La belleza del día: “David”, de Miguel Ángel

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

"David”, de Miguel Ángel

I

En Florencia, el pasaje del siglo XV al XVI fue aluvión. En 1494 estalló una gran revuelta contra los Médici, que gobernaban la ciudad toscana, y terminó con una renuncia incondicional frente al avance de Carlos VIII de Francia hacia el Reino de Nápoles. El religioso Girolamo Savonarola aprovechó, se puso frente al nuevo gobierno y llevó a cabo una feroz persecución contra “herejes” y “pecadoras”.

El papa Alejandro VI decidió excomulgar a Savonarola y tras un largo juicio, en 1498, fue ejecutado en la hoguera en la Piazza della Signoria, centro del poder florentino. En la reconstrucción de la estabilidad política, civil y religiosa se propuso la creación de doce grandes esculturas de personajes del Antiguo Testamento, entre ellas la de David.

Varios escultores querían hacerla, pero para Miguel Ángel era una necesidad. Logró que le encargaran el trabajo y dos años después la presentó. El 8 de septiembre de 1504, Florencia vio a su David en la Piazza della Signoria. Casi cuatro siglos después, en 1873, se decidió mover la escultura a la Galería de la Academia de Florencia y en la Piazza della Signoria poner una copia en mármol blanco.

II

Según la narración bíblica, Goliat era un soldado gigante de la ciudad de Gat y paladín del ejército filisteo que durante cuarenta días asedió a los ejércitos de Israel. Medía casi tres metros, usaba una lanza de siete kilos y era uno de los Refaím, legendaria raza surgida de la unión entre demonios varones y mujeres humanas. Goliat era invencible. Hasta que se topó con David.

“¿Quién de ustedes va a vencerme?”, dijo el gigante ante los atemorizados soldados. La tarde se llenó de silencio. Entonces fue David (pastor, soldado ocasional e hijo de Saúl, el rey de Israel) quien aceptó el reto. Se puso la armadura pero le resultaba pesada, entonces decidió quitársela. Sólo tenía una honda y cinco piedras que había recogido de un arroyo. Goliat, al verlo, se empezó a reír.

"David”, de Miguel Ángel

“Toda la Tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yahveh, porque de Yahveh es el combate y os entrega en nuestras manos”, dijo David antes de comenzar la pelea, según se se lee en la Biblia. No hizo falta demasiado: con su honda de boleo lanzó una certera piedra en la frente a Goliat y, cuando cayó, le cortó la cabeza con la espada del gigante.

III

El David es una escultura de mármol blanco de 5,17 metros que pesa 5572 kilos. Representa al Rey David (venerado como profeta en el judaísmo, el cristianismo y el islam) en el momento previo a enfrentarse con Goliat. Su desnudez le da un carácter de debilidad que contrasta con la firmeza de su postura y la potencia de su mirada que apunta a Roma.

Se trata de una obra exquisita, no sólo una de las obras maestras del Renacimiento según la mayoría de los historiadores del arte, sino de la historia de la humanidad. Adquirió una gran popularidad en Occidente y quien visite Florencia tiene casi la obligación de pasar a ver la hermosa e imponente escultura de Miguel Ángel.

Tuvo muchos problemas: en 1504 fue apedreado por partidarios de los Médici, en 1512 le cayó un rayo sobre la base, en 1527 le le rompieron el brazo izquierdo durante una revuelta, en 1991 un hombre destruyó un dedo del pie con un martillo. Y tuvo varias restauraciones. Hoy se erige esbelta e facinante como la gran pieza clave de la historia del arte de la humanidad que es.

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