Quino, el gran historietista argentino, nos dejó el miércoles. Joaquín Lavado tenía 88 años y detrás una trayectoria que despertó admiración y cariño en muchos rincones del mundo. Así lo demuestra que su gran creación, Mafalda, haya sido traducida a más de 30 idiomas.
Infobae Cultura publica su última entrevista junto a Tute, también humorista gráfico, que formó parte del programa Tutelandia del canal UN3.tv . En este encuentro, sostuvieron un diálogo imperdible sobre el oficio, la religión, Dios, la muerte, el psicoanálisis y el humor.
Carta de despedida de Tute a Quino
Quinito
Buó… piantaste. Creo que no me engaño si pienso que ya te querías ir. Hace un rato ya que querías hacer este viaje. No sé, me parece. Te fuiste desconectando de a poco con el acá y, quizá, conectando con el allá. Qué sentirás ahora, me pregunto. Siempre fuiste agnóstico. ¿Seguirás siéndolo? Buó (como decías vos)… Me quedo con nuestras charlas bien regadas con vino tinto, tus dibujos sabios, tus libros, tu humildad.
Mirá que cambiaste el mundo con tus dibujitos, ¡eh! Lo mejoraste bastante. No, no alcanzó. Nunca alcanza. ¡No hay témpera blanca que lo corrija! Pero no es poco. Hace mil años que dejaste de dibujar y La Mafalda sigue hablando, dele que te dele. ¡Y tus páginas! Filosofía y poesía. Crítica feroz y ternura. Un pibe de 8 años y un viejo sabio en los mismos zapatos. Que se preguntaba qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes, y también, adónde van tan apurados los perros que pasan ligero por la vereda, ¿les cierra el banco? Bueno, Quinito, no te entretengo más. Esta noche descorcho un vino de los buenos y brindo por vos. Gracias por las emociones. Gracias por la franqueza, la amistad y por el cariño. Te quiero. Me voy a hacer la tira de mañana. Hablamos más tarde.
La entrevista
- Vos sabes perfectamente que los humoristas gráficos somos una raza de gente tímida. Sin embargo, hay toda una parte de presentar los libros, dar charlas...
- Ah, yo he sufrido mucho con todo eso.
- ¿Seguís sufriéndolo?
- Durante una época lo rechacé así, de plano, no quería saber nada. Es más, había hecho un cartelito que estaba colgado por acá que decía que no aceptaba reportajes, ni entrevistas, ni nada. Pero luego me pareció una boludez y dije bueno, no, hay que dejarse de joder.
- ¿Y como quién querías ser vos? Cuando uno arranca, arranca copiando, ¿no?
- Y bueno cuando conocí a Steinberg yo quería ser como Steinberg por supuesto (N. de la R.: se refiere a Saul Steinberg, mítico ilustrador de la revista The New Yorker).
- Y vos nunca te consideraste un buen dibujante
- Sí, me costaba mucho.
- Sin embargo tenés una obra increíble, a nivel dibujo. Yo me acuerdo de aprender de vos el detalle, cómo hacías que todo funcionara.
- Además cuando a uno se le ocurría un buen recurso gráfico yo me alegraba tanto. Un día me acuerdo que hice una página sobre un marinero que está en alta mar y lo maltrata todo el mundo en la nave; esto de que el tipo trabajaba en alta mar no supe cómo resolverlo durante días, hasta que se me ocurrió hacer el cuadro inclinado en el que está ahí trabajando con sogas y baldes y cosas así.
- Y esos pequeños descubrimientos son momentos felices, ¿no?
- Sí, mucho, mucho.
- ¿Qué es un buen dibujo? ¿Qué tiene que tener un dibujo para ser bueno?
- Y, por lo general, uno que te revele cosas que no te habías dado cuenta antes. La última vez que estuve en una iglesia, en Italia fue, había un dibujo sobre la extinción de Sodoma y Gomorra y me llamó muchísimo la atención un dibujito en el que había una casa ardiendo llena de esqueletos adentro, los esqueletos también ardiendo y dije “carajo, qué poder de síntesis éste”.
- Hay una decisión que tomaron con Alicia en la juventud que fue la de no tener hijos, primero te quiero preguntar por qué y después, si te arrepentís.
