“Uno nunca diría para qué sirve un economista, para qué sirve un empresario, para qué sirve un político”, comenzó diciendo María Eugenia Estenssoro, periodista, ex senadora, miembro de ConARgentina y moderadora de esta charla titulada “¿Para qué la cultura?” Esa es la pregunta que atravesó toda la conversación —organizada por Infobae y ConARgentina en el marco del ciclo “Charlas de Verano”— que se transmitió en vivo por streaming este jueves a las 19 horas. La primera en tomar la palabra fue Inés Sanguinetti, bailarina y socióloga, cofundadora de Crear Vale la Pena, ONG que logró la integración social de miles de niños y jóvenes en situación de exclusión a través de programas culturales y educativos. “La inequidad es un problema de cultura”, aseguró y subrayó la importancia de su “transversalidad”.
“Yo estaba destinada a ser socióloga de los centros de investigación, no estaba mal, pero mi sueño secreto era bailar”, contó. Luego llegó Danza Abierta, se profesionalizó más, hizo del arte un proyecto social, empezó a militar políticamente, comenzó a trabajar de coreógrafa e ingresó a los barrios populares. “En la crisis, el arte fue respuesta. Y los jóvenes se convertían en artistas, pero también en gestores que administraban sus centros culturales. Allí se construyeron espacios de gestión cultural encontrando proyectos de vida potentes”. Así, se dedicó a desarrollar una “didáctica para docentes” y “herramientas que posibiliten espacios de participación” que generen “empoderamiento”. “Hay algo en la didáctica artística que se trata de entrenar para trabajar en el espacio vacío, en la incertidumbre”, agregó.
En el panel también estaba Jorge Melguizo, comunicador social, ex Secretario de Cultura Ciudadana y Desarrollo Social de la ciudad de Medellín, responsable de las políticas de “acupuntura social y cultural” que hicieron posible su reconversión. Comenzó contando la violencia histórica de Colombia. “Acá todos estamos necesitados de un gran trabajo de salud mental”, dijo y agregó que “en esa búsqueda de soluciones convertimos a Medellín en un gran laboratorio social, urbano y cultural. Ensayamos muchas estrategias. Un laboratorio es una fábrica de fracasos. Pero con cada fracaso se aprende. Y nosotros fuimos aprendiendo de nuestros proyectos y de proyectos de otros lugares”.
“No tenemos barrios violentos sino violentados. Medellín es una ciudad víctima”, dijo y aseguró que “la respuesta no está en la militarización” sino que el objetivo es “construir una dinámica de intervención: el abrazo de la sociedad, de los gobiernos, de las empresas, de las organizaciones a los barrios violentados. Y con dos rasgos fundamentales: educación y cultura”. También contó el caso del barrio Moravia de Medellín, “un espejo de la villa 31. De cómo se asentó el barrio sobre un basural, de la violencia que vivía, a hacer de Moravia “el símbolo de la transformación”. “¿Para qué la cultura? Para construir democracia. ¿Para qué la cultura? Para que sirva de antídoto contra la indiferencia”, concluyó.
Daniel Cerezo, músico, conferencista internacional, psicólogo social nacido en un barrio popular, co-fundador de la empresa Creer-Hacer, que propone un nuevo paradigma de gestión: el liderazgo desde el Ser. “Lo primero que encontré, antes que el arte, es una persona que me quería ayudar”. Se refiere a su maestra que, de niño, le enseñó a tocar el piano. “En los barrios también se respira solidaridad. Eso genera sueños. Y eso es lo que yo mamé. Luego que el sistema política utilice eso de forma asistencial, es otra cosa. Lo que falta son oportunidades”, dijo y agregó: “La peor pobreza es la pobreza humana, es pensar que uno es quién es por el lugar donde vive, por el auto que tiene. La peor pobreza es ser una persona culturalmente pobre. La cultura tiene que ver con los valores, con la dignidad”.
“Una de las cosas que más se sufren en estos barrios es la falta de dignidad. Uno la pierde por cómo te miran. Y pierde la identidad porque no quiere decir dónde vive. Cuando iba a buscar trabajo no decía dónde vivía para que me tomen. Y uno pierde la pertenencia. Esas son las tres peores cosas que podés perder: dignidad, identidad y pertenencia. Y cuando empecé a dar clases y me decían ’hola profe’ yo me llenaba de orgullo”, dijo y luego se refirió a la importancia de “pensar políticas públicas” y de “no dejar de mirar el capitalismo”. “Es clave poder hacer una transformación cultural en los sectores sociales, en los sectores políticos y en los sectores empresariales”, concluyó.
Sobre el final, luego de cada exposición, conversaron y arrojaron más ideas a partir de lo charlado. Por ejemplo, Jorge Melguizo propuso “construir una sociedad donde no predomine el yo, sino el nosotros. Un proyecto cultural debería llevarnos a la construcción colectiva”. Además, aseguró que, con la pandemia, “no alcanza con preguntarse para qué la cultura sino también para quién”. Por su parte, Daniel Cerezo aclaró que “la vulnerabilidad no tiene que ver con las clases sociales, todo el mundo es vulnerable”, y aseguró que “los chicos quieren poder aprender otras cosas, no quieren ser más plomeros, quieren ser programadores. Hoy la tecnología demostró que se pueden hacer muchas cosas. Hay un cambio generacional”.
“La escuela dejó de ser la entidad de distribución del conocimiento, pero no lo sabe. Los jóvenes entienden que en esos establecimientos fosilizados hay agentes sociales que se interesan por ayudarlos. Eso sigue estando y eso es lo importante”, dijo Inés Sanguinetti. La encargada de concluir fue María Eugenia Estenssoro, la moderadora: “Creo que hemos respondido a la pregunta inicial. La cultura son los valores y sueños de las personas y sobre eso tenemos que trabajar”. A continuación, el video completo de la conversación.
SEGUIR LEYENDO