El amor en tiempos de pandemia: cómo la virtualidad favoreció el crecimiento de la comunidad de literatura romántica

El Festival Historias y el ciclo Leamos fueron dos de los espacios que aúnaron una gran cantidad de público en conversaciones con las autoras Florencia Bonelli, Gloria V. Casañas, Gabriela Exilart y Gabriela Margall, entre otras. Los detalles del fenómeno

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El amor en tiempos de
El amor en tiempos de pandemia: cómo la virtualidad favoreció el crecimiento de la comunidad de literatura romántica (Shutterstock.com)

Con la pandemia las librerías tuvieron que cerrar sus puertas un tiempo, algunas editoriales retrasaron sus planes de edición y las actividades culturales tuvieron que atenerse a las distancias, pero nada de eso afectó a la comunidad de autoras y lectoras del género romántico que aprovecharon el aislamiento para afianzar sus lazos a través de iniciativas como el Festival Historias y el ciclo Leamos, cuya convocatoria demostró que el género goza de una salud óptima.

“Presiento que cuando todo esto pase la virtualidad quedará como una vía interesante para que mucha gente pueda asistir a las presentaciones de libros”, asegura Gloria Casañas, abogada y docente y autora de En el huerto de las Mujercitas y otros títulos del género.

La autora que reflejó en su bestseller La maestra de la laguna la historia de las maestras estadounidenses convocadas por Domingo Faustino Sarmiento para mejorar la educación argentina y fue invitada a dar cursos de literatura del Cono Sur en la Framingham State University de Massachusetts, habla de que el aislamiento generó “una gran necesidad de contacto”.

Gloria Casañas
Gloria Casañas

“Hubo un desborde de citas por internet a través de distintas plataformas, tanto de parte de las editoriales como de los grupos de lectura, que son muy activos siempre. En ese sentido, hasta podría decir que hubo más movimiento que antes, ya que la virtualidad acorta las distancias. Yo asistí a Ferias de Libros que quizá no hubiese podido conocer en persona, como la de Panamá, por dar un solo ejemplo”, ejemplifica la escritora.

Casañas participó este año junto a otras autoras del género de la tercera edición del festival Historias que enamoran que organiza la editorial Penguin Random House. A tono con las restricciones de circulación impuestas por el coronavirus en 2020 el evento se realizó a mediados de noviembre de modo online y contó con la participación de los grandes nombres de la novela histórica romántica: Florencia Bonelli, Gloria V. Casañas, Gabriela Exilart, Cristina Bajo, Gabriela Margall, Graciela Ramos, entre otras. Así como el periodista Daniel Balmaceda, Fernanda Pérez, Mariana Guarinoni, María Border, Anabella Franco, Andrea Milano y las editoras Julieta Obedman y Florencia Cambariere que revelaron algunos secretos sobre la edición.

Florencia Bonelli
Florencia Bonelli

Si las ediciones anteriores tuvieron unas 600 inscriptas, las participantes conectadas en 2020 multiplicaron varias veces esa cifra y aún hay gente que sigue disfrutando de las charlas ya que están disponibles en el canal de Youtube de la casa.

Pero la avidez de las lectoras no se acaba en un evento anual. “También destacamos un interés especial de lectura en ebook y audiolibro sobre todo en los últimos meses. Como notamos el interés por el audiolibro, Historias que enamoran también tiene su propio podcast. Los primeros episodios son de Florencia Bonelli, Gloria V. Casañas e Isabel Allende”, cuenta Soledad Di Luca, editora de Ediciones B de PRH.

Desde el sello editorial aseguran que si bien la fidelidad del público se evidenció durante la pandemia en la alta convocatoria de festivales y charlas online, se trata de un público que siempre fue fiel. “Es un segmento muy consolidado y sus seguidoras son lectoras voraces, que conocen los catálogos y que con el tiempo fueron adoptando los distintos formatos que las editoriales ofrecen como es el caso de los ebooks y los audiolibros”, sintetiza.

