Cinco años atrás, en una librería de usados, Felipe Cayetano Grüneisen se encuentra con los ejemplares originales de Enrique Rapela, el artista argentino considerado el creador de la Historieta Gaucha. Mientras los miraba con sorpresa pero también con fascinación, se pregunta: ¿por qué no hay ediciones nuevas de estos dibujos?
Esa idea original quedó rebotando en la cabeza de este productor agropecuario de tradición rural y descendiente de suizos hasta que habló con la editorial El Ateneo. Lo que comenzó como una simple pregunta, se concretó, en este libro: Conozcamos lo nuestro: homenaje ilustrado al gaucho, una reedición de tres fascículos que Rapela había publicado en 1977 y que estaba en vías de extinción. Al año siguiente, el artista murió.
“Decidimos emprender este proyecto porque tenemos pasión por la cultura argentina. Lo gauchesco, criollo y campero forman gran parte de nuestra formidable cultura y este es un homenaje a todo eso. Creemos también que se están perdiendo muchas tradiciones y oficios rurales y en el libro los estamos poniendo sobre el tapete nuevamente”, cuenta Grüneisen, con el libro ya editado en la mano.
Enrique Rapela, nació en Mercedes, provincia de Buenos Aires, en 1911, y falleció en Buenos Aires en 1978. Fue un dibujante, pintor, acuarelista, guionista e historiador. Su origen, lejano, es hispano: él es la séptima generación de argentinos.
En el arte fue autodidacta y uno de los pocos ilustradores dedicados a la gauchesca con un nivel de conocimiento prácticamente total. Así fue que se convirtió en una influencia para la generación siguiente. Por ese motivo asesoró a los guionistas y directores de películas como Yo maté a Facundo, Argentino hasta la muerte, Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro.
Expuso sus acuarelas en varias muestras, fundó la editorial Cielosur, ilustró libros y discos, escribió Vocabulario tipos y costumbres del campo argentino y Cosas de nuestra tierra gaucha y las historietas Cirilo el Audaz, Cirilo el Argentino, El Huinca y Fabián Leyes.
Los textos de Conozcamos lo nuestro están organizados en un solo tomo con capítulos y partes temáticas conservando su estilo. Junto con las ilustraciones forman una obra nueva que funciona como una singular enciclopedia de terminología campestre. Las imágenes fueron mejoradas y los textos, según cuentan desde la editorial, adaptados a una prosa más contemporánea. No es una exageración decir que Conozcamos lo nuestro “revive” al gran Rapela.
La obra se organiza en tres partes: “El gaucho”, con sus capítulos “Prendas de vestir”, “Implementos de trabajo” y “Habilidades”; “La vida del gaucho”, con sus capítulos “Hogar y alrededores”, “Costumbres” y “Pasatiempos y supersticiones”; y “El gaucho y los animales”, con sus capítulos “Dominar y amaestrar”, “El caballo, anatomía y defectos” y “Elementos del caballo”.
Cada tema se describe e ilustra con detalle y todas las páginas contienen imágenes, croquis y ejemplificaciones gráficas de todo lo que se explica desde el texto. Importante: todo es bilingüe, se lee en español y en inglés.
El objetivo de Conozcamos lo nuestro es, además de repasar las costumbres, herramientas y pasatiempos del gaucho, reivindicarlo y homenajearlo. “Hay bastante ignorancia respecto del mundo rural y esta es una forma de acercar el campo a las ciudades o a gente que desconoce ese ambiente”, explica Grüneisen.
“A su vez, el gaucho algunas veces tiene una imagen peyorativa, pero en realidad la mayoría de ellos fueron personas con una enorme creatividad, una personalidad incorruptible y una tenacidad sin igual”, concluye.
* Conozcamos lo nuestro: homenaje ilustrado al gaucho (El Ateneo) puede leerse también en ebook.
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