Pipi Piazzolla: “Discutir hoy a mi abuelo sería quedar en ridículo”

El músico argentino habla del nuevo disco de su grupo Escalandrum y de la relación de la música del gran Astor con el jazz, a partir de la libertad creativa. “Toda esa generación que lo combatió hoy no está. No perduró. Permanecen los que siempre lo defendieron, lo apoyaron y continuaron su camino”, dijo a Infobae

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Pipi Piazzolla, ayer y hoy.
Pipi Piazzolla, ayer y hoy. A la derecha, con su abuelo Astor.

En agosto de 2012, Daniel Astor Pipi Piazzolla exhibía orgulloso el Gardel de Oro que había ganado el grupo Escalandrum por su Piazzolla plays Piazzolla, el disco que les abrió las puertas de un futuro impensado. Grabar aquel primer registro con música de su abuelo, hasta hoy el único Oro que guardan las vitrinas del jazz; fue para Pipi una decisión difícil que tardó 12 años en cristalizar. Luego vendrían otras exploraciones del sexteto al universo Piazzolla, como la versión eléctrica de las Cuatro Estaciones Porteñas y el puñado de canciones de 3001 Proyecto Piazzolla al que se sumó Elena Roger.

Ahora, en coincidencia con el centenario del nacimiento de Astor, Escalandrum edita 100, un disco de lanzamiento mundial, en el que versiona diez de sus temas, alguno de ellos grabados en los míticos estudios Abbey Road, en Londres. La placa, la número 14 en la historia del grupo, incluye una grabación inédita de un solo de bandoneón de Piazzolla realizada en los 70s en los estudios ION y que aquí es utilizada como introducción de la Suite Troileana que completa el grupo. Infobae Cultura conversó con el músico en la semana que se cumplen cien años del nacimiento de su abuelo.

Pipi Piazzolla en el Teatro
Pipi Piazzolla en el Teatro Colón

-Pipi, el primer acercamiento de Escalandrum a la obra de Astor fue aquel Piazzolla plays Piazzolla. Además de diferentes repertorios ¿qué otras variantes diferencian aquel disco de este con el que festejan los 100 años de tu abuelo?

-Aquel disco fue la primera vez que hacíamos Piazzolla. En cambio 100 sale cuando ya llevamos casi 12 años tocando los temas de mi abuelo. Probando distintas cosas, dándole mil vueltas. La diferencia principal es la maduración. También creo que está buena la elección del repertorio que hicimos para este disco. A mí me encanta la Suite Troileana. Yo mamé de chico esa música, cuando Daniel, mi viejo, tocaba con mi abuelo en el Octeto Electrónico.

-Solo Adiós Nonino está en ambos discos. ¿Por qué decidieron volver a grabarlo?

-Porque en Piazzolla plays Piazzolla hicimos la versión del quinteto de mi abuelo. Tiene esa estructura. Ahora en 100 es totalmente distinto. Lo queríamos grabar de nuevo, pero de manera diferente. Y lo hicimos. En esta versión están todas las versiones de Adiós Nonino que grabó mi abuelo. El arranque es como lo hacía Astor en el Noneto. Hay una parte que es del Grupo Sinfónico. El solo de saxo de Gustavo Musso es de la época del Quinteto y luego otro segmento que va cambiando de compases y que pertenece al Octeto Electrónico. Acá hay un trabajo enorme de Nicolás Guerschberg, que unió todas esas partes. Me gustó mucho como quedó.

-La primera mitad del disco fue registrada en 2017 en Abbey Road en Londres y la segunda mitad tres años después en Buenos Aires. ¿Por qué se dio así?

-Bueno, nosotros habíamos ido a Londres para grabar Studio2, nuestro disco anterior, el primero que hacíamos para Warner. Reservamos el estudio dos días, pero terminamos todo el disco en el primer día. Así que aprovechamos las horas restantes para hacer algunos temas más, que son los que ahora están en la primera parte de 100. El resto lo grabamos en agosto pasado en los Estudios ION de Buenos Aires. Los dos con Facu Rodríguez como ingeniero.

