Un hotel de lujo en la isla desierta de Kunfunadhoo, en las paradisíacas islas Maldivas del océano Índico, está en la búsqueda de un librero para atender su librería y hasta el momento ya recibió la solicitud de miles de bibliófilos dispuestos a trabajar descalzos durante seis meses en una de las playas más hermosas del mundo, prácticamente “libre de coronavirus”.
Para acceder a la vacante como empleado del resort Soneva Fushi, según informa en su web la empresa británica Ultimate Library que se dedica a diseñar bibliotecas y librerías a medida para hoteles y clientes particulares, el candidato ideal debe saber “trabajar en equipo apasionado por los libros y con la capacidad de relacionarse con huéspedes de todas las edades”.
El aspirante debe tener “excelentes habilidades en inglés verbal y escrito; un tono de voz animado para escribir un blog entretenido que capture la estimulante vida de un librero en una isla desierta y habilidades para organizar talleres y otras experiencias para los huéspedes”. Además, “deben tener la capacidad de adaptarse a la cultura distintiva de Soneva”.
En una entrevista con The Guardian, retomada por el diario ABC de España, Philip Blackwell, CEO de la compañía Ultimate Library, intenta convencer a los candidatos: “Maldivas está prácticamente libre de Covid-19 y el centro turístico con el que operamos tiene su propio centro médico y procedimientos de pruebas estrictos y rigurosos, por lo que es un lugar muy seguro. Esperan que la gente venga y nosotros estamos dispuestos a tomar la iniciativa para reabrir nuestra librería”.
En octubre se tomará la decisión y, según informaron varios medios internacionales, hasta el momento ya solicitaron el puesto para trabajar en la librería del resort Soneva Fushi miles de periodistas, abogados, poetas, directores de cine y, por supuesto, libreros, atraídos por la playa paradisíaca.
La librería paradisíaca se creó para acompañar a los huéspedes en la elección del “libro perfecto que mejore su destino y abra su mente”, reflejando “el impresionante entorno natural y el lujo inteligente” del hotel y quienes la coordinan son llamados “libreros descalzos”.
Entre los testimonios de exempleados está el de Aimée Johnson, quien posteó: “Ser el librero descalzo fue un sueño absoluto. Pude conocer gente increíble, trabajar con libros increíbles y vivir en una isla de lujo impresionante. ¡Es el trabajo de tus sueños!”.
Como señaló Blackwell, quienes deseen este trabajo soñado, sobre la arena blanca, el mar turquesa y el sonido natural, deben tener claro que no consiste en “sentarse en una librería ocho horas al día”, por más que el entorno invite a dejar pasar las horas con un libro entre las manos.
“Esto es para que la gente salga, se involucre con los huéspedes y ayude a la gente en su ‘viaje de lectura’. Leer por placer es un músculo que, como cualquier otro músculo del cuerpo, tradicionalmente está infrautilizado hasta que la gente se va de vacaciones”, enfatizó
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