Tras el robo de un importante tratado de astronomía de Galileo Galilei, considerado una de las obras más preciadas de la Biblioteca Nacional de España (BNE), una pista recala en Buenos Aires con uno de los principales sospechosos, el uruguayo César Ovidio Gómez Rivero, que ya fue procesado por el robo de unos mapas en 2007, pero en cuyo juicio fue absuelto.
El Sidereus Nuncius o Mensajero Sideral, escrito en latín por Galileo (Pisa, 1564-1542) y fechado en 1610 en Venecia, es una obra en la que el científico explica cómo construyó y perfeccionó su telescopio y detalla las observaciones a las que había arribado con el artefacto.
La pieza está en el ojo de la tormenta por las irregularidades del caso, ya que en 2014 se descubrió que había sido sustraído de la institución y reemplazado por un ejemplar falso de excelente calidad pero el hecho se denunció recién en 2018.
Desde entonces, el Ministerio de Cultura y Deportes de España lanzó una investigación y si bien no hay anuncio oficial, el diario El País sostiene en su edición digital que Gómez Rivero es el “principal sospechoso”, ya que a fines de mayo de 2007 visitó como “investigador” la Biblioteca Nacional y se supo que en esa instancia robó una decena de documentos incunables, ellos dos mapamundis de Ptolomeo.
De regreso a Buenos Aires, el presunto autor “intentó vender su botín en el mercado negro. La justicia argentina lo descubrió aquel mismo año, lo investigó, lo procesó... y lo dejó libre”, reseña El País en la nota, donde resalta que hasta ahora “este uruguayo radicado en Argentina fue el último que tuvo en sus manos el galileo robado, se supone, en 2004 de la Biblioteca Nacional”.
El episodio jurídico de 2007 ocurrió luego de que Gómez Rivero fuera denunciado por un coleccionista estadounidense que alertó que los materiales a la venta eran los mismos que estaban desaparecidos de España. Por tal motivo debió defenderse ante el juez Ariel Lijo: se declaró “totalmente arrepentido de su actuar” y devolvió al juez los documentos de la Biblioteca Nacional de Madrid.
A más de una década de aquel episodio, el medio español consultó al juez a propósito del emblemático caso: “Lo procesé en 2008, pero la Cámara revocó mi decisión con el argumento de que en España había un juicio pendiente. Yo les dije que en España lo investigaban por un robo y yo aquí, por intentar vender lo robado, que eran hechos diferentes, pero no hubo caso”, dijo el magistrado.
Fuente: Télam
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