El fenómeno “Shtisel”: la serie israelí que muestra el costado más íntimo de los judíos ultraortodoxos

Disponible en Netflix, la producción, que estrena tercera temporada, refleja a través del humor la vida cotidiana de cuatro generaciones en Jerusalén. Un repaso por las razones del éxito que trasciende la pantalla

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Una imagen de la tercera temporada de Shtisel
Una imagen de la tercera temporada de Shtisel

Shtisel comienza con un sueño: un joven rabino llamado Akiva (interpretado por Michael Aloni) descubre a su madre cortando un budín con cuchillo y tenedor, en el lugar donde él come habitualmente. Ella está abrigada: dentro del bar cae nieve y las mesas están ocupadas por esquimales. Akiva se acerca a su madre asombrado de verla porque ella ha muerto hace tiempo. “¿Qué haces aquí?”, le pregunta. “Extrañaba el kugel (budín que se prepara a base de sobras o hidratos de algún tipo, papa o pastas por ejemplo)”, responde. Desde la primera escena Shtisel nos conquista por el estómago.

Oscar Wilde decía: “No soporto a la gente que no se toma en serio la comida” y Shtisel, la serie israelí creada por Ori Elon y Yehonatan Indursky, comulga con ese pensamiento; la comida funciona como una máquina del tiempo que permite viajar al pasado y reencontrarse con personas que ya no están. Cada bocado puede trasladar a los personajes a un recuerdo, invitándonos a viajar a los propios; la comida en Shtisel es una forma de encontrarse, con los vivos, con los muertos, con la historia de cuatro generaciones de una familia ultraortodoxa de Jerusalén en la era de la televisión por cable, las redes sociales y los teléfonos celulares. Mostrándonos el día a día de sus costumbres y tradiciones religiosas con naturalidad: casamientos arreglados por un casamentero, matrimonios que duermen en camas separadas, besar la mezuzah (rezo escrito en un rollo que se coloca en el marco de la puerta y marca la separación entre el espacio público y privado) antes de entrar a una casa; lejos de convertir a una cultura distinta a la propia en una postal turística.

El nombre de la serie es el apellido de la familia que retrata: los Shtisel, donde Shulem (interpretado por Doval´e Glickman) es el patriarca que guía el destino de los más jóvenes y de los mayores, como su madre Ruth (Rebetzen Erblich). Shulem es un rabino sexagenario que se dedica a enseñar la Torah, pero además es hijo, hermano, padre de 6 hijos y abuelo de 32 nietos. Estuvo casado durante 40 años y le pesa la ausencia de su mujer recientemente fallecida. Shulem vive junto a su descendencia en Mea Shearin, el barrio ultraortodoxo de Jerusalén, pero a su querida madre debe visitarla en una residencia de adultos mayores.

Trailer de la tercera temporada de "Shtisel"

Madre e hijo tienen un código que los une: hablan en idish, el idioma que construyeron los judios ashkenazis que se asentaron en Europa. Pero también tienen diferencias que Shulem, desde su mirada religiosa, no puede aceptar. Ruth ha descubierto el placer de ver televisión, la pasión que puede despertar en ella los conflictos de una telenovela. De eso se trata Shtisel: de los deseos y las prohibiciones, de las búsquedas y los desencuentros.

Shulem se frustra cuando sus parientes no responden ante el deber religioso, pero lo interesante de la serie es que los guionistas deshojan las mil capas de este personaje tan complejo. Detrás del enojo hay un hombre que trata de entender al otro en silencio: en uno de los episodios más emotivos de la primera temporada, Shulem reza al lado de la cama de hospital donde reposa su madre. Ruth está inconsciente tras un accidente en el geriátrico. Shulem toma prestado el libro de oraciones de su madre, y cuando lo abre cae un trozo de papel: son los nombres escritos de las personas por las cuales Ruth reza diariamente. Shulem reconoce los nombres, entre hijos y nietos, pero hay una lista que no le es familiar. ¿Quiénes son esas personas y cómo puede ser que Shulem no las conozca si es él quien marca el camino de la familia? De repente, resuelve el misterio: los nombres que desconoce son los personajes de la telenovela que Ruth mira todas las tardes. Shulem, aún no estando de acuerdo con que su madre mire televisión, se conmueve al punto de modificar un discurso que da en la escuela que dirige: “Cuan poderoso es tu amor, madre, que rezaste por cada hombre, por cada mujer, y por estos personajes que ni siquiera existen”. Shtisel nos sorprende constantemente con escenas donde los personajes rompen la rigidez que les impone la vida religiosa.

Ruth no es la única que le trae dolores de cabeza a Shulem: Akiva, su hijo que también es rabino, lo defrauda una y otra vez. Por no tener suficiente autoridad como docente frente a los niños de la escuela, por querer casarse con una mujer viuda de 30 años (un mal partido según el casamentero), por comenzar una carrera como pintor realista. Los enfrentamientos entre padre e hijo marcan los momentos más dramáticos de la serie, y también los más emotivos.

