A capirinha, una obra de la artista modernista Tarsila do Amaral, la principal exponente internacional del arte brasileño, será subastada este jueves por más de nueve millones de dólares, tras una decisión judicial ya que el cuadro pertenecía a un empresario investigado por el caso Lava Jato, la famosa operación sobre la trama de corrupción en Brasil.
Según informó el diario El País, la tela era propiedad del empresario Salim Taufic Schahin, investigado en el caso Lava Jato y con una deuda millonaria a 12 bancos, incluidos grandes como Itaú, Bradesco y Santander, le reclaman unos 2.000 millones de reales por un préstamo impagado. Por el litigio, fue un perito judicial quien estimó unos 47 millones de reales como precio estimativo de salida para la venta de A capirinha, aunque como en toda subasta el precio lo pondrá el mejor postor. El dinero lo recibirá una cuenta del tribunal.
De acuerdo al diario español, hacía muchos años que “A capirinha no era expuesta en público porque su anterior dueño quería evitar llamar la atención sobre la valiosa obra. No estuvo en ninguna de las grandes muestras dedicadas a Tarsila en los últimos años por el Masp de São Paulo o el Moma”.
A Caipirinha se completó cuando Tarsila viajó a París por segunda vez en 1923, una década vista por muchos críticos de arte como la más importante de su trayectoria. La obra muestra la transformación de la artista modernista en una ‘pintora de su tierra’. “En el arte, quiero ser la caipirinha de São Bernardo, jugando con muñecos de arbustos, como en el último cuadro que estoy pintando”, escribió entonces en una carta a su familia, donde hay un boceto de la obra.
“Soy profundamente brasileña y voy a estudiar el gusto y el arte de nuestros campesinos. Espero, por dentro, aprender de quienes aún no han sido corrompidos por las academias “, declaró en su momento Tarsila do Amaral.
Tal como explicó la galerista Antonia Bergamin, la última obra de Tarsila “de ese calibre” que estuvo a la venta fue Abaporu, adquirida por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. La pieza es fundamental en la historia del modernismo, ya que inspiró a Oswald de Andrade, a escribir el Manifiesto Antropofágico, el momento en que el arte local comienza a buscar una identidad nacional.
“Nunca se vendió una obra de esta relevancia y de este valor en Brasil, por lo que la subasta debe generar una gran expectativa. Hasta entonces, los dos récords de ventas públicas en el país eran Superficie Modulada No. 4 de Lygia Clark, que alcanzó R $ 5,3 millones en 2013, y Jarrón de flores de Guignard, que fue comprado dos años después por R $ 5,7 millones en valores en ese momento (más de USD 1 millón cada una)“, declaró Bergamin.
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