La única prueba de la existencia de Madona cósmica, de Salvador Dalí, era una fotografía en blanco y negro. Se sabía, entonces, que la obra había existido e incluso que se había expuesto en tres oportunidades, la última hacía 55 años. ¿Seguía existiendo?, ¿dónde se encontraba?, ¿cuáles eran sus colores?
Realizada por el artista catalán en 1958, dentro de su período místico-nuclear, la pieza fue expuesta por última vez en Nueva York en 1965 y tras fallecer su propietario, sus herederos la acaban de sacar a la venta.
La Madona cósmica, una obra de 152,5 por 91,5 centímetros, fue rebautizada por el propio pintor como El corte de la oreja de Van Gogh desmaterializándose desde su espantoso existencialismo y explotando al modo de un pión durante el deslumbramiento de la Madona Sixtina de Rafael.
“El resurgimiento de la pintura en todo su deslumbrante color la establece como una de las obras de arte de Dalí, más exitosas y elaboradas durante el periodo de postguerra”, escribió Eliott H. King, curador de la exposición de 2010 Dalí: The Late Work, en el museo de Atlanta,y que validó la autenticidad de la pieza.
En cuanto al título secundario, King aseguró que “Dalí recuerda la hipótesis de los teólogos medievales de que la Virgen María concibió por medio de la palabra de Dios, y, por lo tanto, fue inseminada a través de su oído”.
Dalí fue un artista prolífico y en el mercado se encuentran muchísimos grabados y dibujos, aunque no sucede lo mismo con las pinturas. En ese sentido, Madona Cósmica es la última obra maestra que puede ser adquirida por una persona o entidad privada, ya que todas las otras de este calibre se encuentran ya en museos o colecciones privadas de todo el mundo.
El precio con que sale al mercado es desconocido, aunque se especula que superará los USD 20 millones si se tienen en cuenta las últimas obras del español que salieron a subasta: Retrato de Paul Eluard (1929), se vendió en Sotheby’s de Londres en 2011 por más de USD 18 millones; Primavera necrofílica (1936), en Sotheby’s Nueva York, por casi USD 17 millones y Momento de transición (1934), en Christie’s de Nueva York en 2014 por casi USD 10 millones. Aunque si bien estas obras subastas son de menor formato pertenecen al periodo surrealista del pintor, el más cotizado.
¿Qué fue el período místico-nuclear?
Instalado ya en Nueva York con Gala, Dalí ingresa a la estética de posguerra, con la bomba nuclear y todos los debates morales y estéticos de fondo. Madonna cósmica es uno de los cuadros de ese momento, en el que trata los temas religiosos bajo el prisma de los avances científicos del momento.
Una de sus primeras manifestaciones es la Madonna de Portlligat, de la que pintó dos versiones, una en 1949 y otra en 1950. El mismo año que pintó esta Madona cósmica, Dalí creó, según el catálogo razonado de pintura de la Fundación Gala-Salvador Dalí, un total de 18 óleos; retratos de personajes de las clases dirigentes norteamericanas y otros cuadros de temática religiosa tratados bajo esa óptica, como la Virgen de Guadalupe y su obra más conocida de este momento, El descubrimiento de América por Cristóbal Colón, una enorme pintura de más de cuatro por tres metros, que puede verse en el museo de Florida creado por Reynolds Morse, el mayor coleccionista de Dalí.
También de acuerdo a la fundación, esta pintura, que permaneció durante medio siglo en el living de un hogar, fue expuesta solo en tres ocasiones, todas en Nueva York: en la galería Carstairs, entre diciembre de 1958 y enero de 1959; el lugar donde Dalí ponía a la venta todo lo que había pintado durante el verano anterior en Portlligat. En 1960, en The Finch College Art Gallery, dentro de una exposición dedicada al pintor surrealista y la tercera y última, en 1965, en la Gallery of Modern Art, en la antológica Salvador Dalí, 1910-1965.
La admiración por Rafael Sanzio
“Soy un mal pintor. Si comparo mis telas con las del Renacimiento, con las de Rafael, por ejemplo, me doy cuenta del desastre total de mi obra. Pero esto no impide que sea, gracias a mi estilo, uno de los mejores artistas actuales”, escribió Dalí.
Y por eso se sintió a la altura de crear su propia versión la Madonna Sixtina que realizó en el siglo XVI Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del renacimiento. En 2018 en el Teatro-Museo de Figueres pudo verse la exposición Dalí-Rafael. Un ensueño prolongado, para explicar esta devoción de Dalí hacia el pintor italiano.
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