El robo de un importante tratado de astronomía de Galileo Galilei, considerado una de las obras más preciadas de la Biblioteca Nacional de España (BNE), está actualmente en el ojo de la tormenta, luego de que en 2014 se descubrió que había sido sustraído de la institución y reemplazado por un ejemplar falso de excelente calidad, hecho que se denunció recién en 2018, y que ahora investigará el Ministerio de Cultura de ese país.
El Sidereus Nuncius o Mensajero Sideral, escrito en latín por Galileo (Pisa, 1564-1542) y fechado en 1610 en Venecia, es una obra en la que el científico explica cómo construyó y perfeccionó su telescopio y detalla las observaciones a las que había arribado con el artefacto.
En un comunicado la BNE aseguró que fue en 2014, y no antes, cuando su directora, Ana Santos, recibió la información del robo “por parte de dos investigadores y estudiosos de la obra”. Sin embargo, la desaparición de la obra se había detectado cuando, cuatro años atrás, los técnicos descubrieron en “un control rutinario” que el ejemplar del que disponían era una falsificación.
Los primeros antecedentes del robo -conocido ahora por una información dada a conocer por el diario El País- se remontan a 1987, cuando la BNE denunció la desaparición de un centenar de obras, en su mayoría científicas, entre las que se encontraba el manifiesto, que fue hallado por la policía y luego devuelto a la Biblioteca, junto con otras piezas robadas, en 1988.
Si bien en esa oportunidad, los especialistas de la institución analizaron el tratado y no hallaron ninguna irregularidad, en 2014, durante un control “rutinario” en el marco del programa de preservación de Fondos Ácidos, Deteriorados y Únicos (IFADU), los técnicos sometieron la pieza a “un nuevo y detallado estudio microscópico” que reveló que se trataba de “una falsificación”, y sorprendentemente “de gran calidad”.
La dirección técnica de la BNE informó en ese momento que debido a la ausencia de información acerca de los hechos que habían rodeado el robo, se debía continuar con la investigación, pero “no se elevó ningún informe oficial con esas conclusiones a la Dirección de la BNE”, según el comunicado de la institución.
En 2014, cuando se detectó que se trataba de una copia, se analizaron las veces que la obra había sido solicitada en préstamo, que fueron “varias en esos años”, pero los responsables técnicos siguieron sin informar a la jefatura de la Biblioteca “a la espera de mayores certezas sobre lo ocurrido”, según consignó el diario La Vanguardia.
Santos se habría enterado de los hechos en el 2018 a través de una comunicación directa de “un investigador americano” que relacionaba el suceso con “una red de falsificaciones muy profesionalizada”.
Según el comunicado, “un investigador americano” ofreció a Santos, “nuevos detalles que permitieron aclarar dudas sobre la posible trayectoria del ejemplar”, y confirmó que la obra devuelta en 1988 era la original y que el tratado fue después reemplazado por el ejemplar falso.
Antes de realizar la denuncia ante la policía, Santos “comunicó los hechos y su voluntad de denunciarlos sin dilación ante la Presidenta del Real Patronato de la BNE y el Jefe de Gabinete del entonces Ministro de Cultura y Deporte”, y en esa presentación, adjuntó el informe que había reunido a raíz de la notificación del investigador.
A raíz de lo sucedido, el ministro de Cultura y Deporte español, José Manuel Rodríguez Uribes, dispuso una reunión del Patronato de la Biblioteca Nacional, para el próximo 31 de marzo, en la que analizarán “los protocolos de seguridad de la BNE con el propósito de tomar las medidas necesarias para su mejora”.
Fuente: Télam
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