vitales la realidad de muchos en Zimbabue: está desempleada, desesperada y con una autoestima menguante. Ese libro fue el tercero de la trilogía que Dangarembga comenzó en 1988 con Nervous Conditions y siguió con The Book of Not.
Dangarembga dijo a EFE que su última novela fue difícil de escribir precisamente por la identificación casi inmediata que muchos sentirían al leerla, en particular en un Zimbabue ahogado por la hiperinflación —de más del 760 %—, la constante huelga de funcionarios y médicos y la creciente inseguridad alimentaria.
“Creo que Tambudzai representa ya no solo a muchos zimbabuenses, sino a otros africanos”, argumentó la escritora. “Estuve en un país vecino y escuché a mujeres jóvenes que se me acercaban y me decían: ‘Esa es también mi historia’”.
Claire Armitstead, miembro del comité PEN que decidió el premio, elogió “la carrera infrecuente y ejemplar” de Dangarembga, según The Guardian. “A lo largo de su trilogía de novelas —siguió Armitstead— ella ha cartografiado el desarrollo de Zimbabwe desde una colonia británica hasta un estado libre, autocrático y aquejado de problemas. Al hacerlo, ha puesto una lupa sobre las luchas de la gente común, en tantas partes del mundo, para vivir vidas buenas en el nuevo orden mundial cada vez más corrupto y fracturado. La suya es una voz que a la todos debemos escuchar y prestarle atención”.
Otra integrante del comité que eligió a Dangarembga, Ellah Wakatama, quien nació en Zimbabue pero reside en el Reino Unido, agregó que la obra de esta autora “demuestra diligencia y estoicismo” y que le resultó “un honor” sumarse a los demás jurados para “elevar la voz de una mujer cuyas palabras han escrito la historia de mi país de origen con una claridad, una valentía y una honestidad que es un don raro y precioso”.
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