Magdalena Tagtachian
Magdalena Tagtachian

Otro de los grandes puntos de encuentro que se dio en los meses de pandemia fue el ciclo Leamos Romántica, organizado por Zoom por la plataforma Leamos.com que estuvo a cargo de la periodista y escritora del género Magdalena Tagtachian, autora de Alma armenia y Nomeolvides Armenuhi. La historia de mi abuela armenia.

“Un día me llamó Patricia Kolesnicov y me dijo ‘vos conocés a las chicas’ y me propuso hacer el ciclo. La amé. En Leamos Romántica entrevisté a las autoras más grandes del género y además les pedimos textos exclusivos. Me permitió unir y seguir desplegando mis dos pasiones, la literatura y el periodismo. Pero además, dentro de la literatura, la romántica. No hay mejor tema que hablar de amor. Siempre”, cuenta Tagtachian, que en 2021 sacará su próxima novela de amor localizada en Medio Oriente.

“Hace algunos años, en las librerías los libros de romántica estaban escondidos, al fondo y había que revolver o preguntar para encontrarlos. Hoy están en la mesa de entrada. Súper bien expuestos. Y de hecho, Romántica es uno de los géneros que lidera las ventas, por no decir que realmente es el género que mueve las grandes editoriales -argumenta Tagtachian-. Otro punto, hasta hace no tanto tiempo atrás, las que leían Romántica, forraban los libros porque les daba pudor que se viera lo que leían cuando viajaban en el colectivo, el tren, o el subte. Hoy se muestran esas portadas con orgullo”.

“Creo que el interés siempre estuvo, solo que las grandes editoriales no habían prestado suficiente atención a ese público lector, que se las arreglaba para leer lo que le gustaba de cualquier modo -coincide Casañas-. Recuerdo haber rebuscado en rincones ocultos de las librerías de usados aquellos títulos que eran reliquias, o esperar con ansias a que llegara la traducción española de alguna autora inglesa a través de sellos extranjeros”.

Gabriela Exilart
Gabriela Exilart

“Ya no podemos hablar del boom de la novela romántica. El género está definitivamente instalado y conforma una masa de lectores considerable y fiel. La novela romántica llegó para quedarse; en definitiva, todos buscamos amor”, apunta Gabriela Exilart, otra de las máximas exponentes del género.

Pero tanto la editora como las autoras coinciden en que el aislamiento potenció los encuentros en esa comunidad de lazos tan fuertes. “El género tiene un público muy fiel y participativo desde siempre pero las redes sociales favorecieron y reforzaron esta idea de tribu. Además del intercambio que se da en esos espacios virtuales también acercaron a las lectoras que luego generaron encuentros, eventos y grupos de lectura”, apunta Di Luca.

“Quizá el aislamiento ayudó a reforzar un lazo que ya existía. La comunicación entre lectores y escritores de novela romántica es directa, no hay intermediarios. Creo que algo que sí cambió fue el acceso a eventos. Como los eventos fueron virtuales, los lectores que quedaban al margen por una cuestión básica de distancia territorial, pudieron hacerlo de manera directa. En ese sentido, el mundo en general se achicó muchísimo”, agrega Gabriela Margall, otra de las adalides del género, quien en febrero de 2021 lanza uno de los títulos fuertes del año: La institutriz.

Gabriela Margall
Gabriela Margall

Durante el aislamiento Margall no perdió el contacto con sus fans y organizó vivos de Instagram para hablar de Jane Austen o de su novela sobre los amores de Agatha Christie, pero también mantuvo el contacto en sus redes compartiendo con sus seguidoras las creaciones que realiza con su otra pasión, la costura: blusas con bordados y pasamanería y combinaciones de dos piezas con puntillas, que podrían estar en el ajuar de novia de cualquiera de sus protagonistas.

“Las románticas, tanto autoras como lectoras, somos mujeres apasionadas y se nota. Las mismas autoras, somos lectoras también. Y estos diálogos tan ricos también se dan entre las mismas autoras. Formamos como un club de amigas con mucha complicidad”, describe Tagtachian, quien, aunque habla en femenino, coincide con sus colegas en aclarar que entre los fans del género hay montones de hombres que les “roban” las novelas a sus mujeres, hermanas o madres e incluso se animan a participar en alguno de los intercambios con las autoras.

Fuente: Télam

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