Finalmente, el Centro Cultural Borges que se encuentra en las porteñas Galerías Pacífico y era gestionado por la Fundación para las Artes desde 1995, vuelve a la órbita del Estado y será uno de los espacios del Ministerio de Cultura de la Nación. El shopping entero era propiedad de Ferrocarriles Argentinos hasta que en 1991 el gobierno de Carlos Menem lo privatizó. En una entrevista reciente con Infobae, el titular de la cartera, Tristán Bauer, había adelantado que las negociaciones para el regreso del Borges estaban adelantadas.
El ministerio adelantó algunas iniciativas que se pondrán en marcha en el espacio de la calle Viamonte 525, que tiene más de 10.000 metros cuadrados que alojan cuatro auditorios, salas de exposición, área de talleres, espacios para espectáculos, seminarios y conferencias. Entre esas novedades, se dio a conocer que el Museo Nacional de Bellas Artes tendrá a su cargo un espacio dedicado a recordar sus orígenes, dado que allí funcionó su primera sede. Otro espacio será destinado a homenajear en forma permanente al más grande de los escritores argentinos, que le da nombre al Centro Cultural. Por otra parte, se concretará el postergado traslado del Museo Nacional de Arte Oriental, que hoy funciona en Palacio Errázuriz, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo, y que, según las autoridades, será renovado y dispondrá de un lugar propio, “acorde a su relevancia y dedicado al arte oriental contemporáneo”.
Otra sala será curada por la dirección del Palais de Glace, “con exposiciones que acerquen miradas contemporáneas sobre su acervo”, y habrá un espacio dedicado a impulsar, promover y alentar el mercado de artesanías locales de la Argentina.
Historia del Centro Cultural Borges
Su construcción comenzó en 1891 y fue ejecutada por los arquitectos Francisco Seeber y Emilio Bunge, y siempre fue un espacio vinculado al arte. Ya en 1896, el imponente edificio de estilo parisino albergaba la primera sede del Museo Nacional de Bellas Artes. En 1908, parte del edificio se vendió al Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico.
También funcionaron allí la Asociación Estímulo de Bellas Artes, el Ateneo, el Centro Islas Malvinas, y donde el maestro Ángel Della Valle tuvo su taller.
Con el viento a favor de la economía de 1945, el edificio fue “refuncionalizado” y separó su área de oficinas de una nueva galería comercial. Allí, en la cúpula, pintaron murales Antonio Berni, Lino Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro que aún hoy permanecen. Era un emblema cultural porteño y en 1989 fue declarado Monumento Histórico Nacional, sin embargo, dos años después fue entregado en concesión a Galerías Pacifico S. A. que lo transformó en el lujoso centro comercial que es en la actualidad.
Quien se opuso con vehemencia a esa privatización fue Pino Solanas, cineasta y dirigente político fallecido hace apenas unos meses, que anhelaba construir allí el centro cultural más grande del país. En 1991, luego de ratificar su denuncia en los Tribunales contra Carlos Menem, fue víctima de un atentado: a la salida de los laboratorios Cinecolor recibió cuatro heridas de bala en sus piernas. El entonces presidente mandó a su médico personal a la clínica pero el cineasta lo echó y responsabilizó a la SIDE. El hecho nunca fue aclarado.
En su ubicación actual, el Centro Cultural fue creado por la Fundación para las Artes e inaugurado en 1995 por el entonces rey de España Juan Carlos, con una muestra de Jorge de la Vega, la exposición Arte de Argentina 1920-1994 preparada por el Museo de Arte Moderno de la Universidad de Oxford, un espacio vinculado a la figura de Jorge Luis Borges, la célebre Corona de los Andes y una sala en la que se exhibió pintura española de los siglos XIX y XX.
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