La escritura mágica de Alice Munro, la autora que reinventó el cuento

Se traduce por primera vez al español “Algo que quería contarte”, uno de los primeros libros de la Nobel de Literatura. Escrito en los setenta, en su época emergente, estos trece relatos ya daban cuenta de su talento

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Alice Munro, premio Nobel de
Alice Munro, premio Nobel de Literatura 2013 (AFP)

Cuando en 1974 salía publicado en Canadá, Algo que quería contarte, lejos se estaba de imaginar el Premio Nobel que en 2013 validaría lo que circulaba tímidamente entre lectores de culto: Alice Munro era una cuentista extraordinaria, “la Chéjov canadiense”. Ahora, aquel libro de cuentos acaba de publicarse por primera vez en español.

Por aquel entonces la vida de Alice Munro había pegado un giro. Con 43 años y recién divorciada de su primer marido- James Munro, padre de sus tres hijas-, había dejado atrás al ama de casa y su costumbre de escribir en el cuarto de planchar, para ser escritora residente en la Universidad de Western Ontario. En esa misma universidad a los dieciocho años, había estudiado periodismo gracias a una beca, mientras trabajaba desde mesera a recolectora de tabaco. El otro punto de giro era que había vuelto con un viejo amor, el geólogo Gerald Fremlin quien terminará siendo su segundo marido. Por aquellos días, durante un programa radial declaró: “En veinte años nunca tuve un día en el que no tuviera que pensar en las necesidades de otra persona. Mantuve las apariencias como ama de casa y madre, pero mi energía estaba en la escritura. ¡Dios, el aislamiento de las amas de casa!”

"Algo que quería contarte" (Lumen),
"Algo que quería contarte" (Lumen), de Alice Munro

Cuando Alice Munro publicó su primer libro en 1968, Dance of the Happy Shades (el único ahora sin traducción al español) obtuvo el Governor General’s Award, un equivalente al Pulitzer en Canadá. “Pero el libro se vendió muy mal, preguntabas en las librerías y no lo tenían”, contó más tarde Munro con ese sarcasmo en apariencia despreocupado que caracteriza también su literatura. Dos años más tarde aparece su primera y única novela: La vida de las mujeres, un relato de base autobiográfica tan bello como crudo sobre la vida de una niña granjera.

Munro, nacida como Alice Ann Laidway creció en una granja en Ontario, su padre criaba zorros blancos y su madre que era maestra rural, padeció Parkinson obligando a Munro con 9 años a hacerse cargo de la casa y sus hermanos menores. “De chica escribía en mi cabeza mientras caminaba desde el colegio a casa, cuando hacía deberes, cuando lavaba los platos o hacía las camas”, recuerda en el reportaje para The Paris Review. En esa novela la niña granjera se pregunta “¿Qué es una vida normal?”; detesta las “ciencias del hogar”, una materia donde cosen a máquina; sumerge ranas en un balde con miel; lee a Somerset Maugham y Nancy Mitford. Y se desnuda por primera vez delante de un amigo. La vida de las mujeres fue prohibida en escuelas secundarias de Ontario debido al “lenguaje explícito y la descripción de las escenas de sexo”, según el Globe and Mail.

Alice Munro, en su última
Alice Munro, en su última aparición pública

Sobrevino un período oscuro. Munro sufría crisis de angustia, ahogos y sensación de muerte repentina. No confiaba en la posibilidad de trascender, aunque lo deseaba. En ese estado que ella calificó de “desesperación” fue que escribió las historias de Algo que quería contarte, cuyo plus de valor es que con él Munro se asumía definitivamente como cuentista. “Nunca estuve segura de que el libro fuera a funcionar”, declaró por aquel tiempo. “Me deprimía por los rechazos editoriales donde decían que mis historias eran demasiado familiares y domésticas”. Y no solo eso. Los editores le devolvían los manuscritos criticándole lo mismo que elogiaría el jurado del Nobel años más tarde: estructuras demasiado complejas para un cuento, múltiples subtramas con generaciones enteras, flashbacks y avances resueltos en una oración. “He tratado alguna vez de descubrir cómo lo hace, pero no lo he conseguido, y me alegro de ese fracaso porque nadie puede ni debe escribir como la magnífica Alice Munro”, declaró hace poco Julian Barnes en The New Yorker. Lorrie Moore a su vez dijo: “Es una escritora que ha reinventado la manera de hacer narrativa breve”.

Munro no se detuvo. Escribió once libros más, como: Las lunas de Júpiter, Secreto a voces, El amor de una mujer generosa, Escapada, en el cual su fan Pedro Almodóvar basó el film Julieta. “Quiero escribir historias concentradas con momentos de experiencia intensos, no conectados. Así es como veo la vida. La gente se rearma poco a poco y hace cosas que no entiende. La novela en cambio, debe tener una coherencia que no veo en las vidas que me rodean”. En 2006 anunció que dejaría la escritura para “volver a llevar una vida común”, pero le duró poco. “¿Qué hace uno si no escribe? Yo no encontré la repuesta”, dijo. Y tres años después volvió con ese camión doble cabina que es Demasiada Felicidad donde cada pieza es de una perfección tal que condensa poéticamente la verdad del universo. Allí está el incomparable Dimensiones, donde una mujer visita al marido que está en la cárcel porque asesinó a los tres hijitos de ambos. También Juego de Niños donde dos chicas ¿ahogan? a otra discapacitada. “He visto en tantas partes del mundo, tantas cosas extrañas y tanto sufrimiento. Mi conclusión ahora es que no se consigue felicidad alguna engañando a la vida. Es sólo por medio de la renuncia natural y de la aceptación de la pérdida como nos preparamos para la muerte y como por tanto conseguimos algo de felicidad”, le hace decir Munro al personaje de El autobús de Bardon otro de sus cuentos más celebrados.

Otros títulos de Munro en
Otros títulos de Munro en español

Después de ganar el Nobel en 2013, Munro se concentró en pasar desapercibida “Me educaron para alejarme de los elogios”, dijo. Es difícil encontrar alguna información desde entonces sobre la autora. Actualmente vive en Port Hope, un pueblo de Ontario con su hija Sheila - que escribió Vidas de madres e hijas. Creciendo con Alice Munro – y donde a finales de 2019 se dejó fotografiar en un evento comunitario al aire libre.

Algo que quería contarte contiene trece relatos donde ya se palpa la esencia de la obra magistral por venir. Esa narrativa montada en detalles que se vuelven estrellas fugaces mientras los acontecimientos se precipitan. “Nada se detiene o se posterga como en cierto modo, o contra toda lógica crees que pasará”, dice en uno de los cuentos esa mujer que se entera de la muerte de su amante por el papel de diario en que le envuelven un bizcocho. O ese otro donde la hija desea por un instante que su madre muera solo por no darle la razón al hermano con quien compitió por el amor de esa madre toda la vida. En Caminar sobre el agua, un joven cree en el poder de la mente y Alice Munro logra que ese “milagro” de caminar sobre el agua, opere simbólicamente como la acción de escribir y devenga una magistral clase de literatura. En otro de los relatos, también un escritor llamado Hugo, se inspira en su vecina Dotty, y Munro le hace decir al narrador: “Ahí está Dotty, sacada de la vida y expuesta a la luz, suspendida en la maravillosa gelatina que Hugo ha dedicado toda la vida a aprender a elaborar. Es un acto de magia, no cabe duda”.

Si quieren magia entonces, lean a Alice Munro.

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