François Dubet: “El ‘MeToo’ es un movimiento formidable de mujeres ricas que denuncian injusticias pero no cuestiona las desigualdades”

El sociólogo francés reflexionó sobre su nuevo libro, “La época de las pasiones tristes” y habló sobre los desafíos de analizar una coyuntura en la que las clases sociales como categoría fueron reemplazadas por un “archipiélago de minorías que desarrolla reivindicaciones propias”

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François Dubet (YouTube / UNTREF)
François Dubet (YouTube / UNTREF)

El francés François Dubet aseguró en el marco de la presentación de su reciente libro La época de las pasiones tristes que “a los sociólogos no se les paga para tener respuestas sino para construir preguntas y hoy la pregunta es cómo hacer que los sentimientos de injusticia hallen una respuesta de democracia política”.

A través de una actividad vía Zoom organizada por la Universidad Torcuato Di Tella, Dubet (Périgueux, 1946) habló de las desigualdades y de los desafíos de la sociología en una coyuntura que definió como un “archipiélago de minorías”.

Para el académico, “en Francia las desigualdades entre hombres y mujeres se han reducido mucho objetivamente durante tres generaciones, o sea las mujeres trabajan más, están mejor pagas y, sin embargo, las desigualdades subsisten y se soportan mucho peor de parte de las mujeres que hace 50 años, cuando esas desigualdades eran más importantes”.

Esto implica -añadió- que “para un sociólogo las desigualdades que cuentan son aquellas que son percibidas como injustas e insoportables, no las reales” y describió al presente como “una época en la que hay modos de vida desiguales en una cultura de masas”, lo que implica “un proceso de subjetivación de las desigualdades” donde “los individuos las viven como una experiencia personal”.

" La época de las pasiones tristes" (Siglo XXI), de François Dubet
" La época de las pasiones tristes" (Siglo XXI), de François Dubet

“Hace 40 años -expresó- la justicia social consistía en reducir las desigualdades entre los grupos sociales, consistía en hacer que los ricos sean menos ricos y los pobres menos pobres” y en cambio -ejemplificó- hoy consiste “en que los hijos de obreros tengan la posibilidad de ya no ser más hijos de obreros”.

El sociólogo dijo que hace 40 años uno decía desigualdad social y todo el mundo decía explotación, “hoy piensa en discriminación”. Estos cambios también los ubicó en cómo los sociólogos se especializan en las desigualdades transformándose en “especialistas en la desigualdad de salud entre hombres y mujeres o entre inmigrantes y no inmigrantes”.

De esta manera, afirmó que esto se traduce en cómo se piensa la desigualdad no como un destino sino como una historia personal, lo que lleva a percibirse como una responsabilidad individual. Y citó como ejemplo las respuestas de los franceses al ser consultados por la causa de la desigualdad: según el ensayista, la mayoría indica que son los desempleados, los pobres y no el capitalismo.

Dubet contó que para sus trabajos habló mucho con los Chalecos Amarillos y percibió que hacían hincapié en una cosa: cómo eran despreciados y no explotados. Así se conforma una vivencia -señaló- de “hostilidad contra los que están por arriba de mí y por debajo de mí, lo que es lo contrario a la conciencia de clase” porque “es una suerte de enojo social” que es la sumatoria de iras individuales.

El ‘Me too’ es un movimiento formidable pero es un movimiento que denuncia un fenómeno muy preciso que es el acoso sexual y deja de lado las desigualdades sociales. Diría que es un movimiento de mujeres ricas que denuncian injusticias reales pero definitivamente no es un movimiento que cuestiona las desigualdades -explicó- del mismo modo que los movimientos anti racistas ponen en juego discriminaciones que son escandalosas pero cada uno con su propia discriminación”.

Un archipiélago de minorías está reemplazando a las clases sociales que eran una máquina que reunía desigualdades y hoy tenemos más bien minorías desarrollando reivindicaciones propias

Esto da cuenta para el autor de Sociología de la experiencia de un “archipiélago de minorías que está reemplazando a las clases sociales que eran una máquina que reunía desigualdades y hoy tenemos más bien minorías desarrollando reivindicaciones propias”, lo que considera que “no reduce en absoluto las desigualdades sociales”.

