En un principio se llamó La Calle pero Martín Caparrós lo rebautizó Exclusión.
Llevo más de diez años con este proyecto; avanza pese a dudas y culpas. Esta vez me propuse fotografiar a gente en situación de calle, sin que se vea ningún rostro.
No hay un plan, solo llevar mi pequeña Contax T3 con película Tri X. Ahora soy un caminante más, ya no manejo y desde que dejé mi trabajo hace más de un año, no subo a transporte público alguno.
Creo que con esto cierro un ciclo que llamaría “Trilogía de la Argentina Desolada”.
Comenzó con Extinción, en donde contaba la crisis laboral de los 90, siguió con El Silencio, que intentaba de narrar la desocupación a través de la vida de un barrio entre el 2005 y 2015 y ahora se suma Exclusión, que busca contar en imágenes a los que quedaron fuera del sistema.
Estas fotos fueron hechas en julio y agosto de este año por mi barrio; pero muchos me dicen que ven más gente viviendo en la calle. Pienso que, tal vez, quienes sobreviven con el cartoneo no tienen cómo volver adonde viven luego del trabajo.
Ellos no son esenciales.
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