Escribir es una tarea que bien parece ir en contra del encierro: la imaginación durante la lectura y la escritura parece vagar libre. Con este objetivo se realizó el concurso literario “Concepción Arenal Ponte 2020” en las cárceles bonaerenses. Los géneros que se trabajaron son cuentos, relatos, poesías y obras de teatro. Organizado por la Subdirección General de Educación del Servicio Penitenciario Bonaerense a través del Departamento de Cultura, se presentaron 282 obras: 106 cuentos o relatos, 131 poesías y siete obras de teatro. La iniciativa, que se enmarca en todo un programa cultural que tiene que ver con la donación de libros, construir una biblioteca para cada unidad penitenciaria y llenar de libros los carritos ambulantes que recorren los pabellones, la lleva a cabo un equipo de trabajo que tiene como cabeceras a los abogados Xavier Areses, Jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, y Roberto Conti, juez a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Número 7 de Lomas de Zamora.
En diálogo con Infobae Cultura, Conti dice que “la literatura genera un comienzo de renovación dándoles a los internos una herramienta que contribuya en el desarrollo del vocabulario, la adquisición de conocimientos y la orientación en la escritura. Y al mismo tiempo, promueve el reconocimiento de palabras escritas y al desarrollo del esquema narrativo, el cual facilita la comprensión y producción de relatos expresivos. Esto proporciona al participante la oportunidad de descubrir y explorar nuevos mundos. Y de compartir esos conocimientos entre sus pares, familiares, allegados y amigos. También la lectura logra una mejora en el dialecto, lo que permite descubrir un nuevo comienzo, desde lo interno hacia lo externo, materializándose en el trato con sus pares de manera respetuosa y adecuada, y generando una mejor armonía con el Personal Penitenciario con quienes conviven a diario”.
De la iniciativa formaron parte detenidos de 31 cárceles de La Plata, Olavarría, San Nicolás, Azul, Junín, General Alvear, Mar del Plata, Campana, Magdalena, Florencio Varela, Bárker, Lomas de Zamora y San Martín. El jurado, que estuvo conformado por los profesores Luciana Daniela Morini, Carlos Roberto Ríos y Diego Emanuel Udovichenko, determinó tres primeros premios y dos menciones especiales por grupo narrativo. En cuentos y relatos el primer premio fue para Erika, de la Unidad 8 Los Hornos, por su obra titulada “Historia de una travesía (encarcelada)”. El segundo premio se lo adjudicó Graciela, también de la Unidad 8, por su cuento “Dos mujeres y un destino”, mientras que el tercer premio fue para Adrián, de la Unidad 15 Batán, por su obra “Los 3 ogros”. Las menciones especiales fueron para Jazmín de la Alcaidía de Batán, y para Sergio de la Unidad 9 La Plata por sus obras “En busca de una oportunidad” y “Mi luz en la oscuridad”.
El primer premio en la especialidad poesía fue para Ricardo, de la Unidad 2 Sierra Chica, por la obra “Tengo un quilombo espectacular”. El segundo premio lo obtuvo Ana de la Unidad 40 Lomas de Zamora por el título “Emboscada”, y el tercer premio fue para Guillermo de la Unidad 9, por la obra “Decadencia emergente”. Las menciones especiales fueron para los títulos “Filosofía de bajos recursos” (Juan de la Unidad 40) y “Penitente” (Juan de la Unidad 21 Campana). Finalmente, en el grupo narrativo obras de teatro, el primer premio fue para Juan de la Unidad 13 Junín con el título “Sandra”. El segundo y tercer premio fueron para Martín de la Unidad 1 Olmos y Alan de la Unidad 40 por sus obras “La costurerita que dio aquel mal paso” y “La suerte está hechada”. Las menciones especiales las obtuvieron Carlos de la Unidad 40 y Jorge de las Unidad 48 San Martín, por sus obras de teatros tituladas “Caminos distintos” y “El Señor de la barba blanca”.
El concurso llevó el nombre de Concepción Arenal Ponte, pensadora, periodista, poeta y autora dramática encuadrada en el realismo literario y pionera en el feminismo que vivió entre los años 1820 y 1893 en España. En el ámbito del Servicio Penitenciario Bonaerense, con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, se le dio impulso al programa denominado “Pabellón Literario para la Libertad”. En ese marco fue que se inauguraron pabellones literarios en 20 cárceles bonaerenses. “Este programa —sostiene Roberto Conti— les da confianza en sí mismos y esperanza en que un libro los pueda hacer más libres. Los invita a crear, a innovar y a conocer otros rumbos. Los libros y la literatura desplazan las peleas, generan un ámbito de mayor autogestión y de conocimientos personales de las personas privadas de la libertad que conviven dentro de un mismo pabellón”.
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