François Dubet (Télam)
François Dubet (Télam)

Durante su exposición, el investigador y docente también se refirió al populismo. “Estoy hablando en el país de Evita y el populismo es un concepto que designa un momento de la historia argentina. Es la idea de que cuando salimos de un sistema de desigualdad de clase hay que reconstruir a un pueblo contra las elites, es hiper democrático pero es hostil a la democracia participativa, lo que plantea problemas, es una aspiración de la democracia directa pero la que funciona es indirecta”.

“El populismo es lo que se desarrolla cuando salimos del sistema de estructuración de parte de las clases sociales”, subrayó y citó lo sucedido en Chile “donde la ira desembocó en una respuesta política” aunque aclaró que “muchas veces esto puede no desembocar en nada consistente”.

El autor se detuvo por último en la escuela y dijo que “las clases medias y altas son hostiles a la reducción de las desigualdades escolares y lo que se delega a los hijos, en nuestras sociedades, es que les vaya bien con sus estudios”.

Dubet dijo que en Francia “es muy difícil definir la moral y los valores que puede trasmitir la escuela”, lo que definió como “un problema” porque hoy “la escuela ha perdido su autoridad y es un problema sumamente complicado”.

En ese sentido destacó que el desafío para reducir las desigualdades “es la capacidad para volver a fabricar categorías políticas que representen la experiencia de los individuos y si dejamos que esa experiencia se atomice e individualice iremos a sistemas con democracias iliberales”.

También ubicó la pregunta por si estamos dispuestos a pensarnos en la misma sociedad “para aceptar hacer sacrificios para aquellos que no conocemos pagar impuestos”.

“El desafío hoy es reconstruir sistemas políticos saliendo del capitalismo industrial para entrar en un mundo cosmopolita globalizado y si los sociólogos ayudaran a pensar en esto sería muy positivo, no se les paga para tener respuestas sino para construir preguntas y hoy la pregunta es cómo hacer que los sentimientos de injusticia hallen una respuesta de democracia política”, finalizó.

François Dubet (Matthieu Riegler, CC-BY)
François Dubet (Matthieu Riegler, CC-BY)

Dubet fue presentado por Claudia Romero, profesora del área de educación de la escuela de Gobierno y codirectora de la Cátedra Francia de la Universidad Di Tella, quien adelantó que al final de su libro el autor “abre un discreto principio de esperanza o al menos un deseo de que exista tal cosa”.

“En este libro Dubet se propone comprender en conversación con sus colegas contemporáneos el papel de las desigualdades sociales en el despliegue de las pasiones tristes y en los riesgos políticos a los que estas pasiones nos exponen”, adelantó Romero.

Además explicó que en este trabajo el francés plantea cómo “nos enfrentamos al agotamiento del régimen de clases no porque las clases hayan desaparecido sino en el sentido en que este régimen no pareciera seguir estructurando las desigualdades que se abren y se multiplican siguiendo trayectorias desestandarizadas”.

De esta manera, Romero afirmó que el autor nos sitúa en un nuevo régimen que es “el de las desigualdades múltiples que está caracterizado por la heterogeneidad y la intersectorialidad” y lo hace “dialogando con los acontecimientos de la realidad”.

Ana Galdeano, la primera en exponer, adelantó que iba a hablar como “editora y lectora” de su obra, ya que es la responsable de la edición de los trabajos de Dubet publicados a través de Siglo XXI, que lo comenzó a editar por recomendación del sociólogo Emilio Tenti Fanfani, referente en los estudios de la educación.

“El libro capta un clima de época y plantea una mirada que va más allá de los porcentajes o brechas que en términos cuantitativos reflejan las desigualdades y analiza aspectos menos obvios y evidentes que tienen que ver con el modo en que se padecen las desigualdades”, señaló la editora que hizo hincapié en una obra que cumple con uno de los objetivos de Siglo XXI “que es aportar al debate con herramientas para pensar el presente”.

Fuente: Télam

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