Batato Barea, el mito del “clown travesti literario”

Con curaduría de la escritora Laura Ramos, el Malba recupera la figura de una de las personalidades más importantes de la corriente del teatro underground de los años posdictadura, a través de la obra “Las Poetisas”

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“Las poetisas” se presentó en
“Las poetisas” se presentó en el Parakultural (Telam)

El Malba recupera la figura de Batato Barea (1961-1991), actor y “clown travesti literario” como se autodenominaba, una de las personalidades más importantes de la corriente del teatro underground de los años posdictadura, con el número Las Poetisas (1990) en el marco del ciclo que, bajo el título de Historia como rumor, resignifica acciones y performances que tuvieron lugar a lo largo de Latinoamérica.

Los 80 de Barea están inscritos en tiempos de apertura democrática, de destape, libertad de acción y pensamiento, y por sobre todo, de creatividad en el ámbito cultural. Es el momento de multiplicidad de espacios y estéticas, de distintos tipos de teatro y micropoéticas actorales que coexisten propiciando mezclas, cruces y heterodoxias y poéticas híbridas que pertenecen al período (1983-2010) que el investigador Jorge Dubatti define como “época dorada”.

La sensación de euforia de los primeros años de la democracia también impulsa la movida contracultural con espacios tan emblemáticos como el Parakultural (1986-1989) para el mundo del teatro, como otra forma de ser y de contar. En esa porosidad es que se visibilizan los cuerpos disidentes (homosexuales), desde las micropolíticas -tal vez- como resistencia y transformación, como lugar para la libertad de expresión, el goce y la diversidad.

Humberto Tortonese, Alejandro Urdapilleta y
Humberto Tortonese, Alejandro Urdapilleta y Batato Barea

Barea fue actor, performer y clown, y su formación actoral bebe en la tradición popular. Miembro del Clú del Claun y de Los Peinados Yoli, hizo unipersonales, y junto a Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese, revolucionaron la escena underground de los 80 -en lugares como el Parakultural, el Centro Cultural Ricardo Rojas y Cemento-, con espectáculos basados en textos de Néstor Perlongher, Fernando Noy, Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni, Marosa Di Giorgio y Jorge Luis Borges. Tres mujeres descontroladas y María Julia La Carancha (por la ex funcionaria menemista María Julia Alzogaray) son dos de sus puestas.

“Yo soy clown, pero no quiero caer en el lugar común de la payasería, de decir chistes y bromas, morcillas payasescas. Quiero en realidad utilizar a la poesía como elemento de éxtasis y de tránsito hacia el éxtasis del más grande placer, que es sonreír”, describió el poeta Fernando Noy sobre los deseos de Batato, durante la inauguración de la muestra virtual realizada ayer.

“Tomaba a las poetas y vertía a su manera con su circuito de cursos, con ese movimiento sagrado de danzas pseudosufí, y con el gran Urdapilleta, que además de actor e intérprete era poeta, y la fulgurante presencia de Humberto (Tortonese) que equilibraba todo. Se llegaba a un lugar donde la poesía no era simplemente un texto. La poesía era un instante, una realidad. La poesía no estaba en el libro. La poesía había huido desde ese lugar irreverente de estas tres mujeres a la propia carnalidad de cada uno de lo que estaban en la platea”, relató emocionado.

Con curaduría de la escritora Laura Ramos y la participación de Noy -autor de Te lo juro por Batato-, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) presentó Las Poetisas de Batato Barea (Junín, 1961 - Bs As, 1991), que integró la serie Tres mujeres descontroladas realizada por el trío de Barea, Urdapilleta y Tortonese en el Parakultural.

Batato Barea (Gianni Mestichelli)
Batato Barea (Gianni Mestichelli)

La acción del registro muestra a Batato que interpreta corporalmente el poema Voracidad del sonido de la ignota y habitué de veladas literarias María del Carmen Suárez, con la voz en off del locutor de Radio Nacional (Emilio Stevanovich). Es el 24 de junio de 1990, a las 2 de la madrugada. El lugar es el Parakultural de la calle Venezuela al 400, en San Telmo, un sótano que se moja cuando llueve: “Batato Barea atraviesa el salón haciéndose lugar a los codazos entre el público punk de Todos Tus Muertos y Conmoción Cerebral”.

