Entre el cine y el teatro: las obras como experimento en tiempos de pandemia

El ciclo “Modos Híbridos” y la pieza “Monólogos de la Peste” proponen originales abordajes en el arte escénico. Una recorrida por estas propuestas que buscan romper con la distancia que genera el online

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Mientras los artistas de teatro continúan esperando la vuelta a las salas y el reencuentro con el público, estos tiempos de pandemia han permitido fusiones, mezclas y experimentos en los que surgieron formas teatrales a través de las pantallas. Cada nueva propuesta, incluye la pregunta: ¿Dónde aparece la teatralidad en todo lo que se filma?

Por estos días, el Complejo Teatral de Buenos Aires presenta las primeras producciones de su ciclo Modos Híbridos, piezas artísticas que están a medio camino entre el cine y el teatro y que funcionan como reinterpretaciones de algunas de las obras que estaban programadas para este año. Por otro lado, desde este viernes se pueden ver los Monólogos de la Peste, una convocatoria que la sala Caras y Caretas lanzó a comienzos de la cuarentena.

La consigna fue escribir un monólogo que atravesara la cuestión de la pandemia y funcionara como un testimonio de este tiempo. Se presentaron 2.500 textos, de los cuales fueron seleccionados diez, que se representaron en el teatro, con actrices, actores y directores especialmente convocados para cada proyecto. La gran mayoría con un registro que busca reírse de los problemas cotidianos que genera el aislamiento obligatorio, el resultado de estos monólogos es una experiencia contemporánea y revitalizante de lo que se vive a diario. ¿Los modos híbridos llegaron para quedarse? Aquí un recorrido de los más recientes experimentos.

El Barco

¿Un videodrama? ¿Una nueva mezcla entre cine y teatro? ¿Un tercer lenguaje? Poco importan las definiciones y encasillamientos y sí es mucho más interesante dejarse llevar por la experiencia de ver “El Barco, prólogo de La Saga Europea”, una obra escrita por Mariano Tenconi Blanco y dirigida por el autor, junto a la cineasta Agustina San Martín. Los directores fluyen en este nuevo híbrido, para mostrar una cámara en movimiento, que funciona como los ojos del espectador y un texto que no abandona la teatralidad, las metáforas y las construcciones escénicas para recrear un universo exótico.

Este nuevo proyecto de la Compañía Teatro Futuro, integrada por Tenconi Blanco, Ian Shifres y Carolina Castro, se propone explorar la compleja relación entre Argentina y Europa desde la literatura. El elenco está integrado por Santiago Gobernori, Agustín Rittano, Marcos Ferrante, Laura Paredes, Juan Isola y Lorena Vega.

En la historia, dos naturalistas europeos viajan cruzando el Océano Atlántico. El objetivo es hallar el origen del ser humano. En el barco encuentran el amor, la esperanza, la maldad, la muerte y también la vida. Llegarán, finalmente, a la ensoñada América. Pero, claro, el Río de la Plata no es exactamente como lo imaginaban. “Cuando me propusieron pensar un trabajo híbrido, a medio camino entre el cine y el teatro, consideré que la primera parte de Las Ciencias Naturales -un viaje en barco desde Europa hasta Argentina- era ideal para trabajar en torno a estos dos lenguajes. Hay algo de estar sin salir del barco pero moviéndose, avanzando, sin tener del todo claro hacia dónde, y eso, ese estado de confusión inmóvil y activa, me pareció que podía iluminar este oscuro momento. Los protagonistas viajan al fin del universo y, negándose a la posibilidad de que todo se termine pronto (motines, tempestades, desgracias naturales) ellos persisten en su idea de volver al origen”, dice Mariano Tenconi Blanco sobre su obra.

En esta pieza no sólo hay un cruce entre cine y teatro, también están las referencias a la literatura, un punto que ya es un sello en la obra de Tenconi Blanco. A través del registro del diario de los conquistadores, escuchamos las narraciones entrecruzadas de Agustín Rittano y Santiago Gobernori, como los navegantes que dan cuenta de la hazaña y atraviesan sus propias contradicciones, mientras conocen el amor, el poder y la incertidumbre. Todo, en un registro de actuación que acentúa el juego y cierta exageración en el uso de los dialectos, la idiosincrasia de cada nacionalidad, el vestuario majestuoso y un tono melodramático, que hacen de este relato extravagante, un viaje entretenido y con códigos propios.

Monólogos de la peste

Como un testimonio documental y satírico de estos tiempos, los diez monólogos que se pueden ver gratis desde este viernes y hasta el domingo son una producción especial de la sala Caras y Caretas y buscan reflexionar sobre la idea de la peste desde una perspectiva artística y atravesada por el humor. Los diez micromonólogos que se eligieron cuentan con la coordinación dramatúrgica de Mauricio Kartun, quien formó parte del jurado, y la dirección de Marcelo Melingo. Cada pieza tiene un promedio de cinco minutos de duración y funcionan como una vista ecléctica a cada universo del confinamiento.

Una vez seleccionados los textos, la tarea siguiente de esta propuesta fue grabar en la sala de Caras y Caretas, con los protocolos correspondientes, cada monólogo, con la interpretación de actrices y actores profesionales. No es un dato menor: volver a ver estos cuerpos de artistas, en el espacio de una sala, con el fondo negro, la luz teatral y en escenarios despojados, que dan cuenta de este vacio tan propio de los espacios teatrales, para recrear múltiples formas en la imaginación constituyen, al menos por ahora, una nueva forma de habitar el arte teatral.