Actores y actrices divertiendose detrás de escena
Actores y actrices divertiendose detrás de escena

Hacer visible lo que la gente no ve

La primera temporada de Shtisel, integrada por 12 episodios de una hora, se emitió por primera vez en Israel en 2013, la segunda llegó en 2015, pero todo cambió cuando la serie desembarcó en Netflix en 2018. La historia de la familia Shtisel entró a hogares que se encuentran muy lejos de Medio Oriente, los conflictos entre Shulem y su hijo Akiva se volvieron conversaciones de sobremesa en Argentina, Italia, Brasil y Hong Kong.

Aloni, el actor que interpreta a Akiva, se preguntó varias veces por qué la vida de una familia judía ultraortodoxa le interesa a un espectador que vive en Hong Kong. La respuesta es simple: porque Shtisel consigue hablar de personas que se enfrentan al dolor de un duelo, al sufrimiento por un amor imposible, al temor del qué dirán, a la angustia de una crisis matrimonial, al pánico de quedarse solos. Sentimientos que, en definitiva, nos atraviesan a todos los seres humanos; vivan donde vivan y sin importar qué religión practiquen. Por eso Shtisel se volvió tan popular, porque nos zambulle en temas universales.

Si Unorthodox (inspirada en la novela autobiográfica de Deborah Feldman y estrenada en 2020), otra serie que retrata la vida de judíos ortodoxos (en este caso de una comunidad satmar en Williamsburg, Nueva York) que logró ingresar en las casas de todo el mundo a través de Netflix, narra el rincón más oscuro de esa clase de vida, Shtisel retrata el costado más luminoso. La gran diferencia entre ambas es que Unorthodox relata con épica el camino de una joven (ultraortodoxa), Esty (Shira Haas), que quiere escapar de su comunidad, y Shtisel nunca pone en duda el sentido de pertenencia por más conflictos que afloren. La similitud entre ambas series es que comparten a la actriz de 25 años Shira Haas. Su personaje en Shtisel, Ruchama (Ruchami) Weiss, es la nieta de Shulem. Una adolescente que cuida mucho de sus hermanos menores para ayudar a su madre Giti (Neta Riskin). Ruchami sufre por amor, y también por las actitudes irresponsables de su padre Lipa (Zohar Shtrauss). Mientras ingresa en el mundo adulto reflexiona: “A veces me pregunto por qué la gente que amamos es la que más nos lastima”.

Shira Haas en Unorthodox-con su personaje Esty
Shira Haas en Unorthodox-con su personaje Esty

El germen de Shtisel puede encontrarse en una experiencia que vivió uno de sus creadores, Ori Elon, mientras estudiaba en la prestigiosa Sam Spiegel cinema and television academy. Uno de los ejercicios de las clases consistía en trabajar con su pasado y sus raíces, y para ello Elon se vistió de ortodoxo. Durante un viaje en autobús se cruzó con un compañero de la escuela de cine, pero este no lo vio, como si no existiera. Fue en ese momento que descubrió que, en Israel, a los ortodoxos no se los mira; son parte del paisaje y nada más. Esa fue la razón por la cual quiso contar la historia de esta comunidad y las tradiciones que se transmiten de generación en generación. Lo que no pensó es que serían vistos en todo el mundo, en cada rincón de la Tierra. La serie está hecha especialmente para quienes no pertenecemos a la comunidad judía ultraortodoxa, intentando (y logrando) romper prejuicios.

Pasiones que despiertan otras pasiones

Al igual que la abuela Ruth se compenetró con los personajes de la novela de la tarde, el público se fanatizó con los conflictos amorosos de Shtisel. Desde que nació la serie se formaron varios grupos en Facebook para conversar sobre los personajes, la trama, los rumores alrededor de la futura temporada. Charlan personas de distintos puntos del planeta a cada minuto del día intercambiando posteos, demostrando que traspasa la pantalla. Para ser admitido en el grupo oficial de Shtisel, en Facebook, se debe contestar unas preguntas acerca de los personajes y la trama. Los fanáticos comparten información y fotografías del rodaje mientras esperan ansiosos el estreno en Netflix de la postergada tercera temporada que se podrá ver a partir de este 25 de marzo.

En Israel se pudo ver por televisión, en el canal Yes, a fines de diciembre de 2020 luego de que el elenco haya filmado en plena pandemia. Shtisel comenzó en 2013 con una escena sobre la comida, y así como la comida reúne a los personajes también une a los fanáticos de la serie. En el grupo oficial de Facebook unos les enseñan a otros a cocinar las recetas que se preparan en la serie; entre los usuarios van investigando y reconstruyendo la receta más precisa, más cercana a la que vemos en la ficción. Y mientras una usuaria escribe qué cantidad de huevos batidos llevan las albondigas de carne que Giti prepara en su bar, otros fanáticos comparten pequeños tips para la preparación recordando cómo cocinaban ese plato sus madres o bobes (abuelas). No solo se intercambian secretos de cocina, también recuerdos que Shtisel vuelve cercanos, vivos. Por otro lado, la web del diario israelí Jewish News compartió las recetas de gran parte de las comidas que cenan y almuerzan los personajes en Shtisel: desde Schnitzel (milanesas de pollo apanado) hasta Cholent (guisado de carne y verduras que se prepara a fuego lento durante muchas horas).

