Aunque trabajó diferentes géneros, el nombre del artista ruso Boris Mikhailovich Kustodiev (1878-1927) está está asociado con una serie de retratos, sobre todo de mujeres, a quienes pintaba con un sentido de vitalidad monumental. Nuestra imagen del día, una suerte de Venus rusa, es un ejemplo de esas cualidades.
Faina Shevchenko, de 21 años, actriz del Teatro de Arte de Moscú, fue la modelo de la pintura en 1915. Kustodiev generalmente prefería para sus pinturas a las mujeres corpulentas y una vez comentó que “las mujeres delgadas no inspiran”. Esta obra se considera pináculo absoluto de su carrera: la pintura transmite un arquetipo hiperbólico de una diosa madre y el ideal personal del artista del bienestar femenino, felicidad y otras virtudes. Kustodiev conoció a Shevchenko en una obra de teatro, en la que él se desempeñó como diseñador de escenografía.
Al artista le tomó un tiempo y un esfuerzo convencer a la joven actriz de posar desnuda. Los bocetos iniciales muestran a la mujer sosteniendo una franja de tela que cubre las puntas de sus senos y específicamente los pezones. Después de que los rumores de que Shevchenko posaba para la pintura desnuda llegaron a su jefe, Konstantin Stanislavski, la llamó “ramera”, aunque más tarde Stanislavski perdonó a Shevchenko y le dio papeles importantes en obras representadas en el teatro.
La propia Shevchenko, después de ver la pintura, supuestamente dijo “¡Muy gorda!” a lo que Kustodiev respondió besándole la mano. La obra recibió críticas por parte de algunos miembros de la iglesia ortodoxa pero el mundo del arte la celebró. El original fue guardado por la familia del artista y finalmente fue confiscado por las autoridades comunistas durante las purgas de Stalin en 1937-1938. Desde entonces está almacenado en la Galería Tretyakov de Moscú.
Kustodiev nació en la familia de un profesor de filosofía en Astrakan. Quedó huérfano de padre muy temprano y en cuanto terminó la escuela comenzó a aprender pintura en el taller de un artista local. La familia Kustodiev, ya con la madre como cabeza de familia, alquiló una pequeña ala en la casa de un rico comerciante. Fue allí donde se formaron las primeras impresiones del niño sobre el modo de vida de la clase comerciante provincial. El artista escribió más tarde: “Todo el tenor de la rica y abundante forma de vida de los comerciantes estaba allí justo debajo de mis narices ... Era como algo salido de una obra de Ostrovsky “ (N. de la R: se refiere al escritor y dramaturgo ruso Alexandr Ostrovsky,1823-1886). El artista retuvo estas observaciones de la infancia durante años, recreándolas más tarde en óleos y acuarelas.
En sus cuadros, Kustodiev buscaba un camino propio y una de sus singularidades era la de describir la vida de los comerciantes en la provincia. Más tarde se inspirará en el tipo de mujer eslava, lo que se llama “sangre con leche”: las cejas negras, los ojos enormes, la piel blanca como la nieve con un suave rubor en toda la mejilla, los labios brillantes. La vida de una ciudad mercante en el Volga quedará impresa para siempre en su memoria, y las pinturas del artista, incluso si muestran otros lugares, como por ejemplo en “Feria”, igual se parecerán a sus lugares de origen.
En 1903, Boris Kustodiev se casó con Julia Proshinskaya, una muchacha elegante y frágil, a quien conoció después de haber ido a estudiar a la provincia de Kostroma. Visitó Francia y España con una beca de la Academia Imperial de las Artes en 1904. También en 1904, asistió al estudio privado de René Ménard en París . Posteriormente viajó a España, luego, en 1907, a Italia , y en 1909 visitó Austria y Alemania, y nuevamente Francia e Italia. Durante esos años pintó numerosos retratos y piezas de género. Julia padeció la enfermedad de su marido -una tuberculosis vertebral- a la par del artista y siempre estuvo a su lado. Desde 1916, Kustodiev se movilizó en silla de ruedas, y siguió pintando.
La Revolución Rusa de 1905 provocó una respuesta potente en el alma y la creatividad del artista. Comenzó a contribuir con revistas satíricas y se puso en contacto con artistas innovadores, al tiempo que comenzó también a trabajar en la ilustración de libros, un género en el que trabajó durante toda su vida. En 1909 fue elegido miembro de la Academia Imperial de las Artes.
Continuó trabajando intensamente, pero la enfermedad que lo venía aquejando requirió atención urgente. Siguiendo el consejo de sus médicos, fue a Suiza, donde pasó un año en tratamiento en una clínica privada. Los temas rusos siguieron siendo el material básico para las obras que pintó durante ese año. En 1918, pintó La esposa del comerciante, que se convirtió en una de sus pinturas más famosas. En 1916, quedó parapléjico. “Ahora todo mi mundo es mi habitación”, escribió.
Su capacidad para permanecer alegre y animado a pesar de su parálisis sorprendió a los demás. Sus coloridas pinturas y alegres piezas de género nunca revelan su sufrimiento físico y por el contrario dan la impresión de una vida despreocupada y alegre.
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