Con motivo de la presentación internacional de su nuevo libro Las tinieblas y el alba, Ken Follett, el bestseller galés y autor de la saga Los pilares de la Tierra, expresó su preocupación por “el racismo, los populismos y los ataques a la democracia” y es por eso -sostuvo- que en sus obras indaga en “cómo la gente busca la libertad”.
“A lo largo de la historia, los movimientos para alcanzar la libertad han sido dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás”, se lamentó el escritor galés, en referencia a la coyuntura actual, durante una rueda de prensa vía Zoom.
Desde la biblioteca de su casa, fiel al estilo decorativo británico clásico, Ken Follett -también impecable, vestido de saco y corbata- presentó así el lanzamiento de Las tinieblas y el alba (Penguin Random House), una precuela de su exitosa trilogía Los pilares de la Tierra, que se sitúa cuando termina la Edad Oscura y comienza la Edad Media, durante el final del primer milenio.
Nacido en 1949 en Cardiff (Gales), Follett lleva publicados 32 libros en 80 países con traducciones a más de 30 idiomas y más de 170 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Podría decirse que la fórmula del éxito de sus novelas tiene dos claves, que lo vuelven atractivo para millones de lectores: el trasfondo histórico, que Follett se ocupa de registrar hasta el mínimo detalle en una experiencia narrativa muy verídica y que le valió el título del referente del género histórico; y su extensión: son novelas de largo aliento.
Para esta celebridad literaria y fenómeno editorial, de esos que se pueden contar con las manos a nivel internacional, lo importante es que sus libros “conecten con la gente y dejen un impacto” porque “no se trata solamente de consumir literatura y olvidar”.
Por caso, Los pilares de la Tierra, el título que inauguró su trilogía homónima, continuada más tarde por Un mundo sin fin y Una columna de fuego, vendió 29 millones de ejemplares.
“Es una novela que perdura en la memoria, dura años, deja un impacto y hace un efecto”, contó sobre ese título que al momento de su publicación lideró durante varias semanas los rankings internacionales.
A modo de confidencia divertida, Follett recordó que cuando presentó la novela que originó la trilogía “la primera editorial me dijo que era muy larga, así que la vendimos a otra editorial y lo curioso es que el libro se vendió muchísimo”, confesó. Es que para el autor “cuando una novela gusta mucho dan ganas de volver a casa para leerla y si son largas, mejor”.
Claro, para eso tiene un método: “Normalmente paso un año armando todo lo que necesito para la construcción del relato. Luego voy avanzando poco a poco, escribo de manera orgánica. Es un proceso donde constantemente me hago preguntas. Si en cinco páginas no hay escenas dramáticas entonces no sirve, porque una novela debe despertar el interés del lector”.
Si bien sus libros tienen numerosas adaptaciones en cine, televisión y hasta en videojuegos, cuando los escribe no piensa en eso, como contó entre muecas: “Ya tengo suficiente con argumento, el trasfondo histórico, los personajes, el suspenso. No me entra nada más. Es suficiente con una novela como para pensar en otros aspectos como la adaptación cinematográfica y nunca pienso en si es posible adaptarlos”.
Historia y política: las tramas de los libros de Follett
Como en toda la trilogía, el centro gravitatorio de la historia se ubica en la ciudad de Kingsbridge; de hecho esta precuela surge a partir de la pregunta sobre cómo se convirtió Kingsbridge en una ciudad: “¿Cómo una ciudad pequeña, un pueblo, se transforma en una ciudad prospera medieval, con un mercado, una catedral?”, en un contexto ubicado “al principio de la alta edad media, que es un momento donde todo el mundo competía para conquistar Inglaterra: anglosajones, vikingos y los normandos”.
Precisamente, en esa transición de composición urbana aparece algo que para el autor se repite hasta el presente, “el conflicto”, porque “en el camino hacia el progreso siempre hay conflicto, es un conflicto perenne que existe en todos los países entre los que quieren avanzar hacia el progreso y los que no”.
Como en cada novela que escribe, el autor se nutre de numerosas fuentes históricas para dar forma a una ficción verídica. En esta novela el gran soporte fue el Tapiz de Bayeux, “es una tapiz rectangular bordado en lino; un dibujo sobre la vida cotidiana, y eso tiene un valor enorme. Muchas veces cuando se estudia la Edad Media nos falta saber cómo vivían, y el tapiz me dio esos detalles. Si uno no los tiene hay que inventarlos, por ejemplo, intenté conocer qué tipo de ropa interior usaba esta gente. Pero nadie tenía respuesta así que me inventé algo y eso también puede ser divertido en la literatura. Hay que utilizar la imaginación”.
Consultado por las lecturas del presente en materia de política y abuso de poder, dos temas que subyacen en Las tinieblas y el alba, el escritor explicó: “En los libros no tengo ningún mensaje que quiera darle a nadie pero si es interesante cómo un drama histórico de estas características tiene resonancia y ecos en el mundo actual”·
En este sentido, sostuvo: “Mis relatos versan sobre cómo la gente intenta conseguir alguna libertad. Es un tema que me interesa porque esto significa que el conflicto de los personajes no es algo egoísta: en Las tinieblas la gente lucha por justicia. En ese momento era difícil conseguir esa justicia, porque el Estado de Derecho no existía, la ley no existía. En ese momento lo importante era tener buenas relaciones”
“Y eso -agregó- resuena con la situación actual porque la supremacía de la ley y el gobierno que aplica la ley se ha cuestionado cosas que dábamos por hecho hace siglos. Nadie puede estar por encima de la ley y ahora vemos que todos los gobiernos del mundo se están cuestionando el imperio de la ley”.
En referencia a lo que define como su interés narrativo -la libertad y cómo la gente intenta conseguirla- Follett argumentó que “en la historia el tipo de movimiento es hacia la libertad: dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás”, por lo que espera que “lo que estamos viendo ahora con el racismo, los populismos, los ataques a la democracia y al imperio de la ley no sean más que ese pasito hacia atrás para dar dos pasos adelante”.
El año pasado Ken Follett junto a Lee Child, Jojo Moyes y Kate Mosse realizaron una gira europea para expresar su “preocupación” ante los acontecimientos políticos del Reino Unido y su rechazo al “brexit”.
“Nuestro objetivo -señaló- no era político. Quisimos decirles a los lectores europeos que le seguimos queriendo y que no formamos parte de ese movimiento británico contra Europa”.
Fuente: Télam
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