-Piazzolla plays Piazzolla les permitió ganar un Gardel de Oro, el primero que obtiene un grupo de jazz, pero también les abrió otras puertas…

-Si, tuvo tanto éxito que la gente nos empezó a llamar para hacerlo en todos lados. De hecho el disco que hicimos con obras de Mozart y Ginastera en 2017 surgió a raíz de aquel disco. Nos llamaron del Konex diciéndonos que querían que estuviéramos en el Festival Mozart con Escalandrum. Yo les dije que nosotros no hacíamos esa música, pero ellos insistieron en que lo hagamos como hicimos lo de Piazzolla. A los 15 días nos llaman de un Festival de Ginastera y se repite lo mismo. Es decir que aquel disco disparó como una data. Incluso motivó los discos que luego hicimos con música de María Elena Walsh. Sin aquel antecedente yo dudo que hubiéramos hecho todos esos otros trabajos. A partir de allí fue que comenzamos a tocar Piazzolla en todo tipo de formaciones.

-Precisamente en 2017 grabaron las Cuatro estaciones porteñas pero en formato eléctrico…

-Ese fue un trabajo especial que hicimos para el Planetario, con un grupo extendido que tocó solo dos veces en vivo. Luego lo hicimos con una orquesta sinfónica por todo Chile, en Brasil y lo llevamos a Europa. Lo tocamos en distintos contextos, con músicos invitados y con cantantes.

A mí me gusta el tango, el jazz y la música clásica. Y en Astor estaba todo eso en un equilibrio perfecto.

-¿Tenés en claro por qué te gusta la música de Piazzolla y por qué sentís esa necesidad de tocarla y hacerla tuya?

-Sí, lo tengo claro. Porque es mi música favorita. La música de Astor es alucinante y a mí me apasiona. Hay muchos músicos que son fanáticos de los Beatles, por ejemplo, y se vuelven locos cuando tocan sus temas. Bueno, a mí me pasa eso cuando tocó la música de Piazzolla. Siento que es la que me representa como el argentino de Buenos Aires que soy. Representa la melancolía, lo contemporáneo, lo urbano. Tiene todos los condimentos que a mí me llegan. A mí me gusta el tango, el jazz y la música clásica. Y en Astor estaba todo eso en un equilibrio perfecto.

"Adiós Nonino", por el grupo Escalandrum de Pipi Piazzolla

-¿Cómo definirías su música para alguien que nunca lo hubiera escuchado?

-Es una música universal. Tiene condimentos clave que la hacen universal. Pensá lo siguiente. Cuando mi abuelo era chico vivió en Nueva York, con el sonido del jazz dando vueltas en la ciudad. Nonino, que lloraba cuando escuchaba tango todas las noches, le regaló un bandoneón. Un regalo que mi abuelo recibió de muy mala gana, porque lo relacionaba con el tango que hacía llorar a su papá. Nonino lo obligó a estudiar bandoneón, pero él también estudió piano clásico con un ruso que vivía en su mismo edificio y le enseñaba a cambio de un plato de comida. Como Astor no tenía piano en la casa, sacaba las lecciones en el bandoneón. Allí tenés una síntesis de todo lo que lo formó. De sus influencias y de lo que luego representó como músico universal. El jazz de Nueva York, el tango que escuchaba su padre y la música clásica que le enseñaba el ruso.

-¿En esa imposibilidad de encasillarlo estará la razón por la que lo combatieron tanto los puristas y los conservadores?

-Puede ser. Pero creo que también incidió una época en la que cambiar algo era prácticamente un delito. Esto le pasó al Bebop en Estados Unidos o a la bossa en Brasil. El tema es que mi abuelo estaba solo. No formaba parte de una avanzada, como sí la encontrás en el jazz, con Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Miles o Max Roach entre tantos. Él estaba solo. Además, todo se puso muy áspero porque todos hacían un tango para bailar y él quería hacer un tango para escuchar. Pero era muy consciente de sus valores. Por eso la peleaba y confrontaba. Nunca se rindió.

-¿Aquella polémica, las críticas y los reparos sobre el arte de tu abuelo, quedaron definitivamente atrás?

-Totalmente. Discutir hoy a Piazzolla sería quedar en ridículo. Además, y no quiero ser duro, toda esa generación que lo combatió hoy no está. No perduró. Permanecen los que siempre lo defendieron, lo apoyaron y continuaron su camino. Por eso nunca voy a entender a los que critican a quien quiere avanzar o progresar. ¿Qué se discute? ¿Qué la música evolucione? Por eso a mi abuelo siempre lo aceptaron los jazzeros. El tocaba en los mismos festivales que Miles o Gillespie y por todo el mundo. Astor tenía el mismo espíritu de libertad que tienen los músicos de jazz.

Escalandrum
Escalandrum

-Incluso muchos de sus temas, como Oblivion, por ejemplo, tienen innumerables versiones jazzeras.