- No, no me arrepiento nada, cada vez que leo los diarios me alegro.
- Los padres también son un poco inconscientes, ¿no? Lo traen a uno al mundo para luego largarlo solo sin prever cómo sigue uno. Y me pareció una mala jugada.
- Me enojé bastante con el asunto de los reyes magos, cuando me enteré de la verdad me sentí engañado durante años de una manera muy jodida, porque qué necesidad.
- Tu primer recuerdo ¿cómo es? ¿Es una imagen, es un sonido?
- No, es una imagen. Una imagen fúnebre además. Yo estoy en una casa muy grande y empiezo a recorrerla y llego a una habitación donde hay lo que yo no sabía todavía que era un ataúd, pero bueno, había una caja de madera grande y me asusté mucho y salí corriendo para el fondo.
- ¿Y cómo te llevas hoy con la idea de la muerte?
- Al no ser creyente religioso, no tengo miedo al Infierno y que voy a estar achicharrándome durante cientos de miles de años, esas cosas que te cuenta la Iglesia, ¿no? Pero sí mi primer recuerdo de entrar a una iglesia, me acuerdo que entré con mi mamá, que mi mamá tampoco era creyente ni nada, pero, no sé por qué habremos entrado. Y me acuerdo que ahí también me asustó muchísimo ver una imagen de Cristo en la cruz todo ensangrentado y jodido, como lo ponen siempre para que no jodamos, ¿no? Miren lo que le pasa al que jode.
- ¿A vos te gusta mucho Woody Allen, no? Las primeras películas
- Las primeras, sí.
- Pero yo encuentro una coincidencia entre la producción de Woody Allen y tu producción y es esta: empezó siendo muy gracioso, las primeras películas eran hilarantes y tus primeros dibujos también, toda la primera etapa. Y después se fueron como poniendo más amargos los dos y más profundos también.
- Sí. Yo durante unos años publiqué en una revista de El País de los domingos, El país, de Madrid, y al final dejaron de publicarme por la amargura de mis ideas.
- Y acá en la Argentina lo decidiste vos, en un acto así de mucha honestidad profesional. Y artística. Incluso hiciste una carta despidiéndote de los lectores y explicando por qué dejabas ese espacio.
- Claro, para que no me pasara lo de Woody Allen, ¿no? Que se empezó a repetir.
- ¿Cómo te llevas con Dios? No tenés Dios, sos ateo...
- Soy agnóstico. Tengo un amigo científico que dice que no puede decir que es ateo porque tendría que demostrar que Dios no existe.
- Pero te atrapa, porque te has cansado de dibujar a Dios
- Bueno, me llama la atención que todas las religiones han tenido que inventarse más o menos la misma historia para aguantar la vida, pero me parece que la pregunta de quién hizo todo esto altera mucho a la gente, ¿no?
- ¿Para qué sirve el humor?
- Es una gran pregunta, sirve para poner en evidencia las cosas absurdas que hacemos los seres humanos.
- ¿Y cuál es el humor que más te gusta?
- A mí hacer humor sin que tenga un sentido crítico político no me…
- No te satisface, no te llena…
- No me nace, digamos.
- Yo me enteré mucho tiempo después de haber leído ya varias veces los diez tomitos de Mafalda, que la sopa era una metáfora y que era una metáfora de la dictadura, lo que no quería Mafalda era la dictadura
- Sí, nada que le impongan obligatoriamente, claro.
- Y esas eran las preocupaciones de aquellos años, mediados de la década del 60, que se empezó a publicar Mafalda.
- Bueno, yo vivía aterrado por la idea de que tenía que hacer el servicio militar hasta que lo hice, después me aterró más.
- ¿Y hoy qué te preocupa del mundo?
- El Estado islámico me preocupa muchísimo.
- Viste que una de las cosas más anheladas cuando uno arranca es encontrar un estilo. Si tuvieras que pensar cómo construiste tu estilo, de qué manera se fue consolidando ¿qué dirías?
- Creo que es un poco como la firma, que uno no se da cuenta cómo la hizo, llega un momento en que te sale así y bueno.
*Tutelandia es una producción del canal universitario UN3.tv, que obtuvo el Premio ATVC 2016 como Mejor Programa Cultural y Premio FUNDTV por mejor Programa Artístico y Cultural.
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