Que 20 años no es nada, reza el icónico tango. ¿Y es realmente así? Eso parecería haberse preguntado la fotógrafa Alessandra Sanguinetti, quien acaba de lanzar la segunda parte de la historia de las primas Guillermina y Belinda, en la que indaga de manera documental en la ruptura con la infancia -que se recorre en el primer volumen- y luego en el ingreso a un mundo que parece presentarse ajeno, aunque cotidiano, como el de la adultez.
Un ensayo fotográfico de largo aliento, que surgió por casualidad en 1999, cuando Sanguinetti trabajaba en el proyecto En el sexto día -hoy parte del acervo del MoMA- y las entonces niñas de 9 años ingresaban a su encuadre una y otra vez, como si el destino buscara unirlas. Entonces, lo que parecía un juego motivado por la curiosidad se transformó en un momento eureka para la fotógrafa, quien desarrolló entonces un proyecto que entonces no creyó podría llegar tan lejos.
Fue en General Guido, a 300 kilómetros de Buenos Aires, y en la actualidad, en el mismo espacio, pero con otros ritos, otras vidas, regresan a partir de una mirada que también ha cambiado.
El trabajo con Guille y Belinda podría catalogarse, como en el cine, un coming-of-age, el traspaso de la niñez o la adolescencia a la adultez, aunque en este caso está lejos de la representación estereotipada: la selección de Sanguinetti es por momentos amorosa, por otras triste, esperanzadora y dolorosa a la vez.
“El mayor desafío fue entender cómo adaptarme y encontrar la estructura visual apropiada para representar las distintas etapas y momentos en la vida de Guille y Beli. Entender y ser sensible a los tiempos, la privacidad, y los momentos que atraviesan cada una”, explica la autora desde Estados Unidos, donde reside, a Infobae Cultura en un intercambio por mail.
Sanguinetti nació en Nueva York en 1968, pero se crió en Argentina, donde vivió desde 1970 hasta 2003. Recibió becas de las fundaciones Guggenheim y Hasselblad, y hoy es miembro de Magnum Photos.
La primera parte -The Adventures of Guille and Belinda and the Enigmatic Meaning of Their Dreams (Las aventuras de Guille y Belinda y el enigmático sentido de sus sueños)- tuvo, en 2003, una exposición en el Museo de Arte Moderno y, algunos años más tarde, algunas capturas llegaron a la galería Ruth Benzacar. En este caso, todavía no hay una planificación expositiva, lo que sí es seguro es que el destino de la fotógrafa con las muchachas seguirá unido: “En unos años habrá un tercer libro”, asegura.
“El espíritu de esta obra es de exploración y contemplación; de ir descubriendo facetas en las chicas y en mí; de descubrir y elevar lo extraordinario en lo cotidiano”, explica sobre el proyecto.
Y agrega: “De descubrir cómo nos afecta el pasar del tiempo, de entender cuánto nos moldea este pasar y cuánto podemos controlar nosotras, y a la vez inconscientemente tratar de detenerlo o hacerlo andar más lento”.
Este segundo volumen, The Adventures of Guille and Belinda and The Illusion of an Everlasting Summer (Las aventuras de Guille y Belinda y la ilusión de un verano eterno), publicado por Mack, refleja la vida las primas entre los 14 y los 24 años “mientras negocian el territorio fluido entre la adolescencia y la adultez joven”.
“Siempre rodeadas de animales y del entorno rural de su infancia, Everlasting Summer retrata la vida cotidiana de las primas mientras experimentan el amor joven, el embarazo y la maternidad, todo lo cual tal vez inevitablemente contribuye a una identidad cada vez más independiente de sus familias y una de la otra”, explica el prólogo de la obra.
El paso del tiempo es una presencia. En el primer volumen las niñas son parte de una propuesta lúdica, interpretan, recrean, lo de aventura del título tiene una doble lectura, que une las actividades a las que las niñas se vuelcan y los personajes que componen como a la vez el hecho de ser parte de una producción fotográfica. En la segunda, en cambio, ese encanto por lo desconocido ha desaparecido. La aventura se transforma en cómo afrontar una rutina en la que ya se espera algo de ellas, en la que deben enfrentar compromisos laborales, en la que la mirada del otro tiene otro espacio en la propia.
Las ahora adolescentes y adultas, ya conocen la emoción de ser modelos, por lo que el ojo se centra en la experiencia, en el ser, por sobre el proponer o desear. La obra de Sanguinetti, en ese sentido, da un vuelco al abandonar el camino de las fantasías y posibilidades para aferrarse a un relato de realidad del que ya no pueden escapar. Es el tiempo de crecer, y a eso no hay juego con el que se pueda evadirlo.
“Pasamos las tres por distintas etapas de nuestra vida que nos fueron cambiando, y así la relación pasó de una adulta/niñas a una de tres mujeres grandes”, dijo la fotógrafa.
Hay dos obras en los libros que contrastan esta diferencia, ese cambio, ese coming-of-age: un homenaje a John Everett Millais, el pintor prerrafaelita británico. En el primero, las niñas hacen una recreación de Ofelia, la obra más famosa del artista inglés, allí están, en el agua, con flores, en una situación relajada.
Mientras que en el segundo, el plano es más cerrado. Ya no se ve le cuerpo, ha desaparecido, no solo por la mirada de la fotógrafa que acota el espacio, sino porque las jóvenes ahora están cubiertas por tierra en vez de agua. Es entonces, no solo un cambio de entorno estético, sino también simbólico: aquello que fluía ha dejado lugar a un estatismo, a un estancamiento del que no se puede escapar. El fin de la niñez. La vida del adulto.
*MACK publicará una serie continua de volúmenes, cada uno en el mismo formato, de la obra The Adventures of Guille and Belinda, comenzando con una reimpresión del primer libro The Adventures of Guille and Belinda and the Enigmatic Meaning of Their Dreams a principios de 2021.
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