Anna Ancher nació como Anna Kirstine Brondum el 18 de agosto de 1859 en la ciudad danesa de Skagen, en el norte de Jutlandia. Era la hija del comerciante y propietario del Hotel Brøndums, Erik Brøndum y de su esposa Ane. Muy temprano Anna demostró su talento para el arte y como no pudo asistir a la Academia de Arte de Copenhague, porque no se les permitía estudiar a las mujeres, sus padres la enviaron a estudiar dibujo en la academia del paisajista danés Vilhelm Kyhn. Allí desarrolló un estilo propio en el que observaba la interacción de la luz natural sobre los objetos y las personas. Pronto se familiarizó con el celebrado grupo de artistas que se habían instalado en una colonia en Skagen, y ella era la única de los “pintores de Skagen” que realmente nació y creció en allí.
Considerada una de las mayores artistas danesas, Anna vivió la mayor parte de su vida en Skagen de donde salió sólo dos veces. La primera fue en 1882 para visitar la Exposición Universal en Viena. Más tarde, en 1888, viajó a París para recibir clases de dibujo de la mano de Pierre Puvis de Chavannes, uno de los fundadores de la Sociedad Nacional de Bellas Artes, en su taller junto con la otra gran pintora danesa, Marie Triepcke, y donde posiblemente adquirió conocimiento sobre el arte expresionista.
Anna conoció en Skagen en 1880 al pintor Michael Ancher y en 1883 tuvieron una hija a la que llamaron Helga Catherine, que también sería con el tiempo una gran pintora. Aunque la cultura de su tiempo dictaba que las mujeres casadas debían dedicarse a las tareas domésticas, Anna continuó pintando sobre todo escenas íntimas de interiores donde mujeres y niños hacían sus tareas diarias cerca de una ventana. Son obras que destacan por la riqueza de colores vivos en pinceladas decididas.
Anna Ancher fue considerada como una de las grandes pintoras danesas. Su arte muestra el arte moderno nórdico en una representación más fiel de la realidad, prefiriendo pintar interiores y temas sencillos de la vida cotidiana de la gente de su pueblo, especialmente pescadores, mujeres y niños. Además estaba intensamente preocupada por explorar la luz y el color, por lo que se la considera cercana al impresionismo. Como mujer joven en la década de 1870, con escasas oportunidades formales para entrenar como artista, fue una de las fundadoras de la Asociación de Mujeres Artistas de Dinamarca en 1916, un grupo que se reunió para analizar el arte y la práctica, evolucionando a un papel más activo en la promoción de la educación y la exposición de mujeres artistas.
Como lo indica su título completo: Sunshine in the Blue Room. Helga Ancher tejiendo en el salón de la abuela (Solskin i den blå stue. Helga Ancher ved strikketøjet i bedstemoders stue), nuestra belleza del día muestra a la hija de Anna, Helga, tejiendo en la habitación de su abuela. De espaldas al observador, la niña está ocupada tejiendo a crochet. A pesar de su tema cotidiano, la pintura es una de las obras maestras más cautivadoras de esta artista danesa con sus muchos tonos de azul y la sensación de tranquilidad que transmite.
Casi desprovisto de acción, el tema de la obra es esencialmente el juego de luces en la habitación. La única indicación del mundo exterior es la luz de sol que entra por la ventana. Mette Bøgh Jensen, curadora del Museo Skagens -en donde se encuentra la obra, que por estos días forma parte de una exhibición más amplia de la obra de Ancher-, explica que las pinturas de interior de Anna Ancher son “más sobre el color y la luz que cualquier otra cosa”. El interés principal del artista no es “replicar la realidad de la habitación o la pared, ni siquiera la luz, sino lo que queda cuando estas cosas se diluyen y sólo queda el color y la forma”. Bøgh Jensen continúa: "El arte de Anna Ancher es diferente al de cualquier otra persona. En esencia, está vinculado al mundo especial de los motivos en Skagen: las familias de pescadores, los cosechadores, los brezos, los colores especiales y la brillante luz del verano.
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