Tras nuevas acusaciones de transfóbica, J.K. Rowling se defiende: “Están basados en hechos reales”

La autora de la saga Harry Potter respondió a las ataques recibidos en redes con un posteo en la cuenta de Robert Galbraith, el pseudónimo con el que firma “Troubled Blood”, su último libro, que ya lleva vendidos más de 100 mil ejemplares. La escritora volvió a ser cuestionada por el protagonista que eligió como asesino serial en su reciente obra

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(Reuters)
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La escritora J.K. Rowling salió a defenderse de los nuevos ataques de transfobia surgidos tras la publicación de una reseña en la que se adelantaba que su libro Troubled Blood -publicado bajo el seudónimo de Robert Galbraith- presentaba un personaje travestido como sospechoso de ser un asesino serial, con un posteo donde argumenta que su villano está basado en casos reales.

Todo comenzó con una reseña realizada en el periódico británico The Telegraph en el que se lanzaba una hipótesis sobre las posibles reflexiones de los detractores de Rowling, que la acusan de tránsfoba, acerca de la elección de este personaje, cuya moraleja podría ser “nunca confíes en un hombre con vestido”.

Inmediatamente de salir esta temprana reseña se suscitó el debate online entre los pro y anti-Rowling. Los críticos de la autora de “Harry Potter” la acusaron de revelar prejuicios transfóbicos, mientras que sus partidarios defendieron su derecho a escribir ficción sin que la gente sacara conclusiones sobre sus creencias o abusara de ella.

Copias del último libro de JK Rowling "Troubled Blood", escrito bajo el seudónimo de Robert Galbraith, en una librería en Londres (REUTERS/Peter Nicholls)
Copias del último libro de JK Rowling "Troubled Blood", escrito bajo el seudónimo de Robert Galbraith, en una librería en Londres (REUTERS/Peter Nicholls)

El libro de 900 páginas Troubled Blood es el quinto de la serie Cormoran Strike, que Rowling ha publicado bajo el nombre de Galbraith. En la web de su heterorónimo, la escritora describe al personaje como "un asesino serial sádico activo en las décadas de 1960 y 1970, que estuvo basado “en los asesinos de la vida real Jerry Brudos y Russell Williams, ambos maestros de la manipulación que se llevaban trofeos de sus víctimas”.

Los editores han señalado, según el periódico ABC, que el primer día se vendieron 100.000 copias de Troubled Blood en el mercado del Reino Unido, incluidas versiones de tapa dura, libros electrónicos y audiolibros.

Por su parte, la crítica de libros de The Guardian, Alison Flood (exeditora de la sección Bookseller del periódico inglés), decidió en cambio impugnar duramente al diario The Telegraph por la reseña maliciosa sobre el libro.

La periodista del diario inglés, quien ya leyó la novela, dice claramente que “no hay que juzgar a un libro por una sola reseña”. Flood explica que en la novela al detective privado de Rowling, Cormoran Strike, y a su socia Robin Ellacott se les ha encomendado la tarea de investigar una desaparición de hace cuarenta años de GP Margot Bamborough. Mientras la pareja investiga la desaparición, una de las pistas que investigan es la posibilidad de que la mujer fuera asesinada por Dennis Creed, un asesino en serie ahora encarcelado y notorio que una vez engañó a algunas de sus víctimas en su camioneta por llevar una peluca y un abrigo de mujer para parecer inofensivo.

J.K. Rowling poses  (REUTERS/Carlo Allegri)
J.K. Rowling poses (REUTERS/Carlo Allegri)

“Creed es solo uno de los muchos sospechosos, y sin revelar demasiado, no es el villano principal, ni Rowling lo retrata como trans o incluso tampoco lo llama travesti”, se indigna Flood.

“Hay razones para desconfiar de cualquier indignación moral avivada por el Telegraph, un periódico que generalmente no rehúye publicar burlas contra las protestas racistas, o afirma que los niños son ‘puestos en peligro por los libros transgénero’ o ataques al ‘lobby trans’”, agrega la crítica.

A lo largo de este año, Rowling ha recibido fuertes críticas por sus comentarios sobre la necesidad de “espacios de un solo sexo” donde las mujeres puedan estar seguras excluyendo directamente a las mujeres trans en estos llamados espacios seguros.

Todo partió de un comentario que hizo previo a este en Twitter en donde consideró que solo las mujeres menstrúan, lo que indignó a grupos que consideran esa perspectiva discriminatoria, siendo a partir de ahí acusada de tránsfoba por numerosos usuarios.

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