“La literatura es un placer —como el sexo— y también es conocimiento —¡como el sexo!—. Por eso, a la gente que no le gusta leer sólo se me ocurre darle el pésame”.
No hay manera de que Javier Cercas hable de libros si no es con vehemencia. Habla como el lector apasionado que continuamente refiere a sus maestros: Borges, Pavese, Shakespeare, Cervantes, George Bataille. Y también habla como el autor que pone una carga vital en la escritura, como quien tiene la certeza de que una hoja puede ser tan afilada como un cuchillo.
El autor de Soldados de Salamina, El monarca de las sombras, Las leyes de la frontera y tantos otros títulos, habló a través de una videoconferencia con periodistas de América latina de su nueva novela, Independencia (Tusquets), con la que continua Terra Alta (Premio Planeta 2019). Independencia es, en realidad, la segunda parte de un proyecto que seguirá con otros dos libros. “Un ciclo de cuatro volúmenes”, dijo Cercas —siempre deudor de la literatura medieval—, que tendrá al personaje Melchor Marín como protagonista.
“Melchor surge de mi propia furia por la brutal crisis catalana de 2017”, dijo Cercas. En octubre de aquel año se dio una escalada que comenzó con un referéndum para independizar Cataluña de España y siguió con la proclama del congreso catalán que declaró unilateralmente la independencia del país. Fueron días de violencia e incertidumbre que terminaron con una orden de captura a Carlos Puigdemont, quien fuera presidente provisional catalán, y su posterior huida a Bruselas.
Cercas, que lleva viviendo en Barcelona casi toda su vida, siguió aquellas jornadas con asombro y desazón. “Como una persona que convive en sociedad intento ser razonable y civilizado, pero soy un ser humano y llevo por dentro una furia terrible. Así que, como Flaubert dijo ‘Madame Bovary soy yo’, a mí no me queda más remedio que decir que Melchor Marín soy yo: es mi parte oscura, mi parte maldita. El tema de la novela no es lo que ha ocurrido en Cataluña, pero es el carburante”.
“Lo que ocurrió en Cataluña ha sido catastrófico”, dijo. “Sabemos que dividir una sociedad es muy fácil y volver a unirla es muy complicado. Aquí hay una herida. Fue una muy mala idea. Hubo un atentado contra la democracia en nombre de la democracia”. Para Cercas, lo que pasó en Cataluña es un ejemplo más de “un fenómeno como el nacional populismo, cuyo representante mayor es Donald Trump, pero que ha ocurrido en otras partes: el Brexit, LePen, Bolsonaro”.
En esta nueva novela, el policía Marín —que está basado en el oficial que detuvo un atentado yihadista en Cambrils en 2017— se ve envuelto en una oscura trama que se entromete con los oscuros personajes que mueven el poder en las sombras. Independencia es un thriller político que se anuda en torno un video sexual con el que se chantajea a la alcaldesa de Barcelona. “Los ejes de esta novela son la búsqueda de verdad y justicia”, dijo Cercas. “La pregunta de esta novela y de todo el ciclo narrativo es si es legítima la venganza cuando la Justicia no puede hacernos justicia. Por supuesto que en la vida real diríamos que no, pero las novelas no funcionan así. La literatura nos obliga a poner en duda nuestras certezas más arraigadas”.
Durante años, Cercas trabajó en el género que él mismo denominó “novelas sin ficción”. Bajo esa categoría aparecen, por ejemplo, Anatomía de un instante y El impostor. Pero en esta serie, para hablar de la crisis del 2017, decidió hacerlo desde la ficción. Primero, dijo, porque corría el riesgo de convertirse en un mero repetidor: “Esa es la muerte de un escritor y yo quiero seguir vivo”. Y luego porque “eso que he llamado novelas sin ficción no me permitían que aflorase mi parte maldita. Y un escritor que no corre riesgos no es un escritor sino un escribano”.
La elección del género policial fue casi una decisión natural, dijo, no sólo porque es uno de los géneros que más disfruta sino porque le gusta pensar en la literatura popular. “Sueño con que la literatura vuelva a ser popular, vuelva a ser relevante, vuelva a decirle algo a la gente. Una de las supersticiones más generales es que la buena literatura es literatura de catacumbas. El Quijote y Shakespeare eran terriblemente populares. No estoy diciendo que lo popular sea bueno, sino que no tiene por qué ser malo”.
La pregunta de Infobae Cultura apuntó a la esencia de los protagonistas de Cercas:
—¿Qué características comparte Melchor Marín con otros personajes de los que ha escrito, como Adolfo Suárez (en Anatomía de un instante), el Zarco (en Las leyes de la frontera), Enric Marco (El impostor)? La lista podría continuarse.
—Hay un hilo conductor que une a esos personajes y a esas novelas. Seguramente hay varios, pero uno de ellos es la reflexión sobre el heroísmo. Qué es un héroe. Eso está en el corazón de lo que escribo. Alberto Manguel dijo que mis libros recuperaban la épica. Me pareció muy exacto, muy iluminador. Borges decía que la novela del siglo XX había suprimido la épica y que la épica se había refugiado en Hollywood. Mi educación fueron las novelas de aventuras —entre las cuales contaba a la Ilíada y la Odisea— y también los westerns. John Ford es uno de los grandes artistas del siglo XX. Eso está muy profundamente metido en lo que he escrito. El verdadero de protagonista de Soldados de Salamina es Miralles, el héroe puro. Adolfo Suárez es el héroe de la traición. El Zarco es el héroe mediático. Enric Marco es el falso héroe. Y Melchor es el héroe de Cambrils. Estos héroes están unidos por otro elemento: la virtud es secreta o no es. En cuanto se exhibe se acabó la virtud —Enric Marco hacía pública su virtud—. Todo héroe es un héroe secreto.
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