Shira Haas y Neta Riskin
Shira Haas y Neta Riskin

Detrás de las cámaras

Ninguno de los actores de Shtisel son judíos ultraortodoxos, todos son seculares. Doval´e Glickman antes de convertirse en Shulem, el patriarca de la familia, era conocido por ser un actor cómico en Israel, trabajó largo tiempo en el show Zehu Ze!, un programa que estuvo al aire más de 20 años. Glickman cuenta que al hacer Shtisel se dio cuenta que era realmente un judío, un proceso que lo reconectó con su madre quien comía comida kosher por las dudas. Para el actor israelí el papel de Shulem fue la interpretación que más lo ha atravesado en su extensa carrera (tiene 72 años). Cuando recibió el guion, lo leyó y pensó que era la perfecta fusión entre Los Soprano y las películas de Ingmar Bergman. Para mostrar la dimensión de alcance y de empatía que provocó en el público, Glickman relata que una vez, mientras cenaba en un restaurante en París, un grupo de mujeres se le acercó para preguntarle si era el actor que interpretaba a Shulem. Aquellas mujeres festejaron su presencia y le contaron que se sentían muy identificadas con las historias de los personajes pese a ser libanesas musulmanas.

La familia Shtisel, cada uno de sus personajes, se ha vuelto tan parte de nuestra vida que muchos espectadores creen que son realmente ortodoxos. Hace unos años, la actriz que interpreta a Giti (Neta Riskin) caminaba por la calle abrazando a su novio y la paró, con cara de decepción, un judío lituano. “¿Eres Giti?”, le preguntó impactado. La actriz le aclaró que en realidad se llama Neta, pero que interpreta a Giti en Shtisel. El hombre que la detuvo le manifestó su desilusión al descubrir que Giti no era real, que ella actuaba de ortodoxa. Neta se sintió orgullosa de saber que existen personas que creen que Giti existe fuera de la pantalla.

El actor que interpreta a Akiva, Michael Aloni, es una estrella en Israel. Actuó en la famosa serie producida por HBO Our Boys (2019) y fue presentador del programa The Voice (el reality de canto). Akiva cuenta que la primera temporada de Shtisel se hizo con un presupuesto limitado y las grabaciones se dividieron en dos partes, con 3 meses de diferencia: los interiores se filmaron en Tel Aviv, con el calor del verano y los exteriores en Jerusalén durante el invierno.

Michael Aloni es Akiva
Michael Aloni es Akiva

Las dos primeras temporadas de Shtisel tienen 12 capítulos cada una, pero el éxito que traspasó las fronteras de Israel llegó un rato después, cuando Netflix multiplicó las películas y series que retratan el mundo de los judíos ultraortodoxos: desde los documentales estadounidenses One of Us (Heidi Ewing y Rachel Grady, 2017) y Menashe (Josua Z. Weinstein, 2017) hasta la exitosa miniserie Unhortodox, pasando por producciones israelíes que si bien no hablan de la comunidad comparten el idioma hebreo y/o idish (Cuando los héroes vuelan, Fauna, Maktub).

El éxito de Shtisel provocó que los millones de seguidores de la serie dibujen y compartan en redes sociales Fan Art (dibujos realizados por fanáticos para demostrar su amor por personajes, series, películas o novelas) de los personajes, al igual que lo hacen los fanáticos del universo fílmico de Marvel Studios cuando pintan a Chris Evans como el Capitán América. Shulem, Akiva y Giti son vistos como superhéroes de la vida cotidiana que enfrentan desafíos y sortean los obstáculos que les cortan el camino.

Tras 5 años de espera (la segunda temporada de Shtisel se estrenó en Israel en 2015), finalmente llega la tercera temporada. Dikla Barkai, productora de la serie afirmó en un comunicado de prensa: “Esta temporada ha sido posible gracias al amor y al apoyo que hemos recibido de los fans y de los espectadores del todo el mundo”. Se narrará el presente de los personajes 4 años después del último episodio de la segunda temporada: con Akiva enfrentado a Shulem por su carrera ahora pública como pintor (y por un cuadro particular que enfureció a su padre) y Ruchami a punto de casarse con Hanina (Yoav Rotman). La nueva temporada le da mayor protagonismo a Shira Haas tras su popularidad ganada por Unorthodox: uno de los afiches oficiales de la serie muestra a Shulem y Akiva junto a Ruchami. La tercera temporada contará con 10 capítulos y, pase lo que pase, está claro que profundizará el amor por la familia Shtisel, y ojalá también nos invite a aprender más recetas de cocina.

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