Mafalda, el personaje más emblemático de Quino, el que se convirtió en una referencia de la memoria social y política de la Argentina se publicó por primera vez el 29 de septiembre de 1964 y logró interpelar a niños y adultos con irreverencia y elocuencia en la lucha contra la injusticia, la hipocresía y la discriminación.
En esa publicación en la Revista Primera Plana, con formato de tira y con el objetivo inicial de publicitar una línea de electrodomésticos de nombre Mansfield, lanzada por la firma Siam Di Tella, el dibujante y humorista gráfico, fallecido hoy a los 88 años, introdujo en la historia a ese personaje popular que fue la niña eterna que habló 40 idiomas y se ubicó en la vereda opuesta al capitalismo.
Cuestionadora, rebelde y anticapitalista, Mafalda marcó un recorrido que incluyó las páginas del diario El Mundo y del seminario Siete Días pero su polisemia no estaba sola, estaba acompañada por sus amigos Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito y Libertad. Su familia estaba compuesta por su madre (Raquel), una ama de casa con un pasado como pianista, un padre que trabajaba en una oficina e intentaba responder a los planteos de hija mayor y Guille, el hermano más chico al que le gustaba la sopa y amaba a Brigitte Bardot.
Así como amaba a Los Beatles, defendía la democracia, los derechos de los niños y la paz, Mafalda denostaba la sopa, las armas y la guerra y era la contracara de Susanita, esa niña que soñaba con casarse, tener hijos y no estaba dispuesta a incomodarse ni a cuestionar las reglas del mundo en el que vivía. Cuando alguien dice “sos re Susanita”, todos saben a qué se están refiriendo.
En esa tira que cuestionaba totalitarismos y mandatos familiares, sexistas y generacionales también estaba Manolito, el amigo comerciante que se rodeaba de la caja registradora, los balances, discutía con Susanita y odiaba a Los Beatles, los hippies y los descuentos y Felipe, el que no quería ir a la escuela, no quería levantarse temprano y amaba los crucigramas y en secreto a Muriel.
Además estaba Libertad, la niña que reivindicaba las revoluciones, la cultura y funcionaba como aliada de Mafalda en sus cuestionamientos, y Miguelito, ese amante del jazz y los discursos abstractos que se pensaba siempre en primer plano.
Sobre Felipe, Quino contó que estaba inspirado en su amigo Jorge Timossi, el periodista argentino fundador de la agencia cubana Prensa Latina y un incondicional de la revolución de Fidel Castro quien dijo haber recibido por primera vez una tira de Mafalda estando en Argelia y pensar que ahí había “algo familiar”.
También se supo que Guille, uno de los últimos personajes que Quino sumó a su icónica historieta, estaba inspirado en su sobrino Guillermo Lavado, hijo de su hermano César y flautista y músico integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Fuente: Télam
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