"El virus y la obligatoriedad de la cuarentena puso la lupa en nuestras miserias y contradicciones en las que los argentinos hemos devenido hasta hoy. La pandemia es un colapso del camino que hemos recorrido hasta acá. Y en esta “obra de teatro” nos vemos dentro de lo que estamos viviendo. En cada monólogo hay humor, que por cierto es muy necesario en estos tormentosos tiempos. La dirección que asumí no fue otra cosa que intentar guiar el trabajo de 40 personas que participaron de la propuesta. Tengo la convicción que la tarea de dirección consiste en organizar el viaje sin que se sepa quien maneja durante el trayecto, es decir no debe verse al capitán mientras se hace el recorrido, solamente uno como director debe saber llegar a puerto deseado. Y creo que así nos propusimos hacerlo junto con todos los directores de cada monólogo", cuenta Marcelo Melingo sobre esta experiencia.

Las historias son múltiples y potentes: un padre que siente que su hijo de cuatro años se está volviendo un criminal y pide ayuda en el zoom de padres del jardín, un actor que intenta dar clases de teatro por teléfono mientras lo devora la frustración y una mujer a un paso del desborde que anuncia todo lo que hará cuando la pandemia pase, en un viaje épico por Latinoamérica que generará caos y locura en el resto del mundo; por citar algunos relatos.

Las propuestas son divertidas, oxigenantes y profundas a la vez. Pero además tienen la fuerza inconfundible de los artistas de teatro que buscan traspasar la pantalla y reencontrarse con el público, aunque por ahora sólo sea a través de la virtualidad. En todos los casos, se asoma una hendija en la que se espera, se convoca y se añora un arte sin mediatizaciones.

Las escenas que se pueden ver son: “La Rata” de Bernardo Cappa, con la actuación de Luis Ziembrowski y la dirección de Paula Hernández; “El Celular a la mano” de Gabriel Graves con la actuación de Agustín Rittano y dirección de Marcelo Mininno; “Super Vuelo” de Gilda Bona, con la actuación de María Ucedo y dirección de Agustín Rittano; “Globalisiados” de Sol Rodriguez Seoane, con la actuación de María Onetto y dirección de Juan Parodi; “Difícil” de Mariano Saba con la actuación de Julián Lucero y dirección de Julieta Berenguer; “Contexto Ligado” de Mariano González con la actuación de Gustavo Garzón y dirección de Marcelo Melingo: “Tornasolado” de Patricio Abadi con la actuación de Luis Campos y dirección de Andres Bazzalo, “Una broma solo” de Esteban Pico con la actuación de Claudio Da Passano y dirección de Malena Figó; “En casa” de Enrique Federman con la actuación de Gabo Correa y a dirección de Vicky Cipriota y “Quince” de Paola Traczuk, con la actuación de Poli Dulitzky y la dirección de Andrés Granier.

Monólogos de la peste. Desde este viernes a las 21 hasta el domingo 8 a las 23. Gratis. Por Alternativa Teatral

Reconstrucción (el amo del mundo)

Esta producción también forma parte del ciclo Modos Híbridos, del Complejo Teatral de Buenos Aires, y juega entre el documental y la ficción, para imaginar una posible vuelta a los escenarios. ¿Cómo es la vuelta a una sala de teatro durante una pandemia? En esta propuesta de Francisco Lumerman y con las actuaciones de Diego Gentile, Fiamma Carranza Macchi, Rosario Varela, David Subi, Elena Petraglia y Franco Quercia, aparecen actores que tiene que actuar con barbijos y a dos metros de distancia, que no pueden compartir camarines y que deben incorporar la videollamada en la escena. Mientras ensayan la obra “El amo del mundo”, de Alfonsina Storni -la pieza que iba a estrenar Lumerman este año en el Teatro Regio- los momentos de ficción se entrecruzan con los testimonios reales de lo que es la vida de estos actores y actrices en medio del aislamiento obligatorio. Una actriz a quien le pagaron 2.500 pesos por su último trabajo, un director que no pudo abrir su sala a punto de inaugurar y un actor que tuvo que aceptar con resignación y preocupación que todos los trabajos que tenía para este año estaban frenados.

"Durante el aislamiento pienso mucho en el término “reconstrucción”. Busco definiciones y encuentro: ‘Volver sobre lo dañado para intentar una nueva construcción’. Enseguida me hace eco con el material que estábamos por comenzar a ensayar: mi puesta planteaba, frente a los ojos del público, el ensayo general de un elenco que está a punto de estrenar El amo del mundo de Alfonsina Storni. Otra vez: una reconstrucción. Así llegó al desafío lúdico de imaginar e intentar representar el mundo antes de la pandemia pero desde un presente atravesado por un protocolo que nos permite volver a trabajar. Y sí, una vez más, una reconstrucción de aquello que ya no es. A diferencia del hecho teatral, un material audiovisual nos permite también generar un registro de época. Un documento de este momento tan particular que nos toca vivir. Y también, como una bocanada de aire fresco, regresar a la ficción como forma de sobrellevar mejor nuestra realidad", explica Lumerman.

Entre algunos diálogos donde aparece la voz de Storni, en una pieza vanguardista que la escritora estrenó en 1927 para hablar de la desigualdad entre hombres y mujeres,

“Reconstrucción (el amo del mundo)” es el registro del cruce de varios mundos: filmar una obra en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín, la ciudad de Buenos Aires atravesada por la pandemia, con la avenida Corrientes frenada y retratada por un dron, actores y actrices que viven en la fragilidad absoluta y, al mismo tiempo, el mundo ficcional de Alfonsina Storni, los años 20′ y el juego de la actuación, con sus luces de escena encendidas.

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