Laurent Binet y una ficción en la que los incas conquistan Europa: “No me preocupa que me acusen de apropiación cultural”

El escritor francés, autor de la exitosa “HHhH” y de “La séptima función del lenguaje”, publica su nueva novela, “Civilizaciones”, en donde propone una arriesgada ucronía: ¿cómo habría cambiado el sentido de la Historia si los indios que recibieron a Colón lo hubieran hecho con armas y sin ingenuidad?

Entrevista a Laurent Binet - #Entrevista

La entrevista por Zoom tiene el marco acorde para hablar del choque de las civilizaciones: un francés y un argentino hablan en inglés a través de una plataforma que desarrolló un ingeniero chino-estadounidense. El mundo globalizado volvió todo tan cercano que ya no hay espacio para pensar el non plus ultra de los mapas europeos previos a 1492.

Laurent Binet ganó un renombre mundial por su novela HHhH, en la que, con un estilo que recordaba a Milan Kundera, contaba la historia del jerarca nazi Reynhard Heydrich. Por ese libro recibió el Premio Goncourt y una lluvia de críticas auspiciosas que lo situaban como el futuro de la literatura francesa. Lejos de la presión, demoró cinco años en entregar su siguiente novela: La séptima función del lenguaje es todavía mejor que la anterior. Allí, tomando también un hecho real —la muerte de Roland Barthes— desarrolla en clave de novela negra una teoría sobre la relación misteriosa que hay entre el relato y el poder.

Llega ahora su nueva novela, Civilizaciones. Aunque parezca una contradicción, está en la misma línea que las anteriores y, a la vez, la quiebra completamente. Binet experimenta con una realidad alternativa. Parte de un hecho real como es el viaje de Colón, pero se pregunta cómo habría cambiado el sentido de la Historia si los indios que lo recibieron lo hubieran hecho con armas y sin ingenuidad.

“Cambias un ladrillo en el castillo de la historia”, dice ahora en diálogo con Infobae Cultura, “y cambia toda la forma del castillo. Es como el efecto mariposa”. Así, en Civilizaciones, es el inca Atahualpa quien viaja hacia España para conquistar el imperio de Carlos V.

Laurent Binet (c) Enfinbref

Usted suele trabajar con la historia como material narrativo, ¿por qué esta vez la llevó hacia la ucronía?

—La historia y la literatura tienen mucho que decirse entre sí. Pero entiendo que la pregunta es si hay alguna contradicción entre el objeto de HHhH y el de Civilizaciones.

No es sobre la contradicción, sino sobre el uso de los materiales.

—Es que si no te comprometes, terminas haciendo algo falso, como el intento de hacer pasar un hecho por histórico, cuando todos sabemos que no fue así. HHhH hablaba de los hechos; ese era mi objetivo. Civilizaciones es un juego y, mientras eso quede claro en el contrato de lectura, para mí está bien: vas a leer una ucronía. La primera pregunta fue: “Y si los indígenas invadieran Europa”. Y la segunda: “Cómo”. Así comenzó. Como los indígenas debían derrotar a los españoles, tenían que estar tan armados como ellos: con acero, con pólvora y con anticuerpos. Fue divertido imaginar qué podría pasar, pero buscando siempre la opción más lógica posible.

¿Se puede imaginar otro ganador, pero no se puede imaginar el cruce sin violencia?

—Puedes imaginarte lo que quieras, pero, si quieres que sea creíble, en un punto tiene que haber cierta violencia. Es una cuestión importante porque algunas personas —aún si les gustó el libro o no—, creyeron que yo quería mostrar indígenas buenos y pacíficos. Eso no es así porque no me habría resultado creíble. Los incas y los aztecas no eran para nada pacíficos. Eran guerreros. Eran otra clase de conquistadores. En mi mente, Atahualpa no es tan diferente a Carlos V. Ambos eran reyes, conquistadores y querían gobernar sus imperios.

¿Qué se puede aprender de la historia de la humanidad con HHhH y Civilizaciones?

—Creo que la lección principal es que la historia es una tragedia. Está llena de muertos, de masacres, de violencia y también de heroísmo. Llena de asesinos y de resistentes. La historia es una lucha por la supervivencia. Siempre. De diferente manera, pero siempre es esa lucha. Por buenas causas, por malas causas, pero una lucha. La vida también es así. Con conflictos y alianzas. Uno pelea contra otros junto a otros. Se necesita la amistad.

