En el ámbito de la industria discográfica existen muchos “héroes ocultos”. Entre ellos, los encargados del “arte de tapa”, cuyos diseños visuales integramos emocionalmente al contenido musical que nos anuncian y evocan.
Lo cierto es que seguramente habrá muchos fans de Queen capaces de recitar de memoria y en orden los temas de Innuendo, disco que salió hace exactamente 30 años y que fue el último álbum de estudio antes del fallecimiento de Freddie Mercury, en noviembre del ‘91.
Pero, ¿cuántos serán los fans que conozcan algo siquiera acerca Jean Jacques Grandville, ilustrador cuyos dibujos vinieron a incorporarse a esta icónica última producción realizada por la banda completa?
Grandville en realidad se llamaba Jean Ignace Isidore Gérard y fue un caricaturista francés del siglo XIX. Conocido por sus producciones satíricas, cuya censura le trajo varios dolores de cabeza, ilustró también novelas como Robinson Crusoe, Don Quijote, Los viajes de Gulliver y las famosas fábulas de La Fontaine.
La ilustración reproducida como arte de tapa de Innuendo corresponde a un “malabarista de universos”, y fue originariamente concebida para el libro Un autre monde (Otro mundo), publicado por el editor parisino Henri Fournier en 1844.
La única diferencia, por supuesto, es la coloración, añadida por el diseñador Richard Gray al dibujo monocromático original, así como por supuesto, la inserción tipográfica de los nombres de la banda y del álbum.
Otras piezas de Grandville fueron usadas también para ilustrar las carátulas de los singles o “sencillos”, brindando al conjunto homogeneidad estilística. En el caso del single correspondiente al tema de apertura, Innuendo, el dibujo fue tomado del diseño de Grandville para una partitura musical titulada Melodía para 200 trombones.
Por su parte, la tapa de I’m going slightly mad está basada en un dibujo que Grandville realizó para ilustrar la novela satírica de Honoré de Balzac, Los amores de dos bestias.
Y para el single de The show must go on se tomó una ilustración original de Grandville titulada Concierto al vapor.
Algunas ilustraciones de Grandville aparecen también, animadas, en el video oficial de Innuendo. Pero un ojo entrenado en historia del arte encontrará además otros “guiños artísticos” notables. Por ejemplo, la animación de John Deacon en estilo cubista, a la manera de Braque, Gris o Picasso, o la de Roger Taylor, intensamente evocativa de la técnica del “dripping” de Jackson Pollock. No es el único caso.
La impronta artística que hallamos en las tapas (y contratapas) de los discos de Queen no constituye un hecho excepcional o aislado.
Pensemos en la conexión entre The Velvet Underground y la famosa “banana” del pionero del pop art Andy Warhol, o en la icónica pintura La libertad guiando al pueblo de Delacroix como tapa de Viva la vida de Coldplay.
Más aún: en algunos casos la conexión entre la estética visual y la emoción auditiva se torna tan íntima que un diseño queda para siempre incorporado al acervo simbólico de una banda. ¿Ejemplo? La lengua inspirada en la de la diosa hindú Khali que John Pasch diseñó como logo para The Rolling Stones cuando todavía era estudiante, en 1970, y cuya versión original compró el Victoria and Albert Museum de Londres en 2008.
En definitiva, la conexión entre la música y la plástica nos brinda muchas historias interesantes para contar.
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