Konstantin Savitski (1844-1905) es uno de los referentes del realismo ruso, aunque dedicó más su vida a la enseñanza y la promoción de artistas de su país en el exterior, por lo que su nombre no suele aparecer destacado en los libros de historia.
Estamos hablando de la época pre-vanguardias, que es cuando a fin de cuentas el arte ruso sale al mundo y lo que -generalmente, salvo algunas exepciones como Iliá Repin o Bogdanov-Belsky, entre otros- más se conoce.
A la guerra es una obra de 1888, cuando ya tenía un recorrido sólido en el arte y recrea una escena de la partida de soldados que parten hacia la guerra ruso-turca (1877-1878). La pieza tuvo dos versiones, ésta, la segunda, es la que más aceptación tuvo entre los críticos.
Savitsky nació en Taganrog, en una familia acomodada, pero la muerte prematura de sus padres lo alejó de una vida de comodidad y pasó su infancia en un internado privado. Para el ’62, ingresó en la Academia Imperial de las Artes, en la clase de pintura histórica, donde tuvo un rol destacado y ganó 7 medallas por distintas obras.
Recibió entonces una beca del emperador Alejandro II y pudo visitar las academias de arte de Dresde y Dusseldorf, vivir y trabajar en París, donde incursionó en el grabado en metal.
Savitski realizó una primera versión de la pintura, que fue presentada en 1880 en la octava exposición de la Asociación de Exposiciones de Arte Itinerantes. La pieza recibió críticas disímiles. Estuvieron los que la detestaron por que la consideraban sobrecargada de figuras, y también aquellos que destacaban que más allá de la composición caótica tenía “mucho sentimiento”.
El artista no llevó bien la crítica y decidió realizar una segunda versión, en la que cercenó a muchas de esas figuras que poblaban la obra. La segunda versión se presentó en la 16ª exposición de la Asociación de Exposiciones de Arte Itinerantes, en 1888. Esta vez la acogida fue muy positiva y se la llegó a denominar como “una página importante en la historia del arte ruso” y que pertenece “a las pinturas más significativas de la escuela de pintura realista rusa”.
A la guerra estuvo en el Palacio de Invierno, y en 1897 fue trasladado al Museo Ruso del Emperador Alejandro III (ahora Museo Estatal Ruso), donde aún se encuentra.
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