-Oblivion es un temazo. Nosotros lo hicimos en Piazzolla plays Piazzolla. Tiene una forma muy simple y está muy bueno para improvisar. Yo lo he tocado con Paquito D´Rivera en el Lincoln Center, por ejemplo. Hasta hay versiones cantadas. Me acuerdo que cuando en el 92 me fui a vivir a Los Angeles el tema sonaba todo el tiempo en la radio.

-¿Y cuál es la relación de la música de Astor con el jazz que vos hacés?

-Para mi tiene mucha relación con el up-tempo swing que a mí me encanta. Por ejemplo del disco Four & More de Miles Davis, donde está Tony Williams en batería con ese ride que va a toda velocidad. Eso mismo sucede con el ride en el tango, porque la base va lenta en 3-3-2 y arriba todas las melodías van al doble de velocidad. Por eso siento aquí una relación muy directa entre la música de Piazzolla y el jazz que más me gusta.

-Lo curioso es que tocás batería, un instrumento que no está tan presente en la música de tu abuelo.

-Eso también es un desafío para mí. Y al mismo tiempo una experiencia muy linda, muy enriquecedora. Porque no hay casi referencias previas. Entonces, cuando hacemos la música de Piazzolla de alguna manera hay que crear ese espacio. Hacer una nueva batería o crearla. Y hacerlo desde la música. Desde todo lo que su música representa. Y eso para mí es muy motivador. Por eso te digo, para mi tocar Piazzolla es alucinante, una experiencia única.

Fotografía cedida por Pupetto Mastropasqua
Fotografía cedida por Pupetto Mastropasqua donde aparece Astor Piazzolla, quien será homenajeado en "100 años de Piazzola. EFE/Pupetto Mastropasqua

-¿Piazzolla es una meta, un lugar al que se llega; o un punto de partida en la música argentina?

-Para mí es un punto de partida. Yo le aconsejo a quien quiera ser músico que lea su historia, su biografía. Para tomar como ejemplo a ese artista que lo dio todo por lograr su objetivo. Vos pensá que solo conocemos el 20% de su obra. Escribió más de 2.500 temas. Así que la mayor parte de lo que hizo todavía está pendiente de ser descubierta. Por eso tenemos que dejar los prejuicios de lado y aceptar que definitivamente existe un estilo Piazzolla.

-¿Y cómo sería ese estilo?

-Si vos tocas una melodía parecida a las que él escribió, acá te dicen “estás imitando a Piazzolla”. Y sin embargo en el jazz, por ejemplo, hay muchas melodías originales parecidas a la escritura de Charlie Parker y nadie dice que sea una imitación. El Bebop es un estilo con un montón de compositores que escribían parecido, pero no eran imitadores. La bossa tiene un estilo determinado y nadie dice que están imitando a João Gilberto. Yo espero que pase eso con Astor. Que nadie sienta que lo está imitando sino que está tocando el estilo Piazzolla. Que se escriba y se componga en ese estilo. Porque mi abuelo abrió una puerta muy grande. Entonces en lugar de alejarse para no parecerse, hay que entrar por esa puerta y hacer composiciones nuevas y originales. Yo espero que eso suceda pronto.

*100. Escalandrum. Warner Music. marzo 2020Temas: Primavera Porteña / Soledad / La Muralla China / Milonga en Re / Intro de Bandoneón / Zita / Whisky / Escolazo / Adiós Nonino / Michelangelo 70.Daniel “Pipi” Piazzolla, batería. Nicolás Guerschberg, piano. Mariano Sívori, contrabajo. Gustavo Musso, saxo alto y soprano. Damián Fogiel, saxo tenor. Martín Pantyrer, clarinete bajo y saxo barítono.La primera parte fue grabada los días 23 y 24 de Octubre de 2017 en el Estudio 2 de Abbey Road, Londres. Ingeniero de Grabación: Facu Rodríguez. Operador de ProTools: Matt Mysko. Asistente de Grabación: George OultonLa segunda parte fue grabada los días 5 - 6 y 7 de Agosto de 2020 en Estudios ION, Buenos Aires, Argentina. Ingeniero de Grabación: Facu Rodríguez. Asistente de Grabación: Gonzalo Silva. Mezclado en Estudios Quark, Buenos Aires Argentina. Ingeniero de Mezcla: Facu Rodríguez. Masterizado en Estudio Reveal Sound, Londres, Reino Unido.

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