“Con dos pelucas superpuestas, una blusa de raso púrpura atravesada por tres collares de plástico, falda transparente y tacos, Batato interpreta el poema con movimientos en círculo, su cintura se quiebra y el torso gira en remolinos. El artista trágico inscribe la obra en su propio cuerpo, ya traza la ruta hacia su destino sacrificial”, según el registro de la curadora Ramos.

En la obra Las poetisas, Barato encarna a la poeta Suárez, Alejandro Urdapilleta es Alma Bambú y recita de su autoría La tarde del Pumpernic, y Humberto Tortonese a Herminia Luchetti quien grita a voz en cuello ¡Agua! de Alfonsina Storni.

En la presentación de la séptima muestra virtual de un total de doce, con las que el Malba celebra su recorrido de 19 años desde un modo mixto de existencia, la directora artística del museo Gabriela Rangel indicó que la serie del programa toma al rumor como “lo equivalente a aquello que merece ser trágico sin ser dramático” y explicó que “podemos recuperar esta performance desde lo que quizás tiene de más bello esta forma híbrida que es el mito, la ficción”.

(Telam)
(Telam)

En concordancia con la idea de rumor y su modo de dispersión, Cecilia Palmeiro sostuvo que “el rumor es el género que más le conviene a la contracultura queer y al underground. El rumor es polifonía, es la construcción de una historia coral y colectiva, como lo es el lenguaje de las locas: las lenguas no oficiales estuvieron siempre ligadas a la calle, la acción política y la literatura border”. En la elección de los trabajos de Batato por parte del museo, Ramos indicó que se debe a que se trata de “un programa sobre performers”.

“Si tenemos un artista de la espontaneidad, la improvisación como Batato, en la medida en que él juega con lo instantáneo y con su propio cuerpo elabora el arte -la obra en su propio cuerpo-; en el caso de Batato lo lleva al extremo de su propia vida. Me parece que no hay mejor performer”, explicó.

Para Ramos, en los “numeritos” como los llamaba Barea se corporiza el “cuerpo erótico y político” y graficó: “Batato venía de una vida en comunión con la obra que él mostraba en el escenario. Salía del Parakultural a las 3 de la mañana y se iba al Abasto a prostituirse como taxi boy, era un acto artístico que él hacía, como lo hacía Jean Genet” (el dramaturgo y escritor francés)”.

Batato fue una de las primeras figuras que contribuyeron a visibilizar desde lo estético la homoesexualidad en un tiempo de represión. Tal como manifestó Noy: “Salíamos a las 6 de la mañana y estaba la policía para arrestarnos”.

Para el poeta, “Batato no quería ser simplemente mujer, sino ser deseada por un hombre. Se había vuelto un poema encarnado, era una obra de arte con su propia persona” y recordó que la propia Marcia Schvartz decidió pintarlo en 1989 en un retrato que pertenece a la fundación Constantini.

"Batato Barea" por Marcia Schvartz
"Batato Barea" por Marcia Schvartz

Sobre la performance, Graciela Speranza señaló que “es por definición un arte de la presencia viva en un tiempo y un espacio irrepetibles, un arte de la inmediatez del cuerpo del performer que es el medio y la materia de la obra”, al menos entre los 60 y los 80.

Para la crítica e investigadora, Batato reinventó la performance a su manera con “la mezcla de tonos y géneros” y como búsqueda de libertad llevó el transformismo y la poesía al Parakultural, a Cemento, al Rojas “a través del pastiche de alto, bajo, circo, declamación, humor y absurdo”.

Rangel definió a Barea como “el más transgresor probablemente de ese período” y advirtió que “la única manera de entender ciertas radicalidades del presente es entender figuras como la de Batato”.

Al finalizar la presentación, la directora del Malba citó una frase de Roland Barthes: “El drama se padece pero la tragedia se merece” para señalar que allí “se resume el sacrificio de Batato”.

Convertido en mito y beatificado en esta resignificación de su figura transgresora del status quo, un homosexual, un creativo, en tiempos de represión sexual -contra travestis, trans y gays-, borró los límites entre la vida y el arte, transformándose en obra.

Como parte de la movida cultural, el Parakultural albergó también a Gambas al ajillo, Los Melli, Vivi Tellas, Emeterio del Cerro y Teatro malo. También llegaron a tocar Los Redondos y una larga lista de grupos punk.

Este 2021 se cumplen 60 años del nacimiento y 30 años de la muerte de Walter Salvador “Batato” Barea y recientemente, la ciudad de Junín, donde nació, le otorgó la distinción de Personalidad Destacada de la Cultura.

Fuente: Télam

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