"Civilizaciones", de Laurent Binet (Seix Barral)

Los indios están cabreados

No es la primera vez que un novelista plantea “la conquista de Europa”, pero sí es la primera vez que lo hace un novelista europeo. ¿Se puede hablar de apropiación cultural? ¿Escribió teniendo presente esta cuestión?

—No me preocupa ni me disculpo. Sí, soy hombre, blanco, francés. Como novelista no me preocupa y como ciudadano creo que la “apropiación cultural” es un error. El mejor ejemplo que tengo es Eric Clapton y B.B. King: Clapton le robó todo a King, pero fueron grandes amigos porque sin Clapton, B.B. King no habría sido lo famoso que es. Escribí este libro con mucho amor. Para mí, realmente no es un tema.

Tal vez hace treinta o cuarenta años no lo fuera, pero…

—¡Tal vez hace cinco o diez! Es algo muy actual. Cuando empecé a escribir la novela no era un tema. Me tomó cuatro años escribirla y durante ese tiempo pude ver cómo iba creciendo. No me molesta que la gente hable y, de hecho, me parece una buena señal porque me critican de ambos lados. Los de la derecha española están enojados porque piensan que es otro libro sobre la historia negra colonial, pero también desde la izquierda se preguntan cómo me atreví a ponerme en el lugar del indígena. Quizá eso signifique que hice algo interesante.

¿Hubo alguna cuestión que conscientemente quiso evitar?

—Como en toda novela hay que encontrar un equilibrio. Pero tengo una regla muy simple: no puedes odiar a tus personajes. Nunca. A ninguno. Puedes no quererlos, pero no puedes odiarlos porque en cierto punto tienes que entenderlos. Otra cosa que tuve en cuenta con respecto al equilibrio fue tomar como modelos para Atahualpa a Cortés y Pizarro. El problema era cómo conquistar con 200 hombres un imperio. Mis modelos fueron Cortés y Pizarro. Hice que Atahualpa se comportara de la misma manera. Cuando está en Toledo, perpetra una gran masacre como Cortés hizo en Cholula.

El desembarco de Colón en una pintura de José Garnelo (Foto: Archivo)

La historia —aún la historia alternativa— se lee en presente. ¿Se puede leer Civilizaciones como metáfora de la crisis de los migrantes?

—Se podría. En mi novela, Atahualpa y su gente son fugitivos. Al mismo tiempo, no es exactamente así porque es el Rey Sol. Las migraciones están en el alma de la historia del mundo: la gente migra.

¿Es una lectura incómoda?

—No hay lecturas incómodas. La novela siempre está abierta a las interpretaciones y me alegra que haya gente que vea algo que yo no. Me encanta la afirmación de Umberto Eco: si quieres ser un buen novelista, tu novela debe ser más inteligente que tú. Ojalá mi libro sea más inteligente.

Laurent Binet

El misterio del poder

Cuando estuvo en Buenos Aires y participó en Filba, contó que estaba escribiendo un libro sobre Mitterrand. Poco después publicó La séptima función del lenguaje y, si ese libro es sobre Mitterrand, en todo caso, lo es casi en la última página. La pregunta, entonces, ¿Civilizaciones es un libro sobre Cervantes?

—Sí, ¡sí! Bien pensado, sí. Tal vez toda novela sea sobre Cervantes. Sí. Me gusta la idea de que Cervantes aparezca al final para hacer un doble juego de reversos. El primer reverso es cómo Europa es visto por los indígenas. Después me pareció interesante saltar unos treinta años en el futuro y ver cómo era vista América por un europeo que vivió en la Europa gobernada por los indígenas. Amaría leer Don Quijote en América. Estuve jugando con esa idea.

¿La persona que está en el poder debe ser misteriosa? Usted escribió sobre Himmler y Heydrich, sobre Mitterrand, sobre Atahualpa.

—En la vida real lo mejor es que sea transparente, algo que raramente pasa. Pero como material narrativo, el misterio es mejor. Ahí está la principal diferencia entre Atahualpa y Carlos V: hay poquísimo material sobre Atahualpa, pocos testimonios, muy pocas líneas escritas por los conquistadores españoles. En cambio hay muchísimo sobre Carlos V. Escribir a Atahualpa fue un desafío.

Como Flaubert, podría decir “Atahualpa soy yo”.

—Sí. Pero, en rigor, puedo decirlo de